¿Quién es Santa Olga? Santa Princesa Olga

Princesa Olga la Santa
Años de vida: ?-969
Reinado: 945-966

Gran Duquesa Olga, bautizó a Elena. Santo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el primero de los gobernantes de Rusia en convertirse al cristianismo incluso antes del bautismo de Rusia. Después de la muerte de su marido, el príncipe Igor Rurikovich, gobernó la Rus de Kiev del 945 al 966.

El bautismo de la princesa Olga

Desde la antigüedad, en la tierra rusa, la gente llamaba a Olga, Igual a los Apóstoles, “la cabeza de la fe” y “la raíz de la ortodoxia”. El Patriarca que bautizó a Olga marcó el bautismo con palabras proféticas: « Bendita eres entre las mujeres rusas, porque dejaste las tinieblas y amaste la Luz. ¡Los hijos rusos te glorificarán hasta la última generación! »

En el bautismo, la princesa rusa fue honrada con el nombre de Santa Elena, Igual a los Apóstoles, quien trabajó duro para difundir el cristianismo en el vasto Imperio Romano, pero no encontró la Cruz vivificante en la que el Señor fue crucificado.

En las vastas extensiones de la tierra rusa, como su patrona celestial, Olga se convirtió en una vidente del cristianismo igual a los apóstoles.

Hay muchas imprecisiones y misterios en la crónica sobre Olga, pero la mayoría de los hechos de su vida, traídos a nuestro tiempo por los agradecidos descendientes del fundador de la tierra rusa, no plantean dudas sobre su autenticidad.

La historia de Olga - Princesa de Kyiv

Una de las crónicas más antiguas "El cuento de los años pasados" en la descripción.
El matrimonio del príncipe Igor de Kiev da nombre al futuro gobernante de Rusia y su tierra natal: « Y le trajeron una esposa de Pskov llamada Olga. » . La Crónica de Jokimov especifica que Olga pertenecía a una de las antiguas dinastías principescas rusas: la familia Izborsky. La vida de Santa Princesa Olga especifica que nació en el pueblo de Vybuty en la tierra de Pskov, a 12 km de Pskov, río arriba por el río Velikaya. Los nombres de los padres no se han conservado. Según Life, no eran de una familia noble, de origen varangiano, lo que lo confirma su nombre, que en antiguo escandinavo tiene una correspondencia como Helga, y en pronunciación rusa, Olga (Volga). La presencia de los escandinavos en estos lugares se evidencia en varios hallazgos arqueológicos que datan de la primera mitad del siglo X.

El cronista y crónica tipográfica posterior de Piskarevsky (finales del siglo XV) relata el rumor de que Olga era la hija del profético Oleg, quien comenzó a gobernar la Rus de Kiev como guardián del joven Igor, el hijo de Rurik: « Los netsy dicen que la hija de Olga era Olga » . Oleg se casó con Igor y Olga.

La vida de Santa Olga cuenta que aquí, “en la región de Pskov”, tuvo lugar por primera vez su encuentro con su futuro marido. El joven príncipe estaba cazando y, queriendo cruzar el río Velikaya, vio “alguien flotando en un bote” y lo llamó a la orilla. Alejándose de la orilla en un barco, el príncipe descubrió que lo llevaba una chica de asombrosa belleza. Igor se enardeció de lujuria por ella y comenzó a inclinarla a pecar. La portadora resultó no sólo hermosa, sino también casta e inteligente. Avergonzó a Igor al recordarle la dignidad principesca de un gobernante y juez, que debería ser un "brillante ejemplo de buenas obras" para sus súbditos.

Igor rompió con ella y guardó sus palabras y su hermosa imagen en su memoria. Cuando llegó el momento de elegir novia, las chicas más bellas del principado se reunieron en Kiev. Pero ninguno de ellos le agradó. Y luego se acordó de Olga, "maravillosa en doncellas", y envió a buscarla a su pariente, el príncipe Oleg. Entonces Olga se convirtió en la esposa del Príncipe Igor, la Gran Duquesa de Rusia.

Princesa Olga y Príncipe Igor

Al regresar de la campaña contra los griegos, el príncipe Igor se convirtió en padre: nació su hijo Svyatoslav. Pronto Igor fue asesinado por los Drevlyans. Después del asesinato de Igor, los Drevlyan, temiendo venganza, enviaron casamenteros a su viuda Olga para invitarla a casarse con su príncipe Mal. duquesa olga Fingió estar de acuerdo y trató consistentemente con los ancianos de los Drevlyans, y luego sometió a la gente de los Drevlyans.

El antiguo cronista ruso describe en detalle la venganza de Olga por la muerte de su marido:

Primera venganza de la princesa Olga: los casamenteros, 20 drevlyanos, llegaron en un bote que los kievitas llevaron y arrojaron a un profundo agujero en el patio de la torre de Olga. Los casamenteros-embajadores fueron enterrados vivos junto con el barco. Olga los miró desde la torre y preguntó: « ¿Estás satisfecho con el honor? » Y gritaron: « ¡Oh! Es peor para nosotros que la muerte de Igor. » .

Segunda venganza: Olga pidió, por respeto, que le enviaran nuevos embajadores de los mejores hombres, lo que los drevlyanos hicieron de buen grado. Una embajada de nobles drevlyanos fue quemada en una casa de baños mientras se lavaban en preparación para una reunión con la princesa.

Tercera venganza: La princesa con un pequeño séquito llegó a las tierras de los Drevlyans para, según la costumbre, celebrar un banquete fúnebre en la tumba de su marido. Después de beber a los Drevlyans durante el banquete fúnebre, Olga ordenó que los talaran. La crónica informa que alrededor de 5 mil drevlyanos fueron asesinados.

Cuarta venganza: En 946, Olga fue con un ejército a una campaña contra los drevlyanos. Según la Primera Crónica de Novgorod, el escuadrón de Kiev derrotó a los Drevlyans en la batalla. Olga caminó por la tierra de Drevlyansky, estableció tributos e impuestos y luego regresó a Kiev. En La historia de los años pasados, el cronista insertó en el texto del Código inicial sobre el asedio de la capital drevlyana, Iskorosten. Según el Cuento de los años pasados, después de un asedio fallido durante el verano, Olga quemó la ciudad con la ayuda de pájaros, a los que ordenó que le ataran bombas incendiarias. Algunos de los defensores de Iskorosten fueron asesinados, el resto se sometió.

Reinado de la princesa Olga

Después de la masacre de los Drevlyans, Olga Comenzó a gobernar Kievan Rus hasta que Svyatoslav alcanzó la mayoría de edad, pero incluso después de eso siguió siendo la gobernante de facto, ya que su hijo estuvo ausente la mayor parte del tiempo en campañas militares.

La crónica da testimonio de sus incansables “paseos” por la tierra rusa con el propósito de construir la vida política y económica del país. Olga fue a las tierras de Novgorod y Pskov. Estableció un sistema de "cementerios", centros de comercio e intercambio, en los que los impuestos se recaudaban de manera más ordenada; Luego comenzaron a construir iglesias en los cementerios.

La Rusia creció y se fortaleció. Las ciudades se construyeron rodeadas de muros de piedra y roble. La propia princesa vivía detrás de los confiables muros de Vyshgorod (los primeros edificios de piedra de Kiev: el palacio de la ciudad y la torre rural de Olga), rodeada por un escuadrón leal. Supervisó cuidadosamente la mejora de las tierras subordinadas a Kiev: Novgorod, Pskov, ubicadas a lo largo del río Desna, etc.

Reformas de la princesa Olga

En Rusia, la Gran Duquesa erigió las iglesias de San Nicolás y Santa Sofía en Kiev, y la de la Anunciación de la Virgen María en Vitebsk. Según la leyenda, fundó la ciudad de Pskov en el río Pskov, donde nació. En esos lugares, en el lugar de la visión de tres rayos luminosos del cielo, se erigió el templo de la Santísima Trinidad vivificante.

Olga intentó introducir a Svyatoslav en el cristianismo. Estaba enojado con su madre por su persuasión, temiendo perder el respeto del escuadrón, pero “ni siquiera se le ocurrió escuchar esto; pero si alguien iba a ser bautizado, no se lo prohibía, sino que sólo se burlaba de él”.

Las crónicas consideran que Svyatoslav es el sucesor del trono ruso inmediatamente después de la muerte de Igor, por lo que la fecha del comienzo de su reinado independiente es bastante arbitraria. Confió la administración interna del estado a su madre, estando constantemente en campañas militares contra los vecinos de Kievan Rus. En 968, los pechenegos asaltaron por primera vez tierras rusas. Junto con los hijos de Sviatoslav, Olga se encerró en Kiev. Al regresar de Bulgaria, levantó el asedio y no quiso quedarse mucho tiempo en Kiev. Al año siguiente iba a partir hacia Pereyaslavets, pero Olga lo detuvo.

« Verás, estoy enfermo; ¿Adónde quieres ir de mí? - porque ella ya estaba enferma. Y ella dijo: « Cuando me entierres ve a donde quieras . Tres días después murió Olga (11 de julio de 969), y su hijo, y sus nietos, y todo el pueblo lloró por ella con grandes lágrimas, y la llevaron y la enterraron en el lugar elegido, pero Olga legó no realizar. fiestas fúnebres para ella, ya que tenía El sacerdote estaba con él: enterró a la beata Olga.

Santa Princesa Olga

Se desconoce el lugar de enterramiento de Olga. Durante el reinado de Vladimir, su Comenzó a ser venerado como un santo. Prueba de ello es el traslado de sus reliquias a la Iglesia del Diezmo. Durante la invasión mongola, las reliquias se escondieron bajo la cubierta de la iglesia.

En 1547, Olga fue canonizada como Santa Igual a los Apóstoles. Sólo otras cinco santas mujeres en la historia cristiana han recibido tal honor (María Magdalena, la Primera Mártir Tecla, la Mártir Apia, la Reina Elena y la Iluminadora de Georgia Nina).

El Día de los Caídos de Santa Olga (Elena) comenzó a celebrarse el 11 de julio. Es venerada como patrona de las viudas y los nuevos cristianos.

La canonización oficial (glorificación de toda la iglesia) ocurrió más tarde, hasta mediados del siglo XIII.

Fecha de publicación o actualización 01/11/2017

  • Ir al índice: vidas de santos
  • Vida de la Santa Princesa Olga, Igual a los Apóstoles,
    en el santo bautismo de Helena.

    ¡La profundidad del gran y santo sacramento del bautismo es inconmensurable! Es el primero de una serie de sacramentos establecidos por el mismo Señor Jesucristo y preservados por la Iglesia. A través de él se encuentra el camino hacia la vida eterna en la unión llena de gracia con Dios.

    El establecimiento del cristianismo en Rusia bajo el santo Gran Duque Vladimir de Kiev, igual a los apóstoles (15/28 de julio) fue precedido por el reinado de la Gran Duquesa Olga, a quien en la antigüedad se la llamaba la raíz de la ortodoxia. La Beata Olga apareció como el amanecer antes del inicio del día brillante de la santa fe en Cristo, el Sol de la Verdad, y brilló como la luna en la oscuridad de la noche, es decir, en la oscuridad de la idolatría que rodeaba la tierra rusa. Durante su reinado, las semillas de la fe de Cristo se plantaron con éxito en Rusia. Según la cronista Santa Olga, Igual a los Apóstoles, “en toda la tierra rusa, la primera destructora de la idolatría y fundamento de la ortodoxia”.

    La princesa Olga, glorificada por su sabio gobierno en la época del paganismo y más aún por su conversión al cristianismo, que indicó a su bisnieto, se ha convertido desde tiempos inmemoriales en el objeto del amor del pueblo. Sobre ella se han conservado muchas leyendas, paganas y cristianas, cada una de ellas está imbuida del espíritu de su fe, por lo que no debería sorprender que el paganismo, pensando en glorificar a su princesa, representara con rasgos vívidos lo que le parecía la primera. virtud - venganza por un cónyuge. Más gratificantes son las leyendas sobre los primeros días de su juventud, en las que se respira la frescura de la pura moral eslava: ésta es la primera aparición de San Pedro. Olga a su alta carrera.

    Igual a los apóstoles Olga nació en la tierra de Pskov, su ascendencia se remonta a Gostomysl, aquel hombre glorioso que gobernó en Veliky Novgorod hasta que, por consejo suyo, Rurik y sus hermanos fueron llamados de los varegos para reinar en Rusia. Pertenecía, aclara la Crónica de Joachim, a la familia de los príncipes Izborsky, una de las antiguas dinastías principescas rusas olvidadas que existieron en Rusia en los siglos X-XI. no menos de veinte, pero todos ellos fueron suplantados con el tiempo por los Rurikovich o se asociaron con ellos a través de matrimonios. Nació en una familia pagana y fue llamada con el nombre varangiano Helga, en la pronunciación rusa "okaya": Olga, Volga. El nombre femenino Olga corresponde al nombre masculino Oleg, que significa "santo".

    Aunque la comprensión pagana de la santidad es completamente diferente de la cristiana, también presupone en una persona una actitud espiritual especial, castidad y sobriedad, inteligencia y perspicacia. Las leyendas posteriores la llamaron la finca familiar de toda Vybutskaya, a pocos kilómetros de Pskov, río arriba del río Velikaya. Los padres de la Beata Olga lograron inculcar en su hija aquellas reglas de una vida honesta y razonable, a las que ellos mismos se adhirieron, a pesar de su idolatría. Por ello, ya en su juventud se caracterizó por una profunda inteligencia y una pureza moral excepcional en un ambiente pagano. Los autores antiguos llaman a la santa princesa divina, la más sabia de su especie, y fue la pureza la buena tierra en la que las semillas de la fe cristiana dieron frutos tan ricos.

    Rurik, al morir, dejó atrás a su hijo Igor cuando era un niño, por lo que Rurik confió tanto a Igor como al reinado hasta los días de la mayoría de edad de su hijo al cuidado de un pariente de su príncipe. Oleg. Habiendo reunido un ejército importante y teniendo consigo al joven heredero del reinado de Igor, se dirigió a Kiev. Habiendo matado aquí a los príncipes rusos Askold y Dir, que recientemente se habían convertido al cristianismo, Oleg subyugó a Kiev y se convirtió en el autócrata de las posesiones varegas-rusas, reteniendo el reinado para su sobrino Igor. Durante el reinado de Oleg del 882 al 912. Rusia se convierte en un estado enorme y fuerte, que une bajo el dominio de Kiev casi todos los territorios rusos hasta Novgorod.

    El príncipe Igor, al llegar a la adolescencia, se dedicaba a la caza. Sucedió que mientras cazaba en las afueras de Novgorod, entró en las fronteras de Pskov. Mientras seguía al animal cerca del pueblo de Vybutskaya, vio al otro lado del río un lugar conveniente para pescar, pero no pudo llegar allí por falta de un bote. Al poco tiempo, Igor notó a un joven navegando en un bote y, llamándolo a la orilla, ordenó que lo transportaran al otro lado del río. Mientras nadaban, Igor, mirando atentamente el rostro del remero, vio que no era un hombre joven, sino una niña: era la bendita Olga. La belleza de Olga picó el corazón de Igor, quien comenzó a seducirla con palabras, inclinándola a una mezcla carnal inmunda.

    Sin embargo, la casta muchacha, habiendo comprendido los pensamientos de Igor, alimentados por la lujuria, detuvo la conversación con una sabia advertencia: “¿Por qué te avergüenzas, príncipe, planeando una tarea imposible? ¡Tus palabras revelan un deseo descarado de abusar de mí, lo cual no sucederá! Te pido, escúchame, reprime dentro de ti estos pensamientos absurdos y vergonzosos de los que deberías avergonzarte. Recuerda y piensa que eres un príncipe, y un príncipe debería ser como gobernante y juez para las personas, un brillante ejemplo de buenas obras, pero ahora estás cerca de la anarquía. Si tú mismo, vencido por la lujuria inmunda, cometes atrocidades, ¿cómo evitarás que otros las cometan y juzgarás a tus súbditos con justicia? Abandonad esa lujuria descarada, que la gente honesta aborrece; Es posible que te odien por esto, aunque seas un príncipe, y te traicionen para ridiculizarlo vergonzosamente. Y aun así, debes saber que, aunque estoy solo aquí e impotente en comparación contigo, todavía no me derrotarás. Pero incluso si pudieras vencerme, entonces la profundidad de este río será inmediatamente mi protección; Es mejor para mí morir en pureza, sepultarme en estas aguas, que ser violada mi virginidad”. Tales exhortaciones a la castidad hicieron que Igor recobrara el sentido, despertando un sentimiento de vergüenza. Él guardó silencio, incapaz de encontrar palabras para responder. Entonces cruzaron el río nadando y se separaron. Y el príncipe quedó sorprendido ante la extraordinaria inteligencia y castidad de la joven. De hecho, tal acto de la bienaventurada Olga es digno de sorpresa: sin conocer al Dios Verdadero y Sus mandamientos, descubrió tal hazaña en la defensa de la castidad; Guardando cuidadosamente la pureza de su virginidad, hizo entrar en razón al joven príncipe, domando su lujuria con palabras de sabiduría dignas de la mente de su marido.

    Pasó un poco de tiempo. El príncipe Oleg, habiendo establecido el trono de reinado en Kiev y plantado a sus gobernadores y a otros subordinados a él en las ciudades de la tierra rusa, comenzó a buscar una novia para el príncipe Igor. Reunieron muchas muchachas hermosas para encontrar entre ellas una digna del palacio principesco, pero ninguna de ellas se enamoró del príncipe. Porque en su corazón la elección de la novia ya estaba hecha desde hacía mucho tiempo: ordenó llamar a quien lo transportó a través del río Velikaya a la hora de pescar en los densos bosques de Pskov. El príncipe Oleg llevó a Olga a Kiev con gran honor e Igor se casó con ella en 903.

    Desde 912, después de la muerte del príncipe Oleg, Igor comenzó a gobernar en Kiev como único gobernante. Al comienzo de su reinado independiente, Igor libró guerras persistentes con los pueblos circundantes. Incluso fue a Constantinopla, capturó muchos países de la tierra griega, y regresó de esta campaña con mucho botín y gloria. Pasó los restantes años de su vida en silencio, teniendo paz con las tierras fronterizas, y la riqueza fluyó hacia él en abundancia, pues países lejanos también le enviaban regalos y homenajes.

    Durante el reinado de Igor, que era leal a la religión cristiana, la fe de Cristo se convirtió en una importante fuerza espiritual y estatal en el estado ruso. Esto se evidencia en el texto superviviente del tratado de Igor con los griegos en 944, que fue incluido por el cronista en el Cuento de los años pasados, en un artículo que describe los acontecimientos de 6453 (945).

    El tratado de paz con Constantinopla debía ser aprobado por ambas comunidades religiosas de Kiev: los "rusos bautizados", es decir, los cristianos, prestaron juramento en la iglesia catedral del santo profeta de Dios Elías y los "rusos no bautizados", paganos, prestaron juramento en armas en el santuario de Perun el Tronador. Y el hecho de que los cristianos ocupen el primer lugar en el documento habla de su significado espiritual predominante en la vida de la Rus de Kiev.

    Obviamente, en el momento en que se redactó el tratado de 944 en Constantinopla, los gobernantes de Kiev simpatizaban con el cristianismo y eran conscientes de la necesidad histórica de introducir a Rusia en la cultura cristiana vivificante. A esta tendencia probablemente perteneció el propio príncipe Igor, cuya posición oficial no le permitió convertirse personalmente a la nueva fe sin resolver la cuestión del bautizo de todo el país y el establecimiento de una jerarquía de la iglesia ortodoxa en él. Por lo tanto, el acuerdo se redactó en términos cautelosos que no impedirían que el príncipe lo aprobara tanto en forma de juramento pagano como en forma de juramento cristiano.

    El príncipe Igor no pudo superar la inercia de la costumbre y siguió siendo pagano, por lo que selló el acuerdo según el modelo pagano: con un juramento sobre espadas. Rechazó la gracia del bautismo y fue castigado por su incredulidad. Un año después, en 945, los paganos rebeldes lo mataron en la tierra de Drevlyansky, arrastrándolo entre dos árboles. Pero los días del paganismo y la forma de vida de las tribus eslavas basada en él ya estaban contados. Con su hijo Svyatoslav, de tres años, la viuda de Igor, la gran duquesa Olga de Kiev, asumió la carga del servicio público.

    El comienzo del reinado independiente de la princesa Olga se asocia en las crónicas con historias de terribles represalias contra los Drevlyans, los asesinos de Igor. Habiendo jurado por espadas y creído “sólo en su propia espada”, los paganos estaban condenados por el juicio de Dios a perecer a espada (Mateo 26:52). Quienes adoraban el fuego, entre otros elementos divinizados, encontraban en el fuego su venganza. El Señor eligió a Olga como ejecutora del castigo de fuego, quien lloró a su esposo junto con su hijo Svyatoslav; Todos los habitantes de Kyiv también lloraron. A los Drevlyan se les ocurrió el siguiente plan atrevido: querían que Olga, al enterarse de su belleza y sabiduría, se casara con su príncipe Mala y matara en secreto al heredero.

    De esta manera, los drevlyanos pensaron en aumentar el poder de su príncipe. Inmediatamente enviaron veinte maridos deliberados a Olga en barcos para pedirle que se convirtiera en la esposa de su príncipe; y en caso de negativa de su parte, se les ordenó obligarla con amenazas, incluso si por la fuerza, se convertiría en la esposa de su amo. Los hombres enviados llegaron a Kiev por agua y desembarcaron en la orilla.

    Al enterarse de la llegada de la embajada, la princesa Olga llamó a los maridos Drevlyan y les preguntó: "¿Han llegado con buenas intenciones, invitados honestos?" “Buena suerte”, respondieron. "Dime", continuó, "¿por qué exactamente viniste a nosotros?" Los hombres respondieron: “La tierra de Drevlyansky nos envió a ti con estas palabras: No te enojes porque matamos a tu marido, porque él, como un lobo, saqueó y robó. Y nuestros príncipes son buenos gobernantes. Nuestro príncipe actual es sin comparación mejor que Igor: joven y guapo, también es manso, cariñoso y misericordioso con todos. Después de casarte con nuestro príncipe, te convertirás en nuestra dueña y dueña de la tierra Drevlyansky”. La princesa Olga, ocultando su tristeza y dolor por su marido, dijo a la embajada con fingida alegría: “Me agradan vuestras palabras, porque no puedo resucitar a mi marido, y no me es fácil quedar viuda: siendo mujer , no puedo, como debería, gobernar tal principado; mi hijo es todavía un niño.

    Entonces, me casaré voluntariamente con tu joven príncipe; Además, yo tampoco soy viejo. Ahora id, descansad en vuestras barcas; por la mañana te invitaré a una fiesta honorable, que te prepararé, para que todos conozcan el motivo de tu llegada y mi consentimiento a tu propuesta; y luego iré con tu príncipe. Pero tú, cuando los enviados por la mañana vengan a llevarte a la fiesta, debes saber respetar el honor del príncipe que te envió y el tuyo propio: llegarás a la fiesta del mismo modo que llegaste a Kiev, es decir, en embarcaciones que los kievanos llevarán sobre sus cabezas “Que todos vean tu nobleza, con la que con tanto honor te honro ante mi pueblo”. Los drevlyanos se retiraron alegremente a sus barcos. La princesa Olga, vengándose del asesinato de su marido, pensaba en qué tipo de muerte destruirlos. Esa misma noche mandó cavar un profundo hoyo en el patio del palacio principesco, en el que también había una hermosa cámara preparada para la fiesta. A la mañana siguiente, la princesa envió a hombres honestos a invitar a los casamenteros a un banquete. Después de colocarlos en pequeños botes uno por uno, los habitantes de Kiev se los llevaron, hinchados de orgullo vacío. Cuando los Drevlyan fueron llevados a la corte del príncipe, Olga, observando desde la cámara, ordenó que los arrojaran a un hoyo profundo preparado para ello. Luego, acercándose ella misma al foso, inclinándose, preguntó: “¿Te agrada tal honor?” Gritaron: “¡Ay de nosotros! Matamos a Igor y no sólo no obtuvimos nada bueno con esto, sino que recibimos una muerte aún más malvada”. Y Olga ordenó que los enterraran vivos en ese foso.

    Habiendo hecho esto, la princesa Olga envió inmediatamente a su mensajero a los Drevlyans con las palabras: “Si realmente quieres que me case con tu príncipe, envíame una embajada que sea más numerosa y más noble que la primera; déjame llevar con honor a tu príncipe; Envía embajadores lo antes posible, antes de que el pueblo de Kiev me detenga”. Los drevlyanos, con gran alegría y prisa, enviaron a Olga a cincuenta de los hombres más nobles, los ancianos más antiguos de la tierra de Drevlyan después del príncipe. Cuando llegaron a Kiev, Olga ordenó que les prepararan una casa de baños y les envió una petición: que los embajadores, después de un viaje agotador, se laven en la casa de baños, descansen y luego vengan a ella; Fueron felices a la casa de baños. Cuando los drevlyanos comenzaron a lavarse, los sirvientes especialmente asignados sellaron inmediatamente las puertas cerradas desde el exterior, cubrieron la casa de baños con paja y matorrales y le prendieron fuego; Entonces los ancianos Drevlyan junto con sus sirvientes quemaron la casa de baños.

    Y nuevamente Olga envió un mensajero a los Drevlyan, anunciando su inminente llegada a la boda con su príncipe y ordenando preparar miel y todo tipo de bebida y comida en el lugar donde mataron a su marido, para crear un banquete fúnebre para ella. primer marido antes de su segundo matrimonio, luego hay una fiesta fúnebre, según la costumbre pagana. Los drevlyanos prepararon todo en abundancia para regocijarse. La princesa Olga, según su promesa, fue a los Drevlyans con muchas tropas, como si se estuviera preparando para la guerra y no para una boda. Cuando Olga se acercó a la capital de los Drevlyan, Korosten, éste salió a su encuentro vestido de fiesta y la recibió con júbilo y alegría. Olga fue primero a la tumba de su marido y lloró mucho por él. Luego de haber celebrado una fiesta fúnebre según la costumbre pagana, ordenó que se construyera un gran montículo sobre la tumba.

    “Ya no lloro a mi primer marido”, dijo la princesa, “habiendo hecho lo que debería haberse hecho sobre su tumba. Ha llegado el momento de preparar con alegría un segundo matrimonio con vuestro príncipe. Los drevlyanos preguntaron a Olga sobre su primer y segundo embajador. “Nos siguen por otro camino con todas mis riquezas”, respondió. Después de esto, Olga, habiéndose quitado su ropa triste, se puso el traje ligero de boda característico de una princesa, mostrando al mismo tiempo una apariencia alegre. Ordenó a los drevlyanos que comieran, bebieran y se divirtieran, y ordenó a su gente que les sirviera, comiera con ellos, pero no se emborrachara. Cuando los Drevlyans se emborracharon, la princesa ordenó a su gente que los golpeara con armas preparadas de antemano (espadas, cuchillos y lanzas) y murieron hasta cinco mil o más. Entonces Olga, después de haber mezclado la alegría de los Drevlyan con sangre y haber vengado así el asesinato de su marido, regresó a Kiev.

    Al año siguiente, Olga, habiendo reunido un ejército, fue contra los Drevlyans con su hijo Svyatoslav Igorevich y lo reclutó para vengar la muerte de su padre. Los drevlyanos salieron a su encuentro con una fuerza militar considerable; Una vez unidos, ambos bandos lucharon ferozmente hasta que los habitantes de Kiev derrotaron a los drevlyanos, quienes fueron expulsados ​​a su ciudad capital, Korosten, y los mataron. Los drevlyanos se encerraron en la ciudad y Olga la asedió implacablemente durante todo un año. Al ver que era difícil tomar la ciudad por asalto, a la sabia princesa se le ocurrió ese truco. Envió un mensaje a los drevlyanos, que se habían encerrado en la ciudad: “¿Por qué, locos, queréis morir de hambre sin querer someternos a mí? Después de todo, todas vuestras otras ciudades me han expresado su sumisión: sus habitantes pagan tributo y viven pacíficamente en ciudades y pueblos, cultivando sus campos. "A nosotros también nos gustaría", respondieron los que se habían recluido, "someternos a ti, pero tememos que vuelvas a vengarte de tu príncipe".

    Olga les envió un segundo embajador con las palabras: “Ya me he vengado de los mayores y de los demás más de una vez; y ahora no deseo venganza, sino que te exijo homenaje y sumisión”. Los drevlyanos acordaron rendirle el homenaje que quisiera. Olga les sugirió: “Sé que ahora estáis empobrecidos por la guerra y no podéis pagarme tributo en miel, cera, cuero u otras cosas aptas para el comercio. Sí, yo mismo no quiero cargarles con un gran homenaje. Dame algún pequeño tributo en señal de tu sumisión, al menos tres palomas y tres gorriones de cada casa”. Este tributo les pareció tan insignificante a los drevlyanos que incluso se burlaron de la inteligencia femenina de Olga. Sin embargo, se apresuraron a recoger tres palomas y gorriones de cada casa y se los enviaron con una reverencia.

    Olga dijo a los hombres que vinieron a ella desde la ciudad: "He aquí, ahora os habéis sometido a mí y a mi hijo, vivid en paz, mañana me retiraré de vuestra ciudad y volveré a casa". Con estas palabras despidió a los mencionados maridos; Todos los habitantes de la ciudad se alegraron mucho al escuchar las palabras de la princesa. Olga distribuyó los pájaros a sus soldados con la orden de que a última hora de la tarde cada paloma y cada gorrión fueran atados a un trozo de tela empapado en azufre, que fuera encendido, y todos los pájaros fueran liberados juntos en el aire.

    Los soldados cumplieron esta orden. Y las aves volaron a la ciudad de donde fueron tomadas: cada paloma voló a su nido y cada gorrión a su lugar. La ciudad inmediatamente se incendió en muchos lugares, y Olga en ese momento le dio a su ejército la orden de rodear la ciudad por todos lados y comenzar un ataque. La población de la ciudad, huyendo del fuego, salió corriendo de detrás de las murallas y cayó en manos del enemigo. Entonces se llevaron a Korosten. Muchas personas de los drevlyanos murieron a espada, otras con sus esposas e hijos quemaron en el fuego y otras se ahogaron en el río que corría bajo la ciudad; Al mismo tiempo, también murió el príncipe Drevlyansky. De los supervivientes, muchos fueron llevados cautivos, mientras que otros fueron dejados por la princesa en sus lugares de residencia y les impuso un fuerte tributo. Entonces la princesa Olga se vengó de los drevlyanos por el asesinato de su marido, subyugó toda la tierra de los drevlyanos y regresó a Kiev con gloria y triunfo.

    Y la princesa Olga gobernó las regiones de la tierra rusa bajo su control no como una mujer, sino como un marido fuerte y razonable, manteniendo firmemente el poder en sus manos y defendiéndose valientemente de los enemigos. La Gran Duquesa viajó por tierras rusas para agilizar la vida civil y económica del pueblo, y las crónicas están llenas de testimonios de sus incansables “paseos”. Habiendo logrado el fortalecimiento interno del poder del Gran Duque de Kiev, debilitando la influencia de los pequeños príncipes locales que interfirieron con la reunión de la Rus, Olga centralizó toda la administración estatal con la ayuda de un sistema de "cementerios", que, siendo financiero , centros administrativos y judiciales, representaron un fuerte apoyo al poder del Gran Duque a nivel local. Posteriormente, cuando Olga se hizo cristiana, se empezaron a erigir las primeras iglesias en los cementerios; Desde el bautismo de la Rusia bajo San Vladimir, cementerio e iglesia (parroquia) se convirtieron en conceptos inseparables (sólo más tarde surgió la palabra “pogost” en el sentido de cementerio a partir de los cementerios que existían cerca de las iglesias).

    La princesa Olga se esforzó mucho en fortalecer el poder de defensa del país. Se construyeron y fortificaron ciudades, cubiertas de muros de piedra y roble (viseras), erizadas de murallas y empalizadas. La propia princesa, sabiendo cuán hostiles eran muchos a la idea de fortalecer el poder principesco y unificar a Rusia, vivía constantemente “en la montaña”, sobre el Dnieper, detrás de las confiables viseras de Vyshgorod (Ciudad Alta) de Kiev, rodeada por una escuadrón leal. Dos tercios del tributo recaudado, según la crónica, lo entregó a la veche de Kiev, la tercera parte fue "a Olza, a Vyshgorod", para las necesidades de la estructura militar. Los historiadores atribuyen el establecimiento de las primeras fronteras estatales de Rusia a la época de Olga, en el oeste, con Polonia. Los puestos de avanzada de los héroes en el sur protegían los pacíficos campos de los habitantes de Kiev de los pueblos del Campo Salvaje. Los extranjeros se apresuraron a llegar a Gardarika (“el país de las ciudades”), como llamaban a Rusia, con bienes y artesanías. Los suecos, daneses y alemanes se unieron voluntariamente al ejército ruso como mercenarios. Las conexiones exteriores de Kiev se ampliaron. Esto contribuyó al desarrollo de la construcción en piedra en las ciudades, que fue iniciado por la princesa Olga. Los primeros edificios de piedra de Kiev, el palacio de la ciudad y la torre rural de Olga, fueron descubiertos por los arqueólogos recién en nuestro siglo (el palacio, o más bien sus cimientos y los restos de las murallas, fueron encontrados y excavados en 1971-1972).

    En todos los asuntos de gobierno, la gran duquesa Olga mostró previsión y sabiduría. Era terrible para sus enemigos, pero amada por su propio pueblo, como gobernante misericordiosa y piadosa, como juez justo que no ofendía a nadie. Ella infundía miedo al mal, recompensando a cada uno en proporción al mérito de sus acciones. Al mismo tiempo, Olga, misericordiosa de corazón, fue dadora generosa con los pobres, los pobres y los necesitados; Las peticiones justas llegaron rápidamente a su corazón y rápidamente las cumplió. Todos sus hechos, a pesar de su permanencia en el paganismo, agradaron a Dios, como dignos de la gracia cristiana. Con todo esto, Olga combinó una vida abstinente y casta: no quería volver a casarse, pero permaneció en pura viudez, observando el poder principesco para su hijo hasta los días de su edad. Cuando éste maduró, le entregó todos los asuntos del reinado, y ella misma, apartándose de rumores y preocupaciones, vivió fuera de las preocupaciones del gobierno, dedicándose a obras de caridad.

    Ha llegado un tiempo propicio en el que el Señor quiso iluminar a los eslavos, cegados por la incredulidad, con la luz de la santa fe, llevarlos al conocimiento de la verdad y guiarlos por el camino de la salvación. El Señor se dignó revelar los inicios de esta iluminación para vergüenza de los hombres de corazón duro en un vaso femenino débil, es decir, a través de la bienaventurada Olga. Porque así como anteriormente hizo predicadoras de su resurrección a mujeres portadoras de mirra, y su honorable Cruz, en la que fue crucificado, fue revelada al mundo desde las profundidades de la tierra por su esposa la reina Elena (21 de mayo/3 de junio), Más tarde se dignó plantar la santa fe en la tierra rusa con una maravillosa esposa, la nueva Elena, la princesa Olga. El Señor la eligió como un “vaso honorable” para Su Santísimo Nombre, que ella lo lleve por la tierra rusa. Él encendió la aurora de su gracia invisible en su corazón, abriendo sus ojos inteligentes al conocimiento del Dios verdadero, a quien ella aún no conocía. Ella ya comprendió la seducción y el engaño de la maldad pagana, convenciéndose, como una verdad evidente, de que los ídolos venerados por los locos no son dioses, sino un producto desalmado de manos humanas; por lo tanto, ella no sólo no los respetaba, sino que también los aborrecía. Como un comerciante que busca perlas valiosas, Olga buscó de todo corazón la adoración correcta de Dios.

    La historia no ha conservado los nombres de los primeros mentores cristianos de Santa Olga, probablemente porque la conversión de la bendita princesa a Cristo estuvo asociada con la amonestación divina. Uno de los textos antiguos lo expresa de esta manera: “¡Oh, maravilla! Ella misma no conocía las Escrituras, ni la ley cristiana ni el maestro de la piedad, pero estudió diligentemente las costumbres de la piedad y amó la fe cristiana con toda su alma. ¡Oh inefable Providencia de Dios! El bienaventurado no aprendió la verdad de un hombre, sino de lo alto, un maestro en nombre de la Sabiduría de Dios”. Santa Olga llegó a Cristo a través de la búsqueda de la verdad, buscando satisfacción para su mente inquisitiva; el filósofo antiguo la llama "la guardiana de la sabiduría elegida por Dios". El monje Néstor el Cronista narra: “La beata Olga desde temprana edad buscó la sabiduría, que es la mejor de este mundo, y encontró una perla de gran valor: Cristo”.

    Según la visión de Dios, la princesa Olga escuchó de algunas personas que existe un Dios Verdadero, el Creador del cielo, la tierra y toda la creación, en quien los griegos creen; fuera de Él no hay otro dios. Estas personas, como sugiere el famoso historiador E.E. Golubinsky, eran cristianos varangianos, de los cuales había muchos entre el escuadrón del príncipe Igor. Y Olga llamó la atención sobre estos varegos de la nueva fe; Por su parte, los propios varegos soñaban con convertirla en su partidaria, esperando que fuera una mujer no sólo con una gran mente, sino también con una mentalidad estatal. Por lo tanto, el hecho de que el cristianismo se haya convertido en la fe de casi todos los pueblos de Europa, y en cualquier caso es la fe de los mejores pueblos entre ellos, y el hecho de que haya comenzado un fuerte movimiento hacia el cristianismo entre sus propios parientes (varegos), seguir el ejemplo de otros pueblos, no podía dejar de tener un efecto en la mente de Olga, haciéndola necesario concluir que las personas son las mejores y su fe debe ser la mejor. Y esforzándose por alcanzar el verdadero conocimiento de Dios y no ser perezosa por naturaleza, la propia Olga quiso ir a los griegos para ver con sus propios ojos el servicio cristiano y estar plenamente convencida de sus enseñanzas sobre el Dios verdadero.

    En ese momento, Rusia se había convertido en una gran potencia. La princesa completó la estructura interna de las tierras. La Rusia era fuerte y poderosa. En aquellos años, solo dos estados europeos podían competir con él en importancia y poder: en el este de Europa, el antiguo Imperio Bizantino, en el oeste, el reino de los sajones. La experiencia de ambos imperios, que deben su surgimiento al espíritu de la enseñanza cristiana y a los fundamentos religiosos de la vida, mostró claramente que el camino hacia la grandeza futura de Rusia pasa no sólo por el ejército, sino, sobre todo y principalmente, por el conquistas y logros espirituales.

    Con su espada, Rusia "tocaba" constantemente a la vecina Bizancio, poniendo a prueba una y otra vez no sólo el material militar, sino también la fuerza espiritual del imperio ortodoxo. Pero detrás de esto se escondía una cierta aspiración de Rusia hacia Bizancio, una sincera admiración por él. La actitud de Bizancio hacia Rusia fue diferente. A los ojos del imperio, los rusos no fueron el primer ni el único pueblo “bárbaro” cautivado por su belleza, riqueza y tesoros espirituales. El orgulloso Bizancio miró con manifiesta irritación al nuevo pueblo "semi-salvaje", que se atrevió a causarle grandes problemas y que, en la mente de la corte imperial, se encontraba en el nivel más bajo de la jerarquía diplomática de estados y pueblos. Luchar contra él, pagarle y, si es posible, convertirlo en un súbdito y sirviente obediente: ésta es la línea principal de la actitud del imperio hacia el joven estado ruso. Pero la tierra rusa, dispuesta a aceptar la ortodoxia, profesada y demostrada con maravillosa belleza por la Iglesia griega, no tenía la menor intención de inclinar la cabeza bajo el yugo. Rusia intentó defender su independencia y establecer una estrecha alianza con Bizancio, pero en la que ocuparía una posición dominante. ¡El exaltado imperio no sabía entonces que Rusia lograría su objetivo! Porque la Providencia de Dios determinó que fuese Rusia (y, tal vez, precisamente por la sinceridad íntima del amor) la que decidió convertirse en la sucesora histórica de Bizancio, heredar su riqueza espiritual, su poder político y su grandeza.

    La gran duquesa Olga también combinó serios intereses estatales con su deseo natural de visitar Bizancio. El reconocimiento de Rusia, el aumento de su estatus en la jerarquía de los aliados de Bizancio y, por tanto, el aumento de su prestigio ante los ojos del resto del mundo: esto era lo que era especialmente importante para la sabia Olga. Pero esto sólo podía lograrse aceptando el cristianismo, porque en aquellos días la confianza entre los estados de Europa se establecía sobre la base de una comunidad religiosa. Llevando consigo a hombres y comerciantes especialmente nobles, la gran duquesa Olga en el verano de 954 (955) partió con una gran flota hacia Constantinopla. Fue un “paseo” pacífico que combinaba las tareas de una peregrinación religiosa y una misión diplomática, pero consideraciones políticas exigieron que se convirtiera al mismo tiempo en una manifestación del poder militar de Rusia en el Mar Negro y recordara a los orgullosos “romanos”. " de las campañas victoriosas de los príncipes Askold y Oleg, quienes mataron su escudo "a las puertas de Constantinopla". Y se logró el resultado. La aparición de la flota rusa en el Bósforo creó las condiciones previas necesarias para el desarrollo de un diálogo amistoso ruso-bizantino.

    La princesa rusa fue recibida con grandes honores por el emperador Constantino VII Porfirogenito (913-959) y el patriarca Teofilacto (933-956), a quienes presentó numerosos obsequios dignos de tales personas. Para el distinguido invitado ruso, no sólo se observaron técnicas diplomáticas, sino que también se desviaron especialmente de ellas. Entonces, contrariamente a las reglas habituales de la corte, Príncipe. Olga no fue recibida junto con embajadores de otros estados, sino por separado de ellos.

    Al mismo tiempo, el emperador logró reflejar en las ceremonias de recepción la “distancia” que separaba a la princesa rusa del gobernante de Bizancio: el Príncipe. Olga vivió durante más de un mes en un barco en Suda, el puerto de Constantinopla, antes de que tuviera lugar la primera recepción en palacio el 9 de septiembre. Hubo largas y tediosas negociaciones sobre cómo y con qué ceremonias se debía recibir a la princesa rusa. Al mismo tiempo, el propio príncipe concedió gran importancia a la ceremonia. Olga, que buscaba el reconocimiento del alto prestigio del Estado ruso y de ella misma personalmente como su gobernante. En Constantinopla, Olga estudió la fe cristiana, escuchando diariamente con diligencia las palabras de Dios y observando de cerca el esplendor del rito litúrgico y otros aspectos de la vida cristiana. Asistió a los servicios en las mejores iglesias: Hagia Sophia, Nuestra Señora de Blaquernas y otras. Y la capital del sur asombró a la severa hija del Norte con el decoro de los servicios divinos, la riqueza de las iglesias cristianas y los santuarios reunidos en ellas, la variedad de colores y el esplendor de la arquitectura.

    El corazón de la sabia Olga se abrió a la santa ortodoxia y decidió convertirse al cristianismo. Según el cronista, el sacramento del bautismo le fue realizado por el Patriarca Teofilacto de Constantinopla, y el propio emperador Constantino Porfirogenito fue el destinatario. En el bautismo recibió el nombre de Elena, en honor de Santa Elena, Igual a los Apóstoles. En una palabra edificante pronunciada después de la ceremonia, el patriarca dijo: “Bendita seas entre las mujeres rusas, porque has dejado las tinieblas y has amado la Luz. El pueblo ruso os bendecirá en todas las generaciones futuras, desde vuestros nietos y bisnietos hasta vuestros descendientes más lejanos”. Él la instruyó en las verdades de la fe, las reglas de la iglesia y las reglas de oración, y le explicó los mandamientos sobre el ayuno, la castidad y la limosna. “Ella”, dice el monje Néstor el Cronista, “inclinó la cabeza y se quedó, como un labio soldado, escuchando la enseñanza y, inclinándose ante el patriarca, dijo: “Por tus oraciones, señor, que me salve de la trampas del enemigo”. Después de esto, la princesa recién bautizada visitó nuevamente al patriarca, compartiéndole su dolor: “Mi pueblo y mi hijo son paganos…” El Patriarca la animó, la consoló y la bendijo. Luego, la Beata Olga aceptó de él la honorable cruz, los santos íconos, los libros y otras cosas necesarias para el culto, así como los ancianos y el clero. Y santa Olga partió de Constantinopla hacia su casa con gran alegría.

    No fue fácil obligar a alguien que odiaba a los rusos como el emperador Constantino Porfirogenito a convertirse en padrino de una princesa rusa.

    Las crónicas conservan historias sobre cómo Olga habló decisivamente y en pie de igualdad con el emperador, sorprendiendo a los griegos con su madurez espiritual y su habilidad política, mostrando que el pueblo ruso era capaz de aceptar y multiplicar los más altos logros del genio religioso griego, el mejores frutos de la espiritualidad y la cultura bizantinas. Así, Santa Olga logró “tomar Constantinopla” pacíficamente, algo que ningún comandante había podido hacer antes que ella. La Gran Duquesa logró resultados sumamente importantes.

    Fue bautizada con honores en la capital de Bizancio (en la Iglesia de Hagia Sophia, la principal iglesia catedral de la Iglesia Universal de esa época). Al mismo tiempo recibió, por así decirlo, una bendición para una misión apostólica en su tierra. Además, el jefe del Estado ruso recibe el título de “hija” del emperador, lo que sitúa a Rusia en “el rango más alto de la jerarquía diplomática de los Estados después del propio Bizancio”. El título coincide con la posición cristiana de Olga-Elena como ahijada del emperador. Y en esto, según la crónica, el propio emperador se vio obligado a admitir que fue "burlado" (burlado) por la princesa rusa. Y en su ensayo “Sobre las ceremonias de la corte bizantina”, que nos ha llegado en una sola lista, Constantino Porfirogenito dejó una descripción detallada de las ceremonias que acompañaron la estancia de santa Olga en Constantinopla.

    Describe una recepción de gala en la famosa Cámara Magnavre, negociaciones en un círculo más estrecho en los aposentos de la Emperatriz y una cena ceremonial en el Salón Justiniano, donde, por coincidencia, cuatro "damas de estado" se reunieron providencialmente en la misma mesa: la abuela y madre de San Vladimir Igual a los Apóstoles (Santa Olga y su compañera Malusha) con su abuela y madre de su futura esposa Anna (Emperatriz Elena y su nuera Feofano). Pasará poco más de medio siglo y en la Iglesia del Diezmo de la Santísima Virgen María en Kiev estarán una al lado de la otra las tumbas de mármol de Santa Olga, San Vladimir y la Beata Reina Ana.

    Durante una de las recepciones, dice Konstantin Porphyrogenitus, a la princesa rusa le obsequiaron un plato dorado decorado con piedras. Santa Olga lo donó a la sacristía de la catedral de Santa Sofía, donde fue visto y descrito a principios del siglo XIII por el diplomático ruso Dobrynya Yadreikovich, más tarde arzobispo Antonio de Novgorod: “El plato es un gran servicio de oro de Rusia Olga, cuando recibió homenaje mientras iba a Constantinopla; En el plato de Olzhin hay una piedra preciosa y en la misma piedra está escrito Cristo”.

    En cuanto al resultado diplomático inmediato de las negociaciones, Santa Olga tenía motivos para permanecer insatisfecha con ellas. Habiendo logrado el éxito en materia de comercio ruso dentro del imperio y la confirmación del tratado de paz con Bizancio concluido por Igor en 944, no pudo, sin embargo, persuadir al emperador para que aceptara dos acuerdos principales para Rusia: sobre el matrimonio dinástico de Svyatoslav con la princesa bizantina y sobre las condiciones para la restauración de lo existente en el libro Askold de la metrópolis ortodoxa de Kyiv. Su descontento con el resultado de la misión se escucha claramente en la respuesta que dio, al regresar a su tierra natal, enviada a los embajadores del emperador. A la pregunta del emperador sobre la ayuda militar prometida, Santa Olga respondió bruscamente a través de los embajadores: "Si estás conmigo en Pochaina como lo hago en la corte, te daré soldados para que te ayuden". ¡La gran princesa rusa dejó claro a Bizancio que el imperio se enfrentaba a un poderoso Estado independiente, cuyo prestigio internacional el propio imperio había elevado ahora a la vista de todo el mundo!

    Al regresar de Constantinopla a Kiev, la nueva Elena, la princesa Olga, comenzó a predicar cristianamente. Mucho dependía de si su hijo Svyatoslav, que estaba a punto de tomar las riendas del gobierno, se volvería a Cristo. Y de él, según la crónica, comenzó su sermón la princesa Igual a los Apóstoles.

    Pero ella no pudo conducirlo a la verdadera razón, al conocimiento de Dios. Totalmente dedicado a las empresas militares, Svyatoslav no quería oír hablar del santo bautismo, pero no prohibía a nadie ser bautizado, sino que solo se reía de los recién bautizados, porque para los infieles, que no conocían la gloria del Señor, el La fe cristiana parecía una locura, según la palabra del apóstol: Predicamos a Cristo Crucificado, Para los judíos es una tentación, para los griegos es una necedad, porque las cosas necias de Dios son más sabias que los hombres, y las cosas débiles de Dios son más fuertes que los hombres (1 Cor. 1:23, 25). La beata Olga decía a menudo al príncipe Svyatoslav: “Hijo mío, he llegado a conocer a Dios y a gozarme de espíritu. Si llegas a conocerlo, tú también te alegrarás”. Pero él no quiso escuchar a su madre, siguió siguiendo las costumbres paganas, y le dijo: “¿Qué dirá mi escuadrón de mí si traiciono la fe de mis padres? Ella me insultará”.

    Tales discursos fueron difíciles para la madre, pero con razón le dijo a su hijo: "Si te bautizas, todos harán lo mismo". Este fue el primer intento en la historia de organizar un bautismo universal de la Rus. Svyatoslav no pudo oponerse y por eso, como dice la crónica, "estaba enojado con su madre".

    No fue sólo el miedo al ridículo lo que lo detuvo, sino también su propio “deseo de vivir según las costumbres paganas”. Guerras, fiestas, diversión, largas campañas, vida según los deseos del corazón y la carne: esto es lo que poseía el alma de Svyatoslav. En todo esto, Svyatoslav, desesperadamente valiente, inteligente y de mente abierta, quería encontrar la plenitud de la vida. Pero su madre sabía que esto no traería verdadera alegría a su alma, se afligía profundamente por él y por la tierra rusa y solía decir: “Hágase la voluntad de Dios; Si Dios quiere tener misericordia de esta raza y de la tierra rusa, entonces pondrá en sus corazones el mismo deseo de volverse a Dios que me dio a mí”. Y con fe cálida oró día y noche por su hijo y por el pueblo, para que el Señor les iluminara sobre los destinos que conocía. Mientras tanto, incapaz de ablandar el corazón de Svyatoslav, trató de sembrar las semillas del cristianismo en sus tres pequeños nietos: Yaropolk, Oleg y Vladimir, a quienes su padre guerrero le dejó. Esta semilla sagrada a su debido tiempo dio frutos favorables y echó raíces en el corazón del joven Vladimir.

    A pesar del fracaso de los esfuerzos por establecer una jerarquía eclesiástica en Rusia, Santa Olga, habiéndose convertido al cristianismo, se dedicó con celo a las hazañas de la evangelización cristiana entre los paganos y a la construcción de iglesias; “Aplasta las trincheras de los demonios y comienza a vivir en Cristo Jesús”. Para perpetuar la memoria de los primeros confesores rusos del nombre de Cristo, la Gran Duquesa erigió la Iglesia de San Nicolás sobre la tumba de Askold y fundó una catedral de madera sobre la tumba de Dir en nombre de Santa Sofía la Sabiduría de Dios. , consagrada el 11 de mayo de 960. Posteriormente, este día se celebró en la Iglesia rusa como una fiesta especial de la iglesia. En el pergamino mensual del Apóstol de 1307, el 11 de mayo, está escrito: “El mismo día, la consagración de Santa Sofía en Kiev en el verano de 6460”. La fecha de la conmemoración, según los historiadores de la iglesia, se indica según el llamado calendario "antioqueño", y no según la cronología generalmente aceptada de Constantinopla y corresponde al año 960 de la Natividad de Cristo.

    No en vano la princesa rusa Olga recibió en el bautismo el nombre de Santa Elena, Igual a los Apóstoles, quien encontró el Venerable Árbol de la Cruz de Cristo en Jerusalén. El santuario principal de la recién creada Iglesia de Santa Sofía era la santa cruz de ocho puntas, traída por la nueva Elena de Constantinopla y recibida por ella como una bendición del Patriarca de Constantinopla. La cruz, según la leyenda, fue tallada de una sola pieza del Árbol vivificante del Señor. En él había una inscripción: "La tierra rusa fue renovada con la santa cruz, y Olga, la bendita princesa, la aceptó". La cruz y otros santuarios cristianos, con la gracia que de ellos emanaba, contribuyeron a la iluminación de la tierra rusa.

    La Catedral de Santa Sofía, que permaneció en pie durante medio siglo, se quemó en 1017. Más tarde, Yaroslav el Sabio construyó la Iglesia de Santa Irene en este lugar, en 1050, y trasladó los santuarios de la Iglesia de Santa Sofía Holgin a la iglesia de piedra del mismo nombre, la aún en pie Santa Sofía de Kiev, fundada en 1017. y consagrado alrededor de 1030.

    En el Prólogo del siglo XIII se dice sobre la cruz de Olga: "Ahora se encuentra en Kiev, en Santa Sofía, en el altar del lado derecho". El saqueo de los santuarios de Kiev, continuado después de los mongoles por los lituanos, que adquirieron la ciudad en 1341, tampoco lo perdonó. Bajo Jogaila, durante la Unión de Lublin, que unió a Polonia y Lituania en un solo estado en 1384, la cruz de Holga fue robada de la Catedral de Santa Sofía y llevada por los católicos a Lublin. Se desconoce su futuro.

    Luego, predicando la santa fe, la santa princesa partió hacia el norte. Visitó Veliky Novgorod y otras ciudades, siempre que fue posible, guiando a la gente a la fe de Cristo, mientras aplastaba ídolos y colocaba en su lugar cruces honestas, desde las cuales se realizaban muchas señales y milagros para tranquilizar a los paganos. Al llegar a su tierra natal, a Vybutskaya, la bendita Olga difundió la palabra de la predicación cristiana a sus seres queridos. Mientras permanecía en esta dirección, llegó a la orilla del río Velikaya, que fluye de sur a norte, y se detuvo frente al lugar donde el río Pskova, que fluye desde el este, desemboca en el río Velikaya (en ese momento crecía un gran bosque denso en estos lugares).

    Y entonces Santa Olga, desde la otra orilla del río, vio que desde el este tres rayos brillantes descendían del cielo sobre este lugar, iluminándolo. No sólo Santa Olga, sino también sus compañeras vieron la maravillosa luz de estos rayos; y el bienaventurado se alegró mucho y dio gracias a Dios por la visión, que indicaba la iluminación de la gracia de Dios de aquel lado. Dirigiéndose a las personas que la acompañaban, la Beata Olga dijo proféticamente: “Sepan que por la voluntad de Dios, en este lugar, iluminado por rayos triluminosos, se levantará una iglesia en el nombre del Santísimo y vivificante. Se creará la Trinidad y una ciudad grande y gloriosa, abundando en todo”. Después de estas palabras y de una oración bastante larga, la Beata Olga levantó una cruz; Y hasta el día de hoy se encuentra el templo de oración en el lugar donde lo erigió la Beata Olga.

    Habiendo visitado muchas ciudades de la tierra rusa, la predicadora de Cristo regresó a Kiev y aquí mostró buenas obras para Dios. Recordando la visión del río Pskov, envió mucho oro y plata para crear una iglesia en nombre de la Santísima Trinidad y ordenó que el lugar fuera poblado de gente. Y en poco tiempo la ciudad de Pskov, llamada así por el río Pskova, se convirtió en una gran ciudad, y en ella fue glorificado el nombre de la Santísima Trinidad.

    Las oraciones y el trabajo de Santa Olga, Igual a los Apóstoles, dieron ricos frutos: el cristianismo en Rusia comenzó a extenderse y fortalecerse rápidamente. Pero se le opuso el paganismo, que se estableció como la religión dominante (estatal). Entre los boyardos y guerreros de Kiev había muchas personas que, según Salomón, “odiaban la Sabiduría”, como la santa princesa Olga, que le construyó templos. Los fanáticos de la antigüedad pagana levantaron la cabeza cada vez con más audacia, mirando con esperanza al creciente Svyatoslav, quien rechazó decisivamente las súplicas de su madre de aceptar el cristianismo e incluso estaba enojado con ella por esto. Había que darse prisa en la tarea prevista de bautizar a Rusia. El engaño de Bizancio, que no quería dar el cristianismo a Rusia, hizo el juego a los paganos.

    En busca de una solución, Santa Olga vuelve sus ojos hacia Occidente. No hay ninguna contradicción aquí. Santa Olga (m. 969) todavía pertenecía a la Iglesia indivisa y apenas tuvo la oportunidad de ahondar en las sutilezas teológicas de las enseñanzas griega y latina. La confrontación entre Occidente y Oriente le parecía principalmente una rivalidad política, secundaria en comparación con la tarea urgente: la creación de la Iglesia rusa, la iluminación cristiana de la Rus.

    En el año 959, un cronista alemán, llamado “continuador de Región”, escribe: “Los embajadores de Helena, reina de los rusos, que fue bautizada en Constantinopla, vinieron al rey y le pidieron que consagrara un obispo y sacerdotes para este gente." El rey Otón, el futuro fundador del Imperio alemán, respondió de buen grado a la petición de Olga, pero condujo el asunto lentamente, con una minuciosidad puramente alemana. Sólo en la Navidad del año siguiente 960, Libucio, de los hermanos del monasterio de San Albano en Maguncia, fue instalado como obispo de Rusia. Pero pronto murió (15 de marzo de 961). En su lugar fue ordenado Adalberto de Trier, a quien Otto, “proporcionando generosamente todo lo necesario”, finalmente envió a Rusia. Es difícil decir qué habría sucedido si el rey no se hubiera demorado tanto, pero cuando Adalberto apareció en Kiev en 962, "no logró nada de lo que había sido enviado y vio sus esfuerzos en vano". Peor aún, en el camino de regreso, “algunos de sus compañeros fueron asesinados y el propio obispo no escapó del peligro de muerte”.

    Resultó que en los últimos dos años, como previó Olga, se produjo una revolución final en Kiev a favor de los partidarios del paganismo y, al no volverse ni ortodoxa ni católica, Rusia decidió no aceptar el cristianismo en absoluto. La reacción pagana se manifestó con tanta fuerza que no sólo sufrieron los misioneros alemanes, sino también algunos de los cristianos de Kiev que fueron bautizados con Olga en Constantinopla. Por orden de Svyatoslav, Gleb, el sobrino de Santa Olga, fue asesinado y algunas de las iglesias construidas por ella fueron destruidas. Por supuesto, esto no podría haber sucedido sin la diplomacia secreta bizantina: opuestos a Olga y alarmados por la posibilidad de fortalecer a Rusia mediante una alianza con Otón, los griegos optaron por apoyar a los paganos.

    El fracaso de la misión de Adalberto tuvo un significado providencial para el futuro de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que escapó del cautiverio papal. Santa Olga tuvo que aceptar lo sucedido y retirarse por completo a asuntos de piedad personal, dejando las riendas del gobierno al pagano Svyatoslav. Todavía se la tenía en cuenta y siempre se recurría a su habilidad política en todos los casos difíciles. Cuando Svyatoslav abandonó Kiev y pasó la mayor parte de su tiempo en campañas y guerras, el control del estado volvió a confiarse a la princesa madre. Ya no se podía hablar del bautismo de Rusia, y esto, por supuesto, molestó a Santa Olga, que consideraba la piedad de Cristo como la obra principal de su vida.

    La Gran Duquesa soportó dócilmente dolores y decepciones, trató de ayudar a su hijo en asuntos estatales y militares y guiarlo en planes heroicos. Las victorias de las armas rusas fueron un consuelo para ella, especialmente la derrota del viejo enemigo del estado ruso: el Khazar Kaganate. Dos veces, en 965 y 969, las tropas de Svyatoslav marcharon a través de las tierras de los “tontos jázaros”, aplastando para siempre el poder de los gobernantes judíos de las regiones de Azov y del Bajo Volga. El siguiente golpe fuerte lo asestó la Bulgaria musulmana del Volga, luego le llegó el turno a la Bulgaria del Danubio. Los escuadrones de Kiev tomaron 80 ciudades a lo largo del Danubio. Una cosa preocupaba a Olga: como si, arrastrado por la guerra en los Balcanes, Sviatoslav no se hubiera olvidado de Kiev.

    En la primavera de 969, Kiev fue sitiada por los pechenegos: "y era imposible llevar el caballo al agua, los pechenegos estaban en Lybid". El ejército ruso estaba muy lejos, a orillas del Danubio. Después de enviar mensajeros a su hijo, la propia Santa Olga encabezó la defensa de la capital. Svyatoslav, al recibir la noticia, pronto viajó a Kiev, "saludó a su madre y a sus hijos y lamentó lo que les había sucedido por parte de los pechenegos". Pero, después de haber derrotado a los nómadas, el príncipe militante comenzó nuevamente a decirle a su madre: "No me gusta sentarme en Kiev, quiero vivir en Pereyaslavets en el Danubio, allí está el centro de mi tierra". Svyatoslav soñaba con crear una enorme potencia rusa desde el Danubio hasta el Volga, que uniría a Rusia, Bulgaria, Serbia, la región del Mar Negro y la región de Azov y extendería sus fronteras hasta la propia Constantinopla. La sabia Olga comprendió que, a pesar de todo el coraje y la valentía de los escuadrones rusos, no podrían hacer frente al antiguo imperio romano; el fracaso aguardaba a Svyatoslav; Pero el hijo no escuchó las advertencias de su madre.

    La bienaventurada Olga le dijo entre lágrimas: “¿Por qué me dejas, hijo mío, y adónde vas? Cuando buscas el ajeno, ¿a quién confías el tuyo? Después de todo, tus hijos aún son pequeños y yo ya estoy viejo y enfermo. Espero una muerte inminente - partida hacia mi amado Cristo, en quien creo. Ahora no me preocupo por nada más que por ti: lamento que, aunque te enseñé mucho y te convencí de que dejaras la idolatría de la maldad, para creer en el Dios Verdadero que conozco, pero lo descuidaste. Y sé que por vuestra desobediencia a mí os espera en la tierra un mal final y, después de la muerte, el tormento eterno preparado para los paganos. Ahora cumple al menos esta última petición mía: no vayas a ninguna parte hasta que esté muerto y enterrado, y luego vete a donde quieras. Después de mi muerte, no hagáis nada de lo que exige la costumbre pagana en tales casos; pero que mi presbítero y el clero entierren mi cuerpo pecaminoso según la costumbre cristiana: no os atreváis a derramar sobre mí un túmulo y celebrar fiestas fúnebres, sino que enviéis oro a Constantinopla a Su Santidad el Patriarca, para que pueda hacer una oración y ofrecer a Dios por mi alma y repartir limosna a los pobres”. Al escuchar esto, Svyatoslav lloró amargamente y prometió cumplir todo lo que le había legado, negándose únicamente a aceptar la santa fe.

    Después de tres días de St. La princesa Olga cayó en un agotamiento extremo. Habiendo participado de los Divinos Misterios del Purísimo Cuerpo y de la Sangre vivificante de Cristo nuestro Salvador, permaneció todo el tiempo en ferviente oración a Dios y a la Purísima Madre de Dios, a quien Dios siempre tuvo como Ayudadora, y invocó a todos los santos. La beata Olga oró con especial celo por la iluminación de la tierra rusa después de su muerte: viendo el futuro, profetizó repetidamente durante los días de su vida que Dios iluminaría al pueblo de la tierra rusa y muchos de ellos serían grandes santos; Santa Olga oró por el pronto cumplimiento de esta profecía a su muerte. Y también había una oración en sus labios cuando su alma honesta fue liberada de su cuerpo: “y habiendo así vivido y glorificado bien a Dios en la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descansó en la blasfemia de la fe, terminando su vida en paz en Cristo Jesús, Nuestro Señor."

    Entonces pasó de lo terrenal a lo celestial y tuvo el honor de entrar en el palacio del Rey Inmortal, Cristo Dios, y como la primera santa de la tierra rusa fue canonizada. san reposado Igual a los Apóstoles Olga, en el santo bautismo Elena, el día 11 de julio del año 969, todos los años de su vida fueron unos noventa. “Y su hijo y sus nietos y todo el pueblo lloraron por ella con gran llanto”. En los últimos años, en medio del triunfo del paganismo, ella, la otrora orgullosa amante, bautizada por el patriarca en la capital de la ortodoxia, tuvo que tener en secreto a un sacerdote con ella para no provocar un nuevo estallido de fanatismo anticristiano. Pero antes de su muerte, habiendo recuperado su antigua firmeza y determinación, prohibió que se le realizaran funerales paganos y legó enterrarla abiertamente según el rito ortodoxo. El presbítero Gregorio, que estuvo con ella en Constantinopla en 957, cumplió exactamente su voluntad.

    Después de la muerte de Santa Olga, su profecía sobre la mala muerte de su hijo y sobre la buena iluminación de la tierra rusa se hizo realidad. El notable comandante Svyatoslav (como informa el cronista) no murió en una campaña gloriosa, sino en una traicionera emboscada de los pechenegos en 972. El príncipe Pechenezh cortó la cabeza de Svyatoslav y se hizo una copa con el cráneo, la envolvió con oro y escribió lo siguiente: "Quien tiene la ajena, destruye la suya". Durante una fiesta con sus nobles, el príncipe bebió de esta copa. Así, el gran duque Svyatoslav Igorevich, valiente y hasta entonces invencible en la batalla, según la predicción de su madre, sufrió una muerte cruel porque no la escuchó. También se cumplió la profecía de la Beata Olga sobre la tierra rusa. Diecinueve años después de su muerte, su nieto, Prince. Vladimir (15/28 de julio) aceptó el santo bautismo e iluminó la tierra rusa con la santa fe.

    Dios glorificó a la santa trabajadora de la ortodoxia, “la cabeza de la fe” en la tierra rusa, con milagros y la incorrupción de sus reliquias. Jacob Mnich (m. 1072), 100 años después de su muerte, escribió en su “Memoria y alabanza a Vladimir”: “Dios glorificó el cuerpo de su sierva Helena, y su cuerpo honesto e indestructible permanece en la tumba hasta el día de hoy. La Beata Princesa Olga glorificó a Dios con todas sus buenas obras, y Dios la glorificó a ella”. Bajo el santo príncipe Vladimir, según algunas fuentes, en 1007 las reliquias de santa Olga fueron trasladadas a la Iglesia del Diezmo de la Dormición de la Santísima Virgen María, para el mantenimiento de su príncipe. Vladimir donó una décima parte de sus propiedades y las colocó en un sarcófago especial, en el que era costumbre colocar las reliquias de los santos en el Oriente ortodoxo. “Y escuchas otro milagro sobre ella: un pequeño ataúd de piedra en la Iglesia de la Santa Madre de Dios, esa iglesia fue creada por el Beato Príncipe Vladimir, y allí está el ataúd de la Beata Olga. Y en la parte superior del ataúd se abrió una ventana para que se pudiera ver el cuerpo de la bendita Olga intacto”. Pero no a todos se les mostró el milagro de la incorrupción de las reliquias de la princesa Igual a los Apóstoles: “Quien viene con fe, abre la ventana y ve el cuerpo honesto yaciendo intacto, como dormido, descansando. Pero a otros que no vienen con fe, la ventana del sepulcro no se abrirá, y no verán ese cuerpo honesto, sino sólo el sepulcro”. Por eso, a su muerte, santa Olga predicó la vida eterna y la resurrección, llenando de alegría a los creyentes y amonestando a los incrédulos. Ella fue, en palabras de San Néstor el Cronista, “la precursora de la tierra cristiana, como la estrella de la mañana antes del sol y como la aurora antes de la luz”.

    El Gran Duque Vladimir, Santo Igual a los Apóstoles, dando gracias a Dios el día del bautismo de la Rus, testificó en nombre de sus contemporáneos sobre la Santa Olga Igual a los Apóstoles con palabras significativas: “Los hijos de Rusty quiero que te bendigas…” El pueblo ruso honra a Santa Olga, Igual a los Apóstoles, como fundadora del cristianismo en Rusia, dirigiéndose a ella con las palabras de San Néstor: “Alégrate, conocimiento ruso de Dios, el comienzo de nuestra reconciliación con Él”.

    "En el comienzo de la fe" y "la raíz del derecho a la gloria" en la tierra rusa, desde la antigüedad el santo igual se llama el pueblo -oh-so-so-Ol-gu. El bautismo de Olga fue significado-me-no-va-pero pro-ro-che-ski-mi palabras-va-mi pat-ri-ar-ha, bautizándola : “Bendita seas entre las esposas rusas, por ti Dejó las tinieblas y amó la Luz. ¡Los hijos rusos te glorificarán hasta la próxima generación! En el bautismo, la princesa rusa fue honrada en nombre de la santa igual de la gran Elena, quien trabajó mucho en la expansión del cristianismo en el enorme Imperio Romano y en el descubrimiento de la Cruz Viviente, en la que entonces el Señor fue crucificado. Al igual que su sangre celestial, Olga se volvió igual a tal pro-conocimiento de Cristo -an-stva en las vastas extensiones de la tierra rusa. Hay muchas inexactitudes y malentendidos crónicos sobre ella en la evidencia escrita de verano, pero es poco probable que puedan hacerlo; no hay duda sobre la exactitud de la mayoría de los hechos de su vida, hasta ahora Bienaventurados los santos príncipes que establecieron la tierra rusa. . Vayamos a las noticias sobre su vida.

    El nombre del futuro pro-sve-ti-tel-ni-tsy de Ru-si y su nacimiento, el más antiguo de los verano-to-pi-sei - "En el cuento de los tiempos" se refiere en el descripción al príncipe Igor de Kiev: "¿Y le trajiste a su esposa de Pskov, que lleva el nombre de Olga?". La crónica de Joachim especifica que pertenecía a la familia de los príncipes de Iz-bor, una de las antiguas dinastías principescas rusas.

    Su-pr-gu Igor fue llamado por el nombre Var-Ryazh Hel-ga, en ruso pro-iz-no-she-nii - Ol-ga (Vol-ga). Pre-da-nie na-zy-va-et ro-di-noy Pueblo de Ol-gi You-bu-you no estás lejos de Pskov, río arriba Ve-li-koy . La vida de Santa Olga nos cuenta que aquí conocí por primera vez a su futuro marido. El joven príncipe estaba cazando "en la región de Pskov" y, queriendo cruzar el río Ve-li-kaya, vio "algunos que navegaban en el barco" y lo llamó a la orilla. Navegando desde la orilla en un bote, el príncipe se dio cuenta de que lo llevaba un de-wush-ka de asombrosa belleza. Igor se enardeció de lujuria por ella y comenzó a tentarla a pecar. La re-voz-chi-tsa resultó no solo hermosa, sino también sabia e inteligente. Ella articuló a Igor, recordándole la dignidad principesca de un gobernante y juez, que debería ser "un brillante ejemplo de buenas obras" para los suyos. Igor rompió con ella, guardando sus palabras y una hermosa imagen en su memoria. Cuando llegó el momento de casarte con tu novia, las muchachas más bellas del principado se reunieron en Kiev. Pero ninguno de ellos le agradó. Y luego se acordó de la "niña maravillosa" Olga y envió a buscarla a su pariente, el príncipe Oleg. Entonces Olga se convirtió en la esposa del príncipe Igor, la gran princesa rusa.

    Posteriormente, Igor emprendió una campaña contra los griegos y regresó como un padre: nació un hijo, San Eslavo. Pronto Igor fue asesinado por los antiguos. Temiendo venganza por el asesinato del Príncipe-zya de Kiev, los Drev-Lyans del derecho de palabra a la princesa Olga, invitándola a unirse a la bebida en matrimonio con su derecho de espíritu Mal. Ol-ha fingió estar de acuerdo. Golpeó a dos embajadas de los Drev-Lyan en Kiev, causándoles una muerte dolorosa: la primera fue perdonada de la misma manera "en el patio del príncipe", la segunda, quemada en la casa de baños. Después de esto, Olga mató a cinco mil hombres de Drev-Lyansky en la fiesta fúnebre de Igor en las murallas de la capital de Drev-Lyansky, tsy Is-ko-ro-ste-nya. Al año siguiente, Olga volvió a ir con un ejército a Is-ko-ro-wall. La ciudad fue incendiada con la ayuda de pájaros, a cuyos pies ataban estopa en llamas. Los antiguos que sobrevivieron no se salvaron y fueron vendidos como esclavos.

    Junto a este verano-pi-si, están llenos de testimonios sobre sus incansables “paseos” por la tierra rusa con el objetivo de construir la vida económica y económica del país. Luchó por fortalecer el poder del príncipe de Kiev, el control estatal central con la ayuda del sistema "por gobierno". La carta dice que ella, su hijo y un amigo caminaron por la tierra de Drev-Lyanskaya, "establecidos y sobre-ro-ki", desde-cha-cha-la y cien-no-vi-scha y lugares de caza, sujeto a inclusión en los dominios de Ki-ev-skie ve-li -ko-prince. Fue a Novgorod y organizó una fiesta a lo largo de los ríos Msta y Luga. "Había sus (lugares de caza) en toda la tierra, había señales establecidas, sus lugares y lugares", escribe le-to-pi-sets, "y hasta el día de hoy se encuentra en Pskov, hay lugares indicados por ella para capturar pájaros a lo largo del Dnieper y del Desna; y su pueblo Ol-gi-chi existe hasta el día de hoy”. By-go-sty (de la palabra "invitado" - comerciante) se ha convertido en un apoyo para el gran poder principesco, el corazón de este skogo y asociación cultural de la nación rusa.

    La vida nos cuenta sobre el trabajo de Olga: “Y la princesa Olga gobernó bajo su poder sobre Rusia de la tierra no como una mujer, sino como un marido fuerte y razonable, que tenía firmemente el poder en sus manos y definía masculinamente su alejamiento. enemigos. Y ella les daba miedo. Amo a mi propia gente, como el señor -ny y sin ofender a nadie, on-la-ga-yu-sha-nie con lindo-ser-di-em y on-civil-da-yu-bueno; ella infundió miedo a todos los malvados, recompensando a cada uno en proporción a sus acciones, pero en todos los asuntos de gestión ella tiene visión y sabiduría. Al mismo tiempo, O-ga, de dulce corazón, fue generosa con los pobres, los miserables y los pobres; Las peticiones legítimas pronto llegarían a su corazón, y rápidamente las cumpliría... Con todo esto, Olga co-habiendo vivido una vida fuerte y sabia, no quería volver a casarse, pero viviría en pura viudez, protegiendo a su hijo hasta los días de su ascenso al poder principesco. Cuando finalmente volvió a estar juntos, ella le dio todos los derechos, y ella misma, habiéndose retirado de los rumores y -pe-che-nii, vivió fuera del cuidado de la dirección, pre-da-va-as de-lam del bien-de-re-re-ción”.

    La Rusia creció y se fortaleció. Se construyeron ciudades, rodeadas de piedras y dobles murallas. La propia princesa vivía detrás de los muros de You, rodeada de un fiel amigo. Dos tercios del so-bran-noy, según la evidencia del le-to-pi-si, ella es de-da-va-la en ra-s-rya-same ki-ev -sky ve- cha, la tercera parte fue "a Olga, a la ciudad de Vy-sh", a la formación militar. Cuando Olga había establecido las primeras fronteras estatales de la Rus de Kiev. Los Bo-ha-tyr-for-sta-you, restablecidos en el pasado, los cien-ro-li-vivieron la vida pacífica de los Ki-ev-lyans de los nómadas de Ve -li-koy Step-pi. , de na-pa-de-niy con Za-pa-da. Los extranjeros se apresuraron a Gar-da-ri-ku (“país de las ciudades”), como llamaban a Rusia, de entonces-va-ra -mi. Scan-di-na-you, los alemanes se unieron voluntariamente al ejército ruso. Rusia se ha convertido en un gran país.

    Como sabia gobernante del paraíso, Ol-ga vi-de-la, siguiendo el ejemplo del imperio Viz-an-tiy, que no es suficiente para -bot, se trata solo de la vida estatal y económica. Sería necesario involucrarse en la organización de una vida espiritual re-li-gi-oz-noy para los na-ro-yes.

    El autor del “Libro de pasos” escribe: “El movimiento de ella [Ol-gi] fue reconocer al Dios verdadero. Sin conocer la naturaleza del cristianismo, vivió una vida pura y sabia, y deseó ser cristiana an-koy, por libre albedrío, con el corazón de mis ojos, se descubrió el camino del conocimiento de Dios. y caminé por ella sin co-le-bania". El pre-reputado en Occidente-wu-et: “La Beata O-ga desde temprana edad ha estado buscando la sabiduría, que es lo mejor en toda la vida. “Y esto, y encontré una perla de mucho valor”. - Cristo.”

    Habiendo hecho su elección, la gran princesa Ol-ga, en manos de Kiev, bajo su hijo adulto, de-ru-la-et-sya con una gran flota en Kon-stan-ti-no-pol. Los antiguos escribas rusos llaman a este de-i-nie de Ol-ga "ho-de-no-em", está unido en sí mismo y en el re-li-gi-oz-noe pa-lom-ni. -che-stvo, y la misión diplomática-ma-ti-che, y la demostración de los militares-en-no- el poder de Ru-si. “La propia Olga for-ho-te-la acude a los griegos para poder mirar con sus propios ojos el servicio cristiano y estar completamente convencida de sus enseñanzas sobre el Dios verdadero”, según la vida de Santa Olga. . Según el testimonio de le-to-pi-si, en Kon-stan-ti-no-po-le O-ga ha decidido convertirse en una cristiana tímida. El ta-in-stvo del bautismo fue realizado sobre ella por el patriarca Kon-stan-ti-no-pol-sky Fe-o-fi-lakt (933-956), y la restauración -no -uno fue el emperador Kon-stan-tin Bag-rya-no-nativo (912-959), quien dejó en su co-chi-ne “Sobre el ce-re-mo-ni-yah del Vi-zan-tiy-court” una descripción detallada del ce-re-mo-niy durante la estancia -niya Ol-gi en Kon-stan-ti-no-po-le. En una de las recepciones de la princesa rusa había un plato-do no tan dorado, adornado con piedras preciosas. Ol-ga lo sacrificó con la túnica de Santa Sofía, donde fue visto y descrito a principios del siglo XIII por el diplomático ruso Dob-ry-nya Yad-rey-k-vich, posteriormente arzobispo de Nov-gorod-sky. An-to-niy: "Plato, qué malvado fue el servicio de Olga la rusa, cuando recibió tributo, fue al Tsar-grad: en el plato de Olga menos drag-gy, en la misma piedra on-pi-san Cristo".

    El patriarca de la bendita palabra forjó a la princesa rusa recién bautizada con una cruz cortada de un trozo entero de Zhi, en la creación del Árbol del Señor. En la cruz había una inscripción: "La tierra rusa está rodeada por la Santa Cruz, que fue recibida por Olga, la bendita príncipe-gi-nya".

    O-ga regresó a Ki-ev con libros iko-na-mi, bo-go-serv-ing - su sirviente parecido a un apóstol comenzó -nie. Ella erigió un templo en nombre de San Niko-lay sobre la tumba de As-kol-da, el primer Ki-ev-prince-zya-khri -sti-a-ni-na y muchos ki-ev-lyans convertidos. a Cristo. Con pro-ve-dyu-ry, la princesa se dirigió hacia el norte. En las tierras de Kiev y Pskov, en las aldeas rurales, en los cruces de caminos, se erigieron cruces y uniformes como ídolos paganos.

    Santa Olga vivió en-cha-lo especialmente-ben-no-go en el Ru-si de la Santísima Trinidad. De siglo en siglo, ha habido noticias de la visión que tuvo cerca del río Ve-li-koy, no -le-ku de la aldea familiar. Vio que “tres rayos muy brillantes” descendían del cielo. Dirigiéndose a sus compañeras, la ex sv-de-te-la-mi vi-de-niya, O-ga dijo sobre-ro-che-ski : “Que sepan que gracias a Dios habrá una iglesia en este lugar en el nombre de la Trinidad Santísima y Viva-creadora y habrá aquí una ciudad grande y gloriosa, abundante para todos”. En este lugar Olga erigió una cruz y fundó un templo en nombre de la Santísima Trinidad. Se convirtió en la catedral principal de Pskov, una gloriosa ciudad rusa, que desde entonces ha sido llamada la "Casa de la Santísima Trinidad" -i-tsy". Eso-en-el-we-mi-espíritu-de-sucesión-espiritual a lo largo de cuatrocientos años es el-chi-ta-nie re-re-da -pero habría sido muy amable con Sergius Ra-to- licitación.

    El 11 de mayo de 960 se consagró en Kiev la Iglesia de Santa Sofía de la Más Sabiduría de Dios. Este día se celebraba en la Iglesia rusa como una fiesta especial. El santuario principal del templo era la cruz que recibió Ol-goi en el bautismo en Kon-stan-ti-no-po-le. El templo, construido por Ol-goi, se quemó en 1017, y en su lugar Yaro-slav el Sabio erigió una iglesia santa -che-ni-tsy Irina, y Santa Sofía-sko-go Ol-gi-na el templo -reportado en la iglesia de piedra de Santa Sofía de Kiev, aún en pie, fundada en 1017 y consagrada alrededor de 1030. En el Pro-log del siglo XIII se decía sobre la cruz de Ol-gi-nom: "Ahora se encuentra en Ki-e-ve en Santa Sofía en el al-ta-re del lado derecho". Después del za-vo-e-va-niya de Ki-e-va li-tov-tsa-mi, la cruz de Ol-gin fue robada de So-fiy-sko-go-bo-ra y vy-ve-zen ka. -li-ka-mi a Lub-lin. Su futuro destino nos es desconocido. Las obras apostólicas del príncipe contaron con la cooperación secreta y abierta de los paganos. Entre los boyars y druzhin-ni-kovs en Ki-e-ve había muchas personas que, según los escribas de verano, "llevaban "No ves la Pre-sabiduría", al igual que Santa Olga, que le construyó templos. El rugido del lenguaje del mundo antiguo se vuelve cada vez más audaz bajo el go-lo-woo, mirando con esperanza el sub-ras y-y-santo-gloria-va, decidido-pero-desde-el-niv-ella -go-go-ry ma-te-ri para aceptar el cristianismo. “La historia de los años pasados” lo cuenta así: “Olga vivía con su hijo, Santa Gloria, y estuvieron de acuerdo: su madre quería ser bautizada, pero él lo descuidó y se tapó los oídos; sin embargo, si alguien quería ser bautizado, no lo regañaba ni se paraba junto a él... Ol-ha habla a menudo -ri-la: “Hijo mío, conozco a Dios y me regocijo; aquí estás, si lo sabes, entonces empezarás a regocijarte”. Él, sin escuchar esto, dijo: “¿Cómo puedo querer cambiar mi fe solo? ¡Mis amigos se reirán de esto! Ella le dijo: “Si tú te bautizas, todos harán lo mismo”.

    Él, sin escuchar a mate-ri, vivía según las costumbres paganas, sin saber que si alguien no escucha a mate-ri, en un niño está en problemas, como se dice: “Si alguien no escucha escucha a su padre o a su madre, aceptará la muerte”. Además, también estaba enojado con su madre... Pero O-ga amaba a su hijo de la Santa Gloria, cuando ri-la: “Hágase la voluntad de Dios”. Si Dios quiere tener misericordia de mi pueblo y de la tierra rusa, que ordene a sus corazones que se vuelvan a Dios, cómo podría ser tan bueno para mí”. Y diciendo esto, oró por su hijo y por su pueblo todos los días y todas las noches, cuidando de su hijo hasta que se casara.

    A pesar del éxito de su viaje a Kon-stan-ti-no-pol, O-ga no pudo persuadirlo-per-ra-to-ra para que co-gla-she- sobre dos cuestiones importantes: sobre el di-na- sti-che-matrimonio de la Santa Gloria con el zar-rev-noy bizantino y sobre la restauración -vi-yah de la existencia-vav-shay en As-kol-de mit-ro-po-li en Ki-e -ve. Por eso santa Olga vuelve sus ojos hacia Occidente: la Iglesia era una en aquel momento. Es poco probable que la princesa rusa hubiera sabido acerca de las diferencias en las palabras divinas entre las religiones griega y latina.

    En 959, un cronista alemán escribe: “Los embajadores de Elena, la reina de los rusos, vinieron al rey -bautismo celestial en Kon-stan-ti-no-po-le, y le pidieron que consagrara para este na -ro-da epi-sco-pa y sanct-ni-kov." El rey Otton, el futuro fundador del Sacro Imperio Romano Germánico de la nación alemana, respondió a la solicitud -bu Ol-gi. Un año después, Li-bu-tsii, de la hermandad del monasterio del santo Al-ba-n en Mainz, fue nombrado obispo de Rusia, pero murió pronto (15 de marzo de 961). En su lugar, el santo Adal-ber-t de Trier, quien-ro-th Ot-ton, “proporcionó generosamente todo lo necesario”, gobernó, finalmente, a Rusia. Cuando en 962 Adal-berto apareció en Kiev, "no logró hacer nada de lo que fue enviado y vio sus esfuerzos en -pras-us". En el camino de regreso, “algunos de sus compañeros fueron asesinados y el propio obispo no escapó del peligro de muerte”, así nos cuentan la misión de Adal-ber-ta.

    La reacción pagana se manifestó con tanta fuerza que no sólo los mis-si-o-ne-rios alemanes, sino también algunos cristianos de Kiev que fueron bautizados junto con Olga. Por orden de la Santa Gloria, el sobrino de Olga, Gleb, fue asesinado y algunos templos construidos por ella fueron destruidos. Santa Olga tuvo que aceptar lo sucedido y dedicarse a la bondad personal, dando el control a le-nie language-no-ku Holy-glory. Por supuesto, todavía se la tuvo en cuenta, su experiencia y sabiduría se abordaron invariablemente en todos los casos importantes -cha-yah. Cuando San Eslavo partió de Ki-e-va, la administración del estado estaba en manos de Santa Olga. Las gloriosas victorias militares del ejército ruso fueron un consuelo para ella. Santa gloria derrotó al enemigo del estado ruso: Khazar ka-ga-nat, para siempre con-kru -shiv el poder de los pra-vi-te-leys judíos de la región de Azov y la región del Bajo Volga. El siguiente golpe fue en el Volga Bulgaria, luego llegó el turno en el Danubio Bulgaria: ochenta ciudades fueron tomadas por los escuadrones de Kiev a lo largo del Danubio. La Santa Gloria y sus guerreros representan el espíritu divino de la Rus pagana. Le-to-pi-si co-mantiene las palabras de la Santa Gloria, rodeada por su amiga con un enorme aullido griego -skom: "¡No es una vergüenza para la tierra rusa, pero acostémonos aquí!" ¡Los muertos no tienen vergüenza! Saint Slav soñaba con crear un enorme estado ruso desde el Danubio hasta el Volga, que uniría a Rusia y otros pueblos eslavos -gye. Santa Olga sabe que con todo el coraje y de las tropas rusas no pueden hacer frente al antiguo im-peri -she ro-me-ev, que no permitirá que el cielo fortalezca el idioma de la Rusia pagana. Pero el hijo no escuchó la advertencia ma-te-ri.

    Santa Olga tuvo que soportar muchos dolores al final de su vida. El hijo de window-cha-tel-but per-re-se-lil-sya en Per-re-ya-s-la-vets en el Danubio. Estando en Ki-e-ve, enseñó a sus nietos, hijos de la Santa Gloria, la fe cristiana, pero no se decidió a bautizarlos por temor a la ira de mi hijo. Además, le impidió intentar establecer el cristianismo en Rusia. En los últimos años, en medio del triunfo del idioma, una vez todos creyeron que usted, bautizado del All-Len-sk pat-ri-ar-ha en la capital del derecho de gloria, vino a el tai-no der -ser sagrado frente a ti, para no provocar un nuevo estallido de estructuras-an-ti-chri-sti-an-s. En 968 Ki-ev wasa-di-li pe-che-ne-gi. La santa princesa y sus nietos, entre los que se encontraba el príncipe Vladimir, se encontraron en peligro de muerte. Cuando la noticia sobre la avispa llegó a la Santa Gloria, se apresuró a ayudar y nadie fue llamado a huir. Santa Olga, ya gravemente enferma, le rogó a su hijo que no se fuera hasta su muerte. No perdió la esperanza de volver el corazón de su hijo a Dios, y en su lecho de muerte no dejó de hablar de ello: “¿Por qué me dejas, hijo mío, y adónde vas? Buscas el de otra persona, ¿a quién le comerás el tuyo? Después de todo, Tus hijos aún son pequeños, y yo ya soy viejo y estoy enfermo; espero una muerte rápida, una partida hacia mi amado Cristo, en quien creo; Ahora no me preocupo por nada excepto por ti: lamento que aunque enseñé mucho y convencido quise dejar la maldad idólatra, para creer en el Dios verdadero, como lo sé, y tú descuidas esto, y yo sé que Por tu desobediencia hacia mí, te espera un mal final en la tierra, y después de la muerte, el tormento eterno, guau. Cumple ahora al menos esta última petición mía: no vayas a ningún lado hasta que me rinda y peque. luego ve a donde quieras. Después de mi muerte, no hagáis nada de lo que en tales casos exigen las costumbres paganas; pero deja mi pre-suéter con el kli-ri-ka-mi en el gre-pero según la costumbre de Christ-an-sko-mu mi cuerpo; no os atreváis a ponerme una tumba y a hacer banquetes fúnebres; pero vayamos a Tsar-grad al santo pat-ri-ar-hu, para que él realice la oración y en-ella- di gracias a Dios por mi alma y di limosna a los mendigos”.

    “Al escuchar esto, San Eslavo lloró amargamente y prometió cumplir todo lo que ella le había dado, apareciendo sólo de -nya-tiya de la santa fe. Al cabo de tres días, la bienaventurada Olga cayó en extrema incapacidad; participó de los Divinos Misterios del Purísimo Cuerpo y de la Sangre Viva-Creadora de Cristo nuestro Salvador; todo el tiempo permaneció en diligente oración a Dios y al Dios Purísimo, a quien siempre oro según Dios, no tenía poder; invocó a todos los santos; Con especial diligencia, la bendita Olga oró por la iluminación de la tierra rusa después de su muerte; previendo el futuro, predijo repetidamente que Dios iluminaría al pueblo de la tierra rusa y que entre ellos habrá muchos grandes santos; La beata Olga oró por el pronto cumplimiento de esta promesa en el momento de su muerte. Y todavía había una oración en sus labios, cuando su alma honesta fue separada de su cuerpo y cómo el justo fue recibido ru-ka-mi Bo-zhi-i-mi”. El 11 de julio del año 969 murió santa Olga, “y su hijo y sus nietos y todo el pueblo lloraron por ella”. La pre-barrendera Gri-goriy cumplió exactamente su afirmación.

    La santa igual a la capital Ol-ga was-la ka-no-ni-zi-ro-va-na en el so-bo-re de 1547, que está bajo tver, lo hizo en un idioma totalmente local en Rusia en la era premongola.

    Dios glorificó "al principio" la fe en la tierra rusa con chu-de-sa-mi y reliquias incorruptibles. Bajo el Santo Príncipe Vladimir, las reliquias de Santa Olga fueron trasladadas al Templo de la Asunción del Santísimo -ese Bo-go-ro-di-tsy y en el sar-ko-fa-ge, en el que estaba posible colocar las reliquias de tu santo en el glorioso Oriente. Había una ventana en el muro de la iglesia sobre la tumba de Santa Olga; y si alguien vino a las reliquias con fe, vio las reliquias a través de la ventana, y algunos las vieron salir de ellas, hay un shi-i-nie, y muchos dolores obsesionados por los enfermos son causados ​​por la curación. Cuando vio una pequeña ventana, se abrió y no pudo ver las reliquias, sino sólo el ataúd.

    Entonces, después de su muerte, Santa Olga proclamó la vida eterna y la resurrección, llena del gozo de la fe y mintiendo incrédula.

    Su profecía sobre la malvada muerte de su hijo se hizo realidad. Saint-slav, como dice le-to-pi-sets, fue asesinado por el príncipe Pe-che-tierno Ku-rey, quien le cortó la cabeza Woo the Holy Glory y se hizo una copa con el cráneo, la rodeó. con oro y bebía de él durante las fiestas.

    El cumplimiento y profecía del santo sobre la tierra rusa. Las obras de oración y los hechos de Santa Olga son confirmados por las grandes hazañas de su nieto San Vladimir di-mi-ra (memoria del 15 (28) de julio) - Bautismo de Ru-si. Las imágenes del santo son iguales a Olga y Vladimir, se complementan mutuamente y encarnan. Tienen a Ma-Te-rin-skoe y al padre-skoe en la historia espiritual rusa.

    La santa igual a la capital Olga se convirtió en la madre espiritual del pueblo ruso, a través de ella comenzó su pro-dulzura: compartir la luz de la fe de Cristo.

    El nombre pagano Olga corresponde al masculino Oleg (Hel-gi), que significa “santo”. Aunque el carácter pagano de la santidad proviene del cristianismo, es pre-la-ha. La persona tiene una disposición espiritual especial, plena sabiduría y sobriedad, inteligencia y perspicacia. Revelando el significado espiritual de este nombre, la gente lo llamó Ole el Profeta y Olga la Sabia. Posteriormente, Santa Olga comenzó a ser llamada sabia de Dios, enfatizando su principal don, que se convirtió en la base -como todas las palabras de la santidad de las esposas rusas- la sabiduría. Sa-ma Santísima Bo-go-ro-di-tsa - Casa de la Pre-sabiduría de Dios - blah-say-la Saint Ol-gu en su apo -tanto trabajo. La construcción de su So-fiy-sko-bo-ra en Ki-e-ve - ma-te-ri de las ciudades rusas - fue un signo de participación de la Diosa Ma-te-ri en el Do-mo-stro-i- tel-stvo de la Santa Ru-si. Kiev, es decir Christian Kievan Rus, se convirtió en el tercer sacerdote de Dios Ma-te-ri según el Universo, y esta declaración es la suerte en la tierra que comenzó a través de la primera de las santas esposas de Rusi, la santa igual de la capital Olga.

    El nombre cristiano de Santa Olga - Elena (traducido del griego antiguo "fa-kel") - se convirtió en "no comemos" el estado de su espíritu. Santa Olga (Elena) trajo el fuego espiritual, que no se ha extinguido en toda la historia milenaria de Cristo An-skaya Rusia.

    La vida completa de Olga, gran duquesa de Rusia, igual a los apóstoles

    El santo igual de la capital, Olga, era el su-ru-goy del príncipe Igor de Kiev. La lucha del cristianismo contra el paganismo bajo Igor y Olga, príncipes que vivieron después de Oleg († 912), entra en un nuevo período. La Iglesia de Cristo en los últimos años del príncipe Igor († 945) se convirtió en una importante potencia espiritual y espiritual-soberana en el estado ruso. Esto se evidencia en el texto conservado de la época de Igor con los griegos de 944, que se incluye en "La historia de los años pasados", en el artículo que describe los acontecimientos de 6453 (945).

    Un tratado de paz con las esposas de Kon-stan-ti-no-po tenía que ser aprobado por ambas sociedades re-li-gi-oz-us -mi Ki-e-va: “Rus es bautizada”, es decir, la Los cristianos acudieron al sacerdote en la iglesia catedral de San el pro-ro-ka de Dios Elías; “Rus' no está bautizada”, los paganos juraron sobre armas en el lugar sagrado de Pe-ru-on Gro-mo-verzh-tsa. El hecho de que los cristianos hayan ocupado el primer lugar en el do-ku-men habla de su espiritualidad preeminente y de la mayor importancia en la vida de la Rus de Kiev.

    Evidentemente, en el momento en que, antes de 944, el ladrón se instaló en Tsar-Gra-de, en el poder en Ki-e-ve-cien -¿Soy gente que siente el cristianismo, que es consciente de su necesidad? la sociedad Ru-si a la cultura cristiana viva y creativa. Quizás el propio príncipe Igor, que tenía algún cargo oficial, estaba asignado a este cargo diestro y no le estaba permitido convertirse personalmente a la nueva fe sin decidir la cuestión del bautismo de todo el país y el establecimiento de una nueva. le-nii en él la gloriosa jerarquía eclesiástica de derecha. Por esta razón, el acuerdo se redactó con pasos cuidadosos, lo que no habría impedido que el príncipe lo aprobara, para otorgarlo tanto en forma de juramento pagano como en forma de juramento cristiano.

    Pero mientras los enviados bizantinos llegaban a Kiev, el asentamiento en el Dnieper esencialmente me abandonó. La oposición pagana estaba claramente definida, a la cabeza de la cual estaban los cien Va-Ryazh vo-ds del Santo -neld y su hijo Msti-slav (Msti-sha), a quien Igor le dio la tierra Drev-lyansky como una explotación.

    La influencia de los judíos jázaros también fue fuerte en Kiev, y no les podía gustar la idea de triunfar con derecho a la gloria en la tierra rusa.

    Incapaz de superar la inercia de la costumbre, Igor siguió siendo pagano y selló el acuerdo según el modelo pagano: juramento sobre espadas. Rechazó las bendiciones del bautismo y fue castigado por su incredulidad. Un año después, en 945, los paganos rebeldes lo mataron en la Tierra Antigua, despedazándolo entre dos árboles. Pero los días del paganismo y el modo de vida de las tribus eslavas basado en él ya habían terminado. Soporté la carga del servicio gubernamental con mi hijo de tres años, la santa y gloriosa viuda de Igor - ve -li-princesa de Ki-ev-skaya Ol-ga.

    El nombre del futuro pro-sve-ti-tel-ni-tsy de la región rusa y su nacimiento "La historia de los años pasados" se menciona por primera vez en el artículo sobre la esposa de Igor: "¿Y le trajiste un Mi esposa, de Pskov, se llama Ol-gu. Ella vino-sobre-le-zha-la, especifica la crónica de Joachim, a la familia de los príncipes de Iz-bor, uno de los árboles olvidados -dinastias principescas no rusas, que estaban en Rusia en el siglo X- Siglos XI. no menos de veinte, pero algunos de los cuales fueron todos cercanos a ti con el tiempo Ryu-ri-ko-vi-cha-mi o se fusionaron con ninguno -a través del matrimonio. Algunos de ellos eran de origen eslavo local, otros eran recién llegados, varegos. Se sabe que las monjas escandinavas, invitadas a reinar en las ciudades rusas, invariablemente no hablaban ruso, a menudo - nombres rusos y rápidamente cien - aparecían en ruso - como por diseño - en la vida, tanto en términos del mundo- vista e incluso en términos de apariencia física.

    Entonces, la esposa de Igor fue llamada con el nombre Var-Ryazh Hel-ga, en ruso "ojo del ojo" pro-iz-no-she-nii - Ol-ga, Vol-ga. El nombre femenino Olga corresponde al nombre masculino Oleg (Hel-gi), que significa "santo". Aunque el carácter pagano de la santidad es completamente diferente del cristianismo, también es pre-hay una disposición espiritual especial en una persona, total sabiduría y sobriedad, inteligencia y perspicacia. Revelando el significado espiritual del nombre, la gente llamó a Ole el Profeta, Olga la Sabia.

    Las leyendas posteriores nombraron al pueblo como su nombre de nacimiento. Estás a pocos kilómetros de Psko, río arriba Ve-li-koy. No hace mucho, parecía haber un puente sobre el río Olgin, en el antiguo cruce del río, donde Olga conoció a Igor. Pskovskaya entonces conservó muchos nombres asociados con el pa-mi-gran Psko-vi-tyan-ki: de-rev-ni Ol-zhe-nets y Ol-gi-no Po-le, Ol-gi-ny Vo -ro-ta - uno de los ru-ka-vov del río Ve-li-koy, la montaña Ol -gi-na y la cruz Ol-gin - cerca del lago Pskov, Ol-gin Ka-men - cerca del pueblo de You -bu-tú.

    Na-cha-lo sa-mo-sto-ya-tel-no-go-ru-le-niya del príncipe Olga en relación con la historia sobre la terrible retribución de los antiguos a nosotros, los asesinos de Igor. Jurando sobre espadas y creyendo “sólo en tu espada”, las lenguas sobre-re-che-eran la casa de Dios de la espada y mueren (). Al inclinarse ante el fuego, entre otros elementos divinizados, encontraron en el fuego su venganza. El Señor sacó a Olga de la mitad del castigo de fuego.

    La lucha por la unidad de Ru-si, por la subordinación del centro Ki-ev a la enemistad mutua de las tribus y los principados del camino pro-kla-dy-va-la hacia window-cha-tel-noy del cristianismo en la tierra rusa. Detrás de Olga, todavía pagana, la Iglesia cristiana de Kiev de cien I-la y su patrón celestial, el santo pro- el destino de Dios Elías, con su fe y oración ardientes, su maravilloso fuego del cielo y su victoria. sobre los antiguos, a pesar de las noticias de be-di-tel-ni-tsy, hubo un vi-de-doy de fuerzas creativas cristianas en el estado ruso-su- el don de las lenguas si-la-mi , los dark-mi y la destrucción de los tel-us.

    Ol-ha del paraíso divino entró en la historia como un gran cocreador de la vida estatal y el culto de Kiev Ru-si. Le-to-pi-si está llena de testimonios sobre sus incansables “paseos” por la tierra rusa con el objetivo de lograr un buen desarrollo y enfatizar la vida civil y económica en el contexto actual. Habiendo logrado el fortalecimiento interno del poder del príncipe de Kiev, debilitando la influencia del me-shav-shih co-bi-ra-niu de Ru-si de los pequeños príncipes locales, O-ga tsen-tra-li-zo- va-la todo el gobierno estatal desde hasta -con el poder del sistema "by-go-stov". En 946, con su hijo y su amigo, caminó por la tierra de Drev-Lyanskaya, "estableció sí-no y about-ro-ki", aldeas de-me-cha, cien-no-vi-scha y lugares de caza, sujeto a inclusión en las autoridades principescas de Ki-ev-ki -de-niya. Al año siguiente fue a Novgorod, instaló campamentos a lo largo de los ríos Msta y Luga, dejando huellas visibles de ella por todas partes -ey de-ya-tel-no-sti. "Había lugares para ella (lugares de caza) en toda la tierra, señales establecidas, lugares para ella y lugares para ella", escribió le-to-pi-sets, y hasta el día de hoy se encuentra en Pskov, hay lugares indicada por ella para la captura de pájaros a lo largo del Dnieper y del Desna; y su aldea Ol-zhi-chi todavía existe hoy”.

    Organizado por Ol-goy in-go-sty, siendo coadministrador financiero y centros su-deb-ny, brindó un fuerte apoyo al poder principesco sobre el terreno.

    Estando ante todo, según el significado mismo de la palabra, el centro del comercio y el comercio ("invitado" es un comerciante), con -bi-paradise y or-ga-ni-zuya a su alrededor on-se-le-nie (en lugar de la antigua implementación "para el pueblo" de sí-no y na-lo-gov, ahora de manera igual y enfática según las reglas), los Ol-gins se han vuelto importantes: la célula misma de esta-nada-y cultural asociación de la nación rusa.

    Más tarde, cuando Olga se convirtió en chri-sti-an-koy, los primeros templos comenzaron a erigirse según las reglas; desde el momento del bautismo de Ru-si en San Vladimir según GOST y el templo (parroquia) se volvieron inseparables según -I-mi. (Sólo posteriormente, a partir de la existencia de cementerios cerca de los templos, surgió la palabra "según GOST" en el sentido de le "tesoro-bi-sche".)

    La princesa Olga trabajó mucho para fortalecer el poder de defensa del país. Las ciudades se han vuelto fuertes y fortificadas, you-sh-go-ro-dy (o de-tin-tsy, excepto nosotros) se han convertido en -men-ny-mi y du-bo-you-mi ste-na-mi ( for-bra-la-mi), more-ti-ni-wa-la-mi, a menudo-to-ko-la-mi. La propia princesa, sabiendo cuán hostiles eran muchos a la idea de fortalecer el poder principesco y la unidad Ru-si, vivía en cien yang, pero "en la montaña", sobre el Dnieper, detrás de bra-la. -mi de Ki-ev-sko-go-go- sh-go-ro-da (Top-not-go-ro-da), rodeado de un fiel amigo. Dos tercios del so-bran-noy, según la evidencia del le-to-pi-si, ella es de-da-va-la en el ra-s-rya-same ki-ev -th ve- cha, la tercera parte fue "a Ol-ze, a Vy-sh-city", para las necesidades de la estructura militar. En el momento en que O-ga is-to-ri-ki, el establecimiento de las primeras fronteras estatales de Rusia, for-pa- Sí, con Polonia. Bo-ga-tyr-skie for-sta-you en el sur cien-ro-vivieron pacíficos n-you ki-ev-lyans de la gente de Di-ko-go Pol. Los extranjeros se apresuraron a Gar-da-ri-ku ("pueblos-bien-campo"), como llamaban a Rus, de that-va-ra -mi y ru-ko-de-lya-mi. Los suecos, daneses y alemanes se unieron voluntariamente al ejército ruso. Shi-ryat-sya for-ru-be-z-zi-ki-e-va. Esto contribuye al desarrollo de la construcción en piedra en la ciudad, a principios de Érase una vez la princesa Olga. Los primeros edificios de piedra de Ki-e-va, el palacio de la ciudad y la torre de Olga fuera de la ciudad, ¿has encontrado ar-heo-lo-ga-mi recién en nuestro siglo? (El palacio, o más precisamente, sus cimientos y los restos de las murallas, fueron encontrados y desmantelados en 1971-1972.)

    Pero no sólo el fortalecimiento del Estado y el desarrollo de las formas económicas de la vida nacional atrajeron la atención de ma-nie Wise-roy prince-gi-ni. Lo que le parecía aún más urgente era la transformación radical de la vida re-li-gi-oz-de Ru-si, do -khov-noe pre-ob-ra-zhe-nie de la na-ro-da rusa. Rusia se ha convertido en un gran país. En aquellos años, sólo dos estados europeos podían competir con él en importancia y poder: en primer lugar, Europa, el antiguo imperio bizantino, al fondo, el reino de los sajones.

    La experiencia de ambos imperios, que deben su alto espíritu de enseñanza cristiana, re-li-gi-oz a los puntos principales de su vida, parecía claro que el camino hacia la futura gran Rusia pasa no solo a través de en- nye, pero ante todo y de manera pre-importante a través de metas y logros espirituales. En manos de Ki-ev bajo el hijo adulto de la Santa Gloria, la Gran Duquesa Olga en el verano de 954, vys-kav bla-go-da-ti e is-ti-ny, de-la- et-sya con una gran flota a Tsar-grad. Esta fue una “caminata” pacífica, que se debió a la misión re-li-gi-oz-no-go-pa-lom-no-things y di-pl-ma-ti-che-skoy, pero po-li- requisitos de ti-che-skie so-o-ra-zhe-niya para que se convierta en uno-ahora-hombre -pero la manifestación del poder militar de Ru-si en el Mar Negro, que nos recuerda al orgulloso fumador " ro-me" -yam" sobre los paseos be-do-nos-nyh de As-kol-da y Ole-ga, quienes en 907 llevaron su escudo "a las puertas del zar -gra-da".

    El resultado se logró. La aparición de la flota rusa en el Bósforo creó las referencias previas necesarias para el desarrollo de otros mismos rusos-vi-zan-tiy-dia-lo-ha. A su vez, la capital del sur de la severa hija de Se-ve-ra dio un color diferente, -ko-le-pi-eat ar-hi-tek-tu-ry, mix-she-ni-em lenguas y pueblos de el mundo. Pero una impresión especial es la riqueza de los templos cristianos y los santuarios reunidos en ellos. Tsar-grad, “ciudad-rey” del imperio griego, incluso en la misma fundación (más precisamente, el restablecimiento) le-nii) en el año 330, dedicada al santo igual a la capital Kon-stan-ti -n el Grande (conmemorado el 21 de mayo) Santísimo -ese Bo-go-ro-di-tse (este evento se celebró en la Iglesia griega el 11 de mayo y pasó de allí a Rusia) meses celestiales), esforzarse en todo para sé digno de tu Protector Celestial. La princesa rusa está presente para el servicio de Dios en las mejores iglesias de Kon-stan-ti-no-po-la - Santa Sofía, Blaquernas Bo-go-ma-te-ri y otras.

    El corazón de la sabia Olga se abrió al santo derecho, tomó la decisión de hacerse cristiana. El ta-in-stvo del bautismo fue realizado sobre ella por el patriarca Kon-stan-ti-no-pol-sky Fe-o-fi-lakt (933-956), y la restauración -no -uno fue el propio emperador Kon-stan-tin Bag-rya-no-nativo (912-959). Se le dio el nombre de Elena en el bautismo en honor a la santa igual de la capital Elena (conmemorada el 21 de mayo), ma-te-ri del santo Kon-stan-ti-na, el Árbol Honesto de la Cruz del Estado. . En la palabra na-zi-da-tel, dicha al finalizar el ob-rya-da, el patriarca dijo: “Bla-go-slo-ven -estás en las esposas de los rusos, porque dejaste las tinieblas y amaste la Luz. El pueblo ruso te bendiga en todo el futuro a quienes viven contigo, desde tus nietos y bisnietos hasta tus descendientes”. Él le instruyó en la is-ti-nah de la fe, los estatutos de la iglesia y la regla de oración, le explicó al di sobre po-ste, tse-lo-sabiduría y ternura. "Ella", dice el reverendo, "inclinó la cabeza y se puso de pie, como si estuviera diciendo una palabra, escuchó la enseñanza y, inclinándose ante Pat-ri-ar-hu, dijo: "Ora-a-". va-mi tuyo, Vla- vamos, salvémonos de las redes del enemigo."

    Exactamente así, con la cabeza ligeramente inclinada, una imagen de Santa Olga en uno de los frescos de Kiev So-fiy-sko-go so-bo-ra, así como en la contemporánea Vi-zan-Ti-skaya mi -ni-a-tyu-re, en la cara de la mano -pi-si Chro-ni-ki Ioan-na Ski-li-tsy de Mad-Rid-skaya na-tsio-nal-noy bib-lio-te -ki. La inscripción griega, con-sobre-el-líder-da-yu-shaya mi-ni-a-tyu-ru, llama a Ol-gu “ar-hon-tes-soy (que hay un vla-dy-chi- tsey) rus-sov", "la mujer, de nombre El-goy, que vino al zar Kon-stan-ti-nu y era ba-sche-na". La princesa está representada con un tocado especial, "como una Christ-an-ka recién bautizada y una Even-naya Dia -ko-nis-sa de la Iglesia rusa". Junto a ella, con el mismo atuendo bautismal, está Ma-lusha († 1001), posteriormente la madre del santo igual no-go Vla-di-mi-ra (el 15 de julio).

    Entonces, quién-no-odia-a-los-rusos, como era el emperador Kon-stan-tin Bag-rya-pero-nativo, no fue fácil para- Convirtámonos en el padrino de "ar-khon-tes-sy Ru-si ". En el let-to-pi-si ruso había historias sobre cómo decidir-pero e igualmente-go-va-ri-va-la Ol-ga con im-per-ra-to-rum, sorprendiendo a los griegos con espiritual madurez y sabiduría estatal, de una manera Vaya que el pueblo ruso tenga el poder de aceptar y vivir sabiamente los mayores logros del re-li-gi-oz -no-genio griego, los mejores frutos del Vi-zan-Ti -espíritu-no-sti y cultura. Así, Santa Olga logró “tomar Tsar-Grad” pacíficamente, algo que ningún otro semiconcilio había podido hacer antes que ella. Según el testimonio del le-to-pi-si, el propio im-pe-ra-tor tuvo que admitir que “per-re-klu-ka-la” (per-re -hit-ri-la) su O-ga y la memoria del pueblo, unidos-niv sobre la profética O-ga y la sabia O-ga, for-pe -chat-le-la esta victoria espiritual en la historia “Sobre la captura del zar-rya- ciudad por el príncipe Ol-goy”.

    Kon-stan-tin Bag-rya-no-native en su co-chi-ne-nii “Sobre el ce-re-mo-ni-yah de la corte Vi-zan-ti”, que llegó a nosotros en un lista única, dejó una descripción detallada de las ceremonias que co-promocionaron los líderes -va-nie de Santa Olga en Kon-stan-ti-no-po-le. Describe una recepción ceremonial en el famoso pa-la-te Magnaur, acompañada por el canto de pájaros de bronce y el gruñido de leones de miel, donde apareció O-ga con un enorme séquito de 108 personas (sin contar a la gente del Santa gloria), y re-go-vo-ry en un círculo más estrecho en los pueblos im-pe-ra-tri-tsy, y una feliz cena en el salón Yus-ti -no-a-na, donde, debido a las circunstancias del pro-think-tel-but, se reunieron en la misma mesa damas soberanas": ba-bush-ka y la madre del santo igual de Vla-di-mi-ra (Santa O-ga y. su compañera -ni-tsa Ma-lusha) con la abuela-bush-koy y ma-teryu de su futuro su-pru-gi Anna (im-pe-ra-tres-tsa Elena y sus novias -ka Fe-o-fa -No). Caminará un poco más por lu-ve-ka, y en el templo De-sha-tiny del Santo Dios-ro-di-tsy en Ki-e-ve-ka habrá Cerca de la casa hay Cien ataúdes de mármol de Santa Olga, Santa Vla-di-mir y la bendita "Zar Anna" ".

    Durante una de las recepciones, Kon-stan-tin habla de Bag-rya-pero-nativa, la princesa rusa estaba bajo -no-eso-sino-un plato dorado decorado con piedra. Santa Olga lo sacrificó con la vestimenta de So-fiy-sko-go-bo-ra, donde fue visto y descrito en el diplomático ruso na-cha-le del siglo XIII Dob-ry-nya Yad-rei-kovich, posteriormente arzobispo de Novgorod An-to-niy: “El plato del gran mal le sirvió a Olga la rusa, cuando recibió tributo, fue al zar-Grad en el plato Ol -zhine ka-men dr-giy, en el mismo ka-me-ni na-pi-san Christos”.

    Sin embargo, el lu-ka-vy im-per-ra-tor, habiendo comunicado tanto en detalle, como en represalia por el hecho de que "per-re-O-ga lo picoteó", le dio un acertijo difícil al is -to-ri-kam de la Iglesia rusa. El caso es que el venerable Néstor Le-to-pi-sets habla en “En el tiempo de los años” de las investigaciones de Cre-Olga en el año 6463 (955 o 954), y esto corresponde a la cronología bizantina de Ked- ri-na. Otro escritor de la iglesia rusa del siglo XI, Jacob Mnih, en la palabra "Alabado sea y alabado sea Vladimir... y cómo fue bautizada la abuela Vla-di-mi-ra Ol-ga", hablando de la muerte de la santa princesa ( † 969), de-me-cha- Se dice que vivió como cristiana quince años, y a la vez fue Bautizada en el año 954, lo cual es lo mismo-sí con exactitud hasta unos meses con indicación de Néstor. Mientras tanto, Kon-stan-tin Bag-rya-no-native, describe la preexistencia de O-ga en Kon-stan-ti-no-on-le y na-zy: los detalles exactos de la recepción que organizó en su honor. , con incertidumbre deja entender que todo esto fue sobre-ho-di-lo en 957. Para aceptar el le-to-pi-si, por un lado, y el Kon-stan-ti-na, por el otro, las iglesias rusas tuvieron que elegir una de dos cosas: o Santa Olga para la continuación de re-re-go-vo-ditch con im-per-ra-to-rum en 957 vino-e-ha-la a Kon-stan-ti-no-pol por segunda vez, o ella Ella no fue bautizada en Tsar-Gra-de, pero en Ki-e-ve en 954, y su única caída fue en Vi -zan-tiyu so-ver-shi-la, ya bu-duchi hri-sti-an-koy. La primera preposición es más plausible.

    Lo que ka-sa-et-sya directamente-pero di-plo-ma-ti-che-sko-go es-ho-da per-re-go-vo-ditch, de Santa Olga habría algún motivo para permanecer insatisfecho con ellos. Habiendo logrado éxito en cuestiones sobre el comercio ruso dentro del imperio y la confirmación de la paz antes de -in-ra con Vi-zan-ti, encarcelado por Igo-rem en 944, no pudo, sin embargo, persuadir al hilo de im-ra-to. -ra a dos importantes co-gla-she-ni-yams para Rusia: sobre el di-na-sti-che-matrimonio de la Santa Gloria con Vi-zan-tiy -sky tsar-rev-noy y sobre las condiciones para la restauración de la existencia de los Vav-shays bajo As-kol-de del glorioso derecho mit-ro-po -lia en Ki-e-ve. Su descontento con la misión se escucha claramente en la respuesta que dio a su regreso al di-well, enviada desde im-per-ra-to-ra en slam. En respuesta a su solicitud de-no-si-tel-pero la ayuda militar prometida de Santa O-ga a través de las palabras bruscamente de-ve-ti-la: “Si te quedas conmigo en Po-China tanto como yo hazlo en Su-du, entonces te daré un vo-ev en po- power".

    Al mismo tiempo, a pesar del fracaso del antiguo gobierno en establecer una jerarquía eclesiástica en Rusia, Santa Olga, habiéndose convertido al cristianismo -qué, celo-pero-pre-da-va-estaba-en-los-movimientos-de-los-cristianos -buenas noticias entre los paganos y las iglesias -ésima construcción: “tre-bi-scha be-sov-skaya co-cru-shi y on-cha-ti sobre Cristo Jesús”. Ella erige templos: San Nicolás y Santa Sofía en Ki-e-ve, las Bendiciones del Santísimo -ese Bo-go-ro-di-tsy- en Vi-teb-sk, la Santa Vida-en-el -jefe Tro-i-tsy - en Pskov. Desde entonces, Pskov ha sido llamada en verano la Casa de la Santísima Trinidad. El templo, construido por Olga sobre el río Ve-li-kay, en el lugar que le indicó, según el testimonio del escriba, desde arriba "Rayo de los Tres-si-tel-no-go-god-stvo" , defendido durante más de un siglo. En 1137, el santo príncipe Vse-vo-lod-Gav-ri-il († 1138, conmemoración del 11 de febrero) for-menil de-re-vyan-ny templo ka-men -nym, que fue reconstruido, en a su vez, en 1363 y reemplazó, finalmente, hasta el día de hoy shim Tro-its-kim so-bo-rum.

    Y otro monumento importante a la "palabra mo-nu-men-tal-no-go-go" rusa, como suelen llamar a la arquitectura de la iglesia, asociada con el nombre de la santa igual de la capital, Olga, el templo de Sofía, la Más Sabiduría de Dios, para ella en Ki-e-ve, casada poco después de su regreso de la ciudad zar y consagrada el 11 de mayo de 960. Posteriormente, este día se celebró en la Iglesia rusa como una fiesta especial de la iglesia.

    En el mes del per-ha-men-no-go Apo-sto-la de 1307, el 11 de mayo, for-pi-sa-no: “El mismo día, la consagración de Santa Sofía en Ki -E-ve en el verano de 6460." Sí, pa-my-ti, en opinión de las iglesias de is-to-ri-kov, señalando según el llamado "an-tio-hiy" -sko-mu", y no según el general-pri-nya-mu kon-stan-ti-but-pol-su-summer-is-number-and-from-vet Han pasado 960 años del nacimiento de Cristo.

    Santa Olga no en vano recibió en el bautismo el nombre de la santa igual de la capital Helena, quien encontró el Árbol Honesto La Cruz de Cristo en Ieru-sa-li-me. El santuario principal de la recién creada Iglesia de Sofía fue la Santa Cruz, que fue fundada por la nueva Elena de Tsa -ry-gra-da y recibida por ella con una bendición de Kon-stan-ti-no-pol-go pat. -ri-ar-ha. La cruz, según la leyenda, fue tallada de una sola pieza del Árbol Viviente del Señor. En la cruz había una inscripción: "La tierra rusa está protegida por la Santa Cruz, que Olga, bendita y fiel, recibió el príncipe-gi-nya".

    San Ol-ha hizo muchas cosas para conmemorar la memoria de los primeros eruditos rusos que llevan el nombre de Cristo -va: sobre la tumba de As-kol-da, erigió el templo Nikol-sky, donde, según algunas fuentes, ella Como consecuencia, en el buen sentido, encima de la tumba de Di-ra se encuentra la catedral más alta llamada Santa Sofía, que simplemente después de medio siglo se quemó en 1017. Yaro-slav el Sabio construyó en este lugar más tarde, en 1050, la iglesia de Santa Irene, y Santa Sofía Ol -gi-al templo-re-llevado al templo de piedra del mismo nombre - la todavía en pie Sofía de Ki-ev-skaya, for-lo-femenino- nuevo en 1017 y consagrado alrededor de 1030. En el Pro-log del siglo XIII se decía sobre la cruz de Ol-gi-nom: "ahora se encuentra en Ki-e-ve en Santa Sofía en al-ta-re en el lado derecho". El saqueo de los santuarios de Ki-evo continuó después de que los mon-go-lovs de Li-tov-ts-mi, a los que la ciudad se convirtió en -Xia en 1341, tampoco lo perdonaron. Bajo Jagai-le durante la Unión de Lublin, Polonia y Lituania se unieron en 1384 en un solo estado, Ol- La cruz de gin fue robada de So-fiy-sko-go-bo-ra y alguien la llevó a Lub-lin. Se desconoce su futuro.

    Pero entre los bo-yars y los druzhin-ni-kovs de Ki-e-ve había mucha gente que, según So-lo-mo-na, " "No veo la Gran Sabiduría", como lo hizo la santa princesa Olga, quien le construyó templos. El rugido del lenguaje del mundo antiguo se vuelve cada vez más audaz bajo el go-lo-woo, mirando con esperanza de paraíso la maleza She-santo-gloria-va, decidida-pero-de-niv -ella-go-go-ry ma-te-ri para aceptar el cristianismo y si- estoy enojado con ella por esto. Habría que darse prisa en el serio asunto de la creación de Rusia. La co-guerra de Vi-zan-tia, no era lo mismo darle el cristianismo a Ru-si, estaba en manos de la lengua-n-kam. En busca de una solución, Santa Olga vuelve la vista hacia Occidente. Aquí no hay ningún discurso pro-ti-vo. Santa Olga († 969) todavía pertenecía a la Iglesia indivisa y apenas tuvo la oportunidad de profundizar en los tonos de las palabras de Dios de las enseñanzas de la fe griega y latina. Pro-ti-in-a-sto-i-ness de Za-pa-da y Vo-sto-la-se le presentó ante todo de la misma manera -cosa, segundo grado en comparación con la real para- cuyo - co-creación de la Iglesia rusa, cristo- An-skim pro-sve-sche-ni-em Ru-si.

    En el año 959, el cronista alemán, llamado "pro-dol-zha-tel Re-gi-no-na", escribe: "llegaron al rey Elena, la reina de los rusos, que fue bautizada en Kon- stan-ti-no-po-le, y pro-si- "¿Deberíamos consagrar un obispo y sacerdotes para esto?" El rey Otton, el futuro os-no-va-tel del Imperio alemán, respondió de buena gana a la petición de Olga, pero dirigió el negocio lentamente, con un carácter puramente alemán. Sólo en el siguiente cumpleaños, en el año 960, se instaló el obispo ruso Li-bu-tion, de la mon-on-hermandad del monasterio de Santa Alba en Maguncia. Pero pronto murió (15 de marzo de 961). En su lugar fue ordenado Adalberto de Tréveris, a quien Otton “suministró generosamente todo lo necesario”, desde Netz hasta Rusia. Es difícil decir qué hubiera sucedido si el rey no hubiera esperado tanto, pero cuando en 962 Adalberto apareció en Ki-e -ve, "no logró nada de lo que había sido enviado, y vio sus esfuerzos en vano." Pues bien, en el camino de regreso, “algunos de sus compañeros fueron asesinados, y el propio obispo no escapó del peligro de muerte”.

    Resultó que en los últimos dos años, al igual que antes de Olga, finalmente se abrió una ventana en Ki-e-ve a favor del bando del paganismo y, sin convertirse ni en la gloria de la derecha ni en ninguna otra cosa, en Rusia. -En general, una vez más pensé en el cristianismo. La reacción lingüística se manifestó con tanta fuerza que no sólo los mis-si-o-not-ry alemanes, sino también algunos de los cristianos de Kiev que fueron bautizados con Olga en Tsar-Grad. Por orden de la Santa Gloria, el sobrino de Santa Olga Gleb fue asesinado y algunos edificios construidos por ella fueron destruidos. Ra-zu-me-et-sya, esto no podría haber sucedido sin la diplomacia secreta de Vi-zan-Ti: la construcción en contra de Olga y la reunión de oportunidades militares para fortalecer a Ru-si gracias a la cooperación con Otto, los griegos prefirieron apoyar el idioma -kov.

    El fracaso de la misión Adal-ber-t tuvo un significado conceptual para la futura Iglesia Ortodoxa Rusa, ya que escapó del cautiverio papal. Santa Olga tuvo que aceptar lo sucedido y dedicarse por completo al negocio del bien personal, habiendo entregado las riendas de los derechos de la lengua a la Santa Gloria. Continuaron tomándola en cuenta, en su estado-sabiduría invariablemente recurrieron a ella en todos los casos difíciles. Cuando Saint Slav partió de Ki-e-va y pasó la mayor parte de su tiempo en campañas y guerras, la gestión del estado fue nuevamente confiada a la princesa-gina-ma-te-ri. Pero la cuestión del bautismo de Rusi fue temporalmente retirada de la agenda del día, y esto, por supuesto, molestó a Santa Olga, que considera que hacer de Cristo la buena nueva es lo principal en su vida.

    Ella soportó dócilmente el dolor y la pena, trató de ayudar a su hijo en el for-bo-tah estatal y militar, para guiarlos en sus heroicos planes. La victoria del ejército ruso habría sido un consuelo para ella, especialmente la derrota del antiguo enemigo del estado ruso, los regalos, Ha-zar-sko-go ka-ga-na-ta. Dos veces, en 965 y 969, las tropas de la Santa Gloria pasaron por las tierras de los "no locos Kha-zarov", aplastando para siempre el poder de las autoridades judías en la región de Azov y la región del Bajo Volga. El siguiente golpe fuerte fue sobre la Bulgaria musulmana del Volga, luego le tocó el turno a Bulgaria Dunay-skoy. Setenta ciudades a lo largo del Danubio fueron tomadas como amigas. Una cosa molesta a Ol-gu: como si, dejándose llevar por la guerra de Bal-ka-nakh, St. Slav no se hubiera olvidado de Ki-e-ve.

    En la primavera de 969, Ki-ev wasa-di-li pe-che-ne-gi: “y es imposible que le traigas co-nya, sto-ya pe-che-ne-gi en Ly- be-di." El ejército ruso estaba aquí y allá, a orillas del Danubio. Habiendo glorificado a los mensajeros al hijo, la propia Santa Olga encabezó la ronda de las cien caras. San Eslavo, al recibir la noticia, pronto galopó hacia Kiev, “saludó a su madre y a sus hijos y comprimió “lo que les pasó a causa de los malos”. Pero, habiendo derrotado a los nómadas, el príncipe militar volvió a hablar con mate-ri: “No me gusta sentarme en Kiev, quiero vivir en Pe-re-ya-s-lav- tse en el Danubio: hay s-re-di-en mi tierra”. San Eslavo soñaba con crear un enorme Estado ruso desde el Danubio hasta el Volga, que uniera a Rusia, Bolgaria, Serbia, la región del Mar Negro y la región de Azov y extendiera sus gestas previas a la propia ciudad zarista. Ol-ga es sabia, no-ma-la, que con todo el coraje y el from-va-ge de los escuadrones rusos, no podrán hacer frente al antiguo im-peri -ey ro-me-ev, Santo la gloria esperaba el fracaso. Pero el hijo no escuchó la advertencia ma-te-ri. Entonces Santa Olga dijo: “Verás, tengo dolor. ¿Adónde quieres alejarte de mí? ¿Cuándo es bueno para mí?” -nya, ve a donde quieras.

    Sus días eran tan largos que sus trabajos y penas erosionaban sus fuerzas. El 11 de julio del año 969 murió santa Olga, “y su bisabuelo, y sus nietos, y todo el pueblo lloraron por ella”. En los últimos años, en medio del triunfo de la lengua, ella, que una vez fue una gobernante orgullosa, fue bautizada del patrimonio -ri-ar-ha en la capital del derecho de gloria, el alce vino en secreto, pero manténgase el sagrado contigo, para no llamar a un nuevo aullido flash-ki an-ti-hri-sti-an-sko-go fa-na-tiz-ma. Pero antes de morir, habiendo recuperado nuevamente su antigua firmeza y determinación, perdonó las fiestas funerarias paganas y abrió la puerta según el orden correcto. El presbítero Gregorio, que estaba con ella en 957 en Kon-stan-ti-no-po-le, exactamente la ejecutó por radiodifusión.

    Santa Olga vivió, murió y fue como cristiana. "Y tan viva y saludable es la gloria de Dios en la Trinidad, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, en la bienaventuranza de la fe, termina tu vida en paz en Cristo Jesús, nuestro Señor". Como su testamento pro-ro-che-siguiente al-to-le-ni-yam, ella está con el profundo-cristiano-smi-re-ni -I-ve-da-la mi fe sobre my-ro-de: “¡La voluntad de Dios, que sea! wa-ti-ro-du my-e-Tierra de Rusia, que repose en sus corazones volverse a Dios, así como este Dios es para mí yes-ro-va".

    Dios glorificó la santa obra del derecho de gloria, "a la cabeza de la fe" en la tierra rusa, chu-de-sa- No tenemos reliquias en descomposición. Jacob Mnih († 1072), cien años después de su muerte, escribió en su “Pa-me-ti y en alabanza a Vla-di-mi-ru”: “Dios pro-glorifique el cuerpo de tu sierva Olena, y allí está su honorable cuerpo en la tumba, y mis restos indestructibles hasta el día de hoy. La bienaventurada princesa Olga alabó a Dios con todas sus buenas obras, y Dios la glorificó". Bajo el santo príncipe Vladimir, según algunos datos, en 1007, las reliquias de Santa Olga estaban -estamos en la diminuta Iglesia de la Asunción del Santísimo Dios-ro-di-tsy y en un sar- ko-fa- oye, ¿en qué lugares se colocarían las reliquias de los santos en el glorioso Oriente? “Y habéis oído algo maravilloso sobre ella: el ataúd de piedra es pequeño en la Iglesia de los Santos Dioses, esa iglesia fue creada por el bendito Príncipe Vla-di-world, y allí está el ataúd de la bendita Olga. En la parte superior del ataúd hay una ventana; sí, se puede ver el cuerpo de la bendita mujer Ol-gi le-zha-sche tse-lo”. Pero no todos vieron el milagro de la incorruptibilidad de las reliquias de la princesa igual: “El que vendrá con fe, habrá una ventana, y verá un cuerpo honesto allí intacto y di-wit-sya chu-du que -ko-vo-mu - esos-años-en-gro- be-le-zha-sche te-lu nes-ru-shiv-she-mu-sya como si estuviera durmiendo, pero otros, los que no vienen con fe, no ven la ventana del sepulcro, y no la ven, eso es bastante justo, sino sólo un ataúd".

    Entonces, después de su muerte, Santa Olga proclamó la vida eterna y la resurrección, llena del gozo de la fe y mintiendo incrédula. Ella era, según palabras del pre-ex-Néstor Le-escriba, “la tierra precristiana, como una guarida “nada ante el sol y como la aurora ante la luz”.

    El santo igual al gran príncipe Vladimir, exaltando su bendición a Dios el día del bautismo de Ru -si, testifica en nombre de sus contemporáneos sobre el santo igual de la regular Olga, que me conoce en tel. - en nuestras palabras: "Bla-go-slo-vi-ti quiere a los hijos de Rusia, y en la última generación al nieto tuyo".

    Ver también: "" en el texto de St. Di-mit-ria de Ro-stov.

    Oraciones

    Troparion a la princesa Olga, igual a los apóstoles, en el santo bautismo de Helena

    Con las alas del entendimiento de Dios, volaste por encima de la creación visible, / habiendo buscado a Dios y Creador de todas las cosas, / y habiéndolo encontrado, volviste a nacer por el Bautismo. He aquí, / los árboles de los seres vivientes gozan, y permanece incorruptible para siempre,// Olgo, siempre glorioso.

    Traducción: Habiendo cubierto tu mente con las alas del conocimiento de Dios, te elevaste por encima de la creación visible, buscando a Dios y al Creador de todo y, habiéndolo encontrado, recibiste un nuevo nacimiento en el Bautismo, disfrutando del Árbol de la Vida, permaneciendo incorruptible para siempre. Olga, siempre glorificada.

    Habiendo abandonado la adulación de los ídolos,/ seguiste a Cristo, el Esposo Inmortal, Olgo el Sabio,/ regocijándote en su diablo,/ orando sin cesar// por los que honran con fe la santa memoria y aman la tuya.

    Traducción: Dejando el engaño, seguiste a Cristo, Esposo Inmortal, Olga la Diosa Sabia, regocijándote en Su palacio, sin dejar de orar por quienes honran tu santa memoria con fe y amor.

    Troparion a la princesa Olga, igual a los apóstoles, en el santo bautismo a Elena

    En ti, Elena, la sabia de Dios, conoces la imagen de la salvación en el país ruso, / cómo, habiendo recibido el baño del santo bautismo, seguiste a Cristo, / creando y enseñando, aunque dejaras la idolatría y la adulación, / para tomar cuidado de las almas, cosas más inmortales, // también y con los Ángeles, Iguales-a-los-Apóstoles, se alegra vuestro espíritu.

    Traducción: En ti, la sabia Elena, había una imagen exacta de la salvación para el país ruso, ya que tú, habiendo aceptado la pila del santo bautismo, seguiste a Cristo, enseñando con los hechos a dejar la seducción de los ídolos y cuidar el alma. una creación inmortal, por eso vuestro espíritu, igual a los apóstoles, se regocija con los Ángeles.

    Troparion a la princesa Olga, igual a los apóstoles, en el santo bautismo de Helena, helénica

    Santa Igual a los Apóstoles a la elegida de Cristo, Princesa Olgo,/ dio a beber a tu pueblo la leche verbal y pura de Cristo,/ orando al Dios Misericordioso,/ que el perdón de los pecados// nos dé almas calce.

    Traducción: Santa Igual a los Apóstoles elegida de Cristo, Princesa Olga, que diste a beber a tu pueblo la leche verbal y pura de Cristo (), ruega al Dios Misericordioso que conceda el perdón a nuestras almas por los pecados.

    Kontakion a la princesa Olga, igual a los apóstoles, en el santo bautismo de Elena

    Cantemos hoy a Dios, Benefactor de todos,/ que fue glorificado en Rusia por Olga la Diosa Sabia:/ para que a través de sus oraciones/ conceda a nuestras almas// la remisión de los pecados.

    Traducción: Cantemos hoy a Dios, Benefactor de todos, que glorificó a Olga la Diosa Sabia en Rusia, y que a través de sus oraciones conceda el perdón de los pecados a nuestras almas.

    Kontakion a la princesa Olga, igual a los apóstoles, en el santo bautismo de Elena

    Hoy la gracia de Dios se aparece a todos, / habiendo glorificado a Olga la Diosa Sabia en Rusia, / con sus oraciones, oh Señor, / concede a los hombres // el perdón de los pecados.

    Traducción: Hoy la gracia de Dios se apareció a todos, glorificando a Olga la Diosa Sabia en Rusia, a través de sus oraciones, Señor, concede el perdón de los pecados a las personas.

    Grandeza a la Princesa Olga, Igual a los Apóstoles, en el Santo Bautismo Elena

    Te engrandecemos,/ Santa Princesa Olgo, Igual a los Apóstoles,/ como el amanecer que amaneció en nuestra tierra/ y la luz de la fe ortodoxa// que presagiaba a su pueblo.

    Primera oración a la Princesa Olga, Igual a los Apóstoles, en el Santo Bautismo a Elena

    ¡Oh, santa Gran Duquesa Olgo, Igual a los Apóstoles, Primera Dama de Rusia, cálida intercesora y trabajadora de oración por nosotros ante Dios! A ti acudimos con fe y oramos con amor: sé tu ayuda y socorro para nuestro bien en todas las cosas, y así como en tu tiempo trataste de iluminar a nuestros antepasados ​​con la luz de la santa fe y yo me propuse hacer la voluntad. del Señor, así también ahora, en el Señorío Celestial, permaneces favorable. Con tus oraciones a Dios, ayúdanos a iluminar nuestra mente y corazón con la luz del Evangelio de Cristo, para que avancemos en la fe, la piedad y el amor. de Cristo. En la pobreza y en el dolor, presenta consuelo, da una mano amiga a los necesitados, intercede por los ofendidos y agredidos, que se han extraviado de la recta fe y están cegados por las herejías, para que comprendamos y pídanos al Todopoderoso Dios Todopoderoso. , todo lo que es bueno y útil para la vida, temporal y eterna, para que habiendo vivido bien aquí, seamos dignos de heredar las bendiciones eternas en el Reino infinito de Cristo nuestro Dios, a Él junto con el Padre y el Espíritu Santo le pertenece todo. Gloria, honra y adoración siempre, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

    Segunda oración a la Princesa Olga, Igual a los Apóstoles, en el Santo Bautismo a Elena

    ¡Oh, gran santa de Dios, elegida por Dios y glorificada por Dios, igual a los apóstoles, la Gran Duquesa Olgo! Rechazaste el mal y la maldad paganos, creíste en el Único Dios Trinitario Verdadero, recibiste el santo bautismo y sentaste las bases para la iluminación de la tierra rusa. Este es el volumen de la fe y la piedad. Eres nuestro antepasado espiritual, tú, según Cristo nuestro Salvador, eres el primer culpable de la iluminación y salvación de nuestra raza. Eres una cálida oración e intercesora por la Patria de todos los rusos, el ejército y todo el pueblo. Por eso te rogamos humildemente: mira nuestras debilidades y suplica al Rey Misericordioso del Cielo, que no se enoje con nosotros, porque por nuestras debilidades pecamos todo el día, para que él no destruya. nosotros con la iniquidad nuestra, pero que tenga misericordia y nos salve por misericordia. Que plante en nuestros corazones su temor salvador, que ilumine nuestra mente con su gracia, para que entendamos los caminos del Señor, dejemos los caminos de. la maldad y el error, y esforzarnos por los caminos de la salvación y de la verdad, cumplimiento inquebrantable de los mandamientos de Dios y de los estatutos de la Santa Iglesia. Ora, bendito Olgo, el amante de los humanos de Dios, que nos agregue su gran misericordia, que nos libre de la invasión de extranjeros, de los disturbios internos, las rebeliones y las luchas, del hambre, de las enfermedades mortales y de todo mal. Que nos dé la bondad del aire y la fecundidad de la tierra, que preserve nuestro país de todas las trampas y calumnias del enemigo, que conserve la verdad y la misericordia en los jueces y gobernantes, que dé celo a los pastores por el salvación de su rebaño, que dé prisa a todo el pueblo, que servirá con diligencia para corregir a los suyos, amarse unos a otros y tener un mismo sentir, sí, por el bien de la patria y de la Santa Iglesia, esforcémonos fielmente, para que que la luz de la fe salvadora brille en nuestro país en todos los rincones del país, para que los no creyentes se vuelvan a la fe y todas las herejías y cismas sean abolidos. Sí, habiendo vivido en paz en la tierra, seremos hechos dignos de la bienaventuranza eterna en el Cielo, alabando y exaltando a Dios por los siglos de los siglos. Amén.

    Cánones y acatistas

    Canon de Santa Igual a los Apóstoles, la Princesa Olga

    Canción 1

    Irmos: Habiendo ahogado al majestuoso Faraón en el mar con sus armas y jinetes, habiendo salvado gloriosamente a Israel y conducido por tierra seca, cantamos a Cristo, como si fuéramos glorificados.

    Tú eres nuestra grandeza y alabanza, Olgo el Sabio de Dios: por ti somos liberados de los halagos de la idolatría. Ahora ora por la generación y generaciones que trajiste a Dios, cantando a Cristo, como si fueras glorificado.

    Expulsaste al majestuoso diablo de Rusia, destruiste los ídolos malvados, liberaste a todos los pueblos de la anarquía, enseñando con sabiduría los cánticos de Cristo, como si fueras glorificado.

    Habéis lavado las tinieblas del pecado con el baño del Bautismo, habéis amado a Cristo, que está ante Él, orando por vuestros siervos, glorificándoos verdaderamente.

    Madre de Dios: Isaías te llama vara, el Purísimo, David te llama trono del Señor, Habacuc montaña sombreada, Moisés zarza, y nosotros te llamamos Madre de Dios.

    Canción 3

    Irmos: Con mano soberana y palabra fuerte creaste el Cielo y la tierra, incluso con Tu Sangre redimiste a Tu Iglesia, que está establecida en Ti, llamando: porque nada es santo excepto Tú, Señor.

    Con mano soberana, y con palabras sabias, y con palabra fuerte, enseñaste a tu hijo la ley de Cristo y prohibiste a los hombres comer ídolos, oh gloriosísimo Olgo, que ahora nos hemos reunido en tu memoria, te glorificamos.

    Tú, como una abeja, has buscado la buena mente lejos de la floreciente fe de Cristo, y, como miel nativa, habiendo recibido el bautismo en la Ciudad Real, has concedido a tu ciudad y a tu pueblo, de donde todas las saturaciones del los dolores del pecado escapan.

    Te ofrecemos toda alabanza y oración, Olgo, porque conoces a Dios, que ahora está ante Él, pidiendo paz a la patria, y victorias inmundas, y remisión de los pecados a nuestras almas, que te cantan, siempre. -bendecido.

    Madre de Dios: Te has aparecido como amiga, oh Virgen, del Dios Inaccesible, por eso los ángeles cantan incesantemente de Ti, obedeciendo al Maestro, porque Tú diste a luz al Verbo del Padre, el Co-Original, sin padre: oh, milagro ! Espíritu Santo del Otoño Ty.

    Sedalen, voz 3

    Honramos tu hazaña, bendito, porque la fuerza de tu espíritu es maravillosa, manifestándose en la debilidad de tu cuerpo; Habiendo despreciado la adulación pagana, predicaste con valentía la fe de Cristo, dándonos imagen de celo por el Señor.

    Canción 4

    Irmos: El profeta Habacuc el Divino fue limpiado por el Espíritu de Dios, soplando en él, temiendo, diciendo: Cuando se acerque el verano, serás conocido, oh Dios, para la salvación de los hombres.

    El Espíritu de Dios reposa sobre vosotros, como sobre Dévora, la antigua profetisa, quien, habiendo sido iluminada, fortaleciendo al sabio Vladimir, Sísara arrojó al diablo en su red con el bautismo, como lo hizo antes Barac en Potots Kisso.

    Como los rápidos, Olgo el sabio de Dios, con corazón contrito, orando a Dios, liberaste a tu pueblo del insulto de los ídolos y te liberaste del cautiverio del enemigo, pidiendo ayuda a Cristo.

    En el día especial de tu santo reposo, lo celebramos con alegría, enviando un cántico de oración a Cristo, que te coronó con una corona incorruptible, Olgo el Dios sabio: pídenos perdón de los pecados, que te glorificamos fielmente.

    Madre de Dios: Tú, que floreciste de la raíz de Isaí, como profetizó Isaías, Cristo Flor que vegetó, y que llevaste en la carne al Original, y Vara del Espíritu de Dios, te alabamos, como Madre de Dios y Virgen Pura.

    Canción 5

    Irmos: La Palabra de Dios, Omnipotente, envió paz al mundo entero, iluminando e iluminando todo con luz verdadera, glorificándote desde la noche.

    Como casta paloma, surgiste en la fecha de las virtudes, tú, poseedor de un krill sagrado, volando a imagen, anidaste en el paraíso de la comida, glorioso Olgo.

    Salomón habló primero de vosotros: el olivo real floreció fuera de las uvas; Plantaste un sueño santo con el bautismo en Rusia, creando el fruto del arrepentimiento, del que Cristo mismo se regocija.

    Ten piedad, oh Maestro, de Tu pueblo recién iluminado, no nos entregues en manos de los inmundos por nuestras muchas iniquidades, sino a través de las oraciones de nuestra mentora Olga, líbranos de toda desgracia.

    Madre de Dios: Esparce todas las nubes de alegría, como está escrito, sobre la tierra: porque el Hijo de Dios, Cristo, limpia al mundo de los pecados, se encarnó de la Virgen y nos fue dado.

    Canción 6

    Irmos: Que mi oración llegue a Tu Santa Iglesia Celestial, a Ti clamo, como Jonás, desde lo más profundo del corazón del mar: levántame de mis pecados, te lo ruego, Señor.

    Habiendo recibido el celo del Espíritu Santo en vuestros corazones, odiasteis la maldad de vuestros padres, y habiendo buscado a Cristo, Dios verdadero, aparecisteis como un hijo de luz y os regocijasteis con los primogénitos de los santos en el cielo.

    Has aparecido como un nuevo discípulo de Cristo en Rusia, recorriendo ciudades y aldeas, aplastando ídolos y enseñando a la gente a adorar al único Dios, a quien oras por tu canto.

    Oh bendito Olgo, ruega a Dios por tus hijos: pide la paz inquebrantable para nuestra patria y para nosotros la remisión de los pecados, que siempre te glorificamos.

    Madre de Dios: Habiendo conocido por Ti la indescriptible Palabra de Dios, Hijo Unigénito del Todopoderoso, te clamamos, oh seres terrenales: Alégrate, bendita Madre de Dios, esperanza de nuestras almas.

    Kontakion, tono 4

    Cantemos hoy a Dios, Benefactor de todos, que glorificó a Olga la Diosa Sabia en Rusia, y que a través de sus oraciones conceda la remisión de los pecados a nuestras almas.

    Ikos

    Al ver la vida de los cristianos y comprender la obscenidad pagana, declaraste dentro de ti mismo, Olgo el Sabio de Dios: ¡Oh, el abismo de la sabiduría y la bondad de todo el Creador! ¿Cómo te has escondido de mí hasta ahora? ¿Cómo puedo honrar a los ídolos de ahora en adelante? Nadie, habiendo probado lo dulce, se deleitará con lo amargo, por eso, incluso en la vejez, llámame, Santísima Trinidad, y concédeme la remisión de los pecados.

    Canción 7

    Irmos: Habiendo esclavizado las llamas de la cueva, los piadosos jóvenes, cuanto más se han bañado, están dispuestos a arder por naturaleza, pero más que por naturaleza lo haré masculinamente: bendito eres, oh Señor, en el Trono de Gloria de Tu Reino. .

    Como Judit, entraste en medio de los cuerpos de los ídolos, aplastaste a esos líderes y avergonzaste a los adoradores de demonios, y enseñaste a todos los pueblos a clamar a Cristo en pureza: Bendito eres, oh Señor, en el Trono de Gloria de Tu Reino.

    Ofrecemos flores de alabanza, como una corona real, a tu cabeza divina en tu memoria, así como Cristo nos ha coronado con la incorruptibilidad, oh venerable Olgo, orando por tu rebaño, será librado de todo mal clamando: bendito eres. , oh Señor, en el Trono de Gloria de Tu Reino.

    ¿Te llamaremos Monte Líbano? El rocío del Cielo está sobre vosotros. ¿O el río Pisón, el zafiro más bondadoso, la piedra honesta, propiedad de Vladimir, a través del cual la tierra rusa será iluminada? Pero ruega por nosotros clamando: Bendito eres, oh Señor, en el Trono de Gloria de Tu Reino.

    Madre de Dios: Arca, dorada por el Espíritu, te llamamos a Ti, que salvaste al mundo del diluvio inteligente, Virgen, sálvanos, porque en Ti esperamos y a Ti recurrimos, libra del pecado y de la desgracia a los desesperados en el abismo, clamando : Bendito eres, oh Señor, en el Trono de Gloria de Tu Reino.

    Canción 8

    Irmos: Los tres fuertes jóvenes, envolviéndose en el poder de la Santísima Trinidad, atraparon y derrotaron a los caldeos, y su naturaleza cambió maravillosamente: ¿cómo se convirtió el fuego en rocío? Sin estrecheces te conservo, como con pañales, oh Dios que derramas sabiduría en todas tus obras, te exaltamos por siempre.

    Fuerte, como una leona, envuelta por el poder del Espíritu Santo, ella sola se esfuerza por destrozar los ídolos por todas partes, y es maravilloso en el Cielo y en la tierra: ¿cómo puede una mujer conocer a Dios primero, y por ella fue la caída de todo? ¿carrera? Por la misma salvación ahora cantamos: Oh Dios que has derramado sabiduría en todas tus obras, te exaltamos por siempre.

    La sabiduría de Dios escribió anteriormente sobre ti: He aquí, tú eres mi bien y hermosa, y no hay vicio en ti. El brillo de tu rostro, como el olfato de la paz, marca tu bautismo, Olgo, que, en medio de la adulación de los ídolos, Cristo nos sacó a todos del hedor de los demonios al arrepentimiento por su misericordia.

    Acuérdate de mí, señora Olgo, tu miserable sierva, robada al enemigo y que ha pecado más que el hombre, y ruega a Cristo que me conceda el perdón de todos los pecados que he cometido insensiblemente, la maldita, y clama en arrepentimiento: Oh Dios que has derramado sabiduría en todas tus obras, te exaltamos en los párpados.

    Madre de Dios: No desprecies, Virgen, las oraciones de tu sierva, porque en Ti nos gloriamos, somos tu pequeño rebaño, esforzándonos por nuestra intercesión y alejándonos de nuestros enemigos, teniendo misericordia de la Madre de Dios que te conoce y clamando a tu Hijo: Oh Dios que derramas sabiduría en todas tus obras, te exaltamos por siempre.

    Canción 9

    Irmos: Nuestras bisabuelas salieron del Edén por amor a Eva y fueron llamadas por Ti, que nos diste a luz un nuevo Adán, Cristo, en dos naturalezas, la Virgen Pura. Adán, el bisabuelo, saltó como si hubiera roto los primeros juramentos, pero nosotros nos gloriamos en ti, porque te conocemos por amor de Dios y te magnificamos.

    Alégrate, oh antepasada, que te engañó y te sacó del Edén, pero que ahora eres pisoteada por tu descendencia. He aquí, Olga, el árbol animal, la Cruz de Cristo, levantada en Rusia, a la que se abrió el paraíso a todos los fieles, pero nosotros, jactándonos de haberlo conocido por amor de Dios, junto con Vladimir, lo magnificamos.

    Te llamamos esposa por naturaleza, pero has ido más allá de la fuerza de una mujer. Habéis agotado las tinieblas de vuestro oro y, habiendo adquirido la ley y los maestros de Cristo, habéis iluminado la tierra rusa, pero nosotros nos jactamos de vosotros, porque os conocemos por amor de Dios, y os magnificamos como mártires.

    3 Ley al puro mentor y maestro de la fe de Cristo, acepta las alabanzas de los siervos indignos y ora por nosotros a Dios, que honestamente honra tu memoria, para que seamos libres de desgracias, angustias, dolores y pecados crueles. , y líbranos también del tormento que nos espera, te rogamos a ti que constantemente te magnificas.

    Madre de Dios: He aquí la Iglesia, he aquí la puerta, he aquí el santo monte de Dios, he aquí la vara y la vasija de oro, he aquí la fuente sellada, he aquí el paraíso santo del nuevo Adán, he aquí el trono terrible, he aquí la Purísima Madre de Dios, Intercesor de todos los que cantamos Yu.

    svetilen

    Iluminado por la luz de la gracia de Dios, encendiste la lámpara de la verdadera fe en tu patria, Olgo el Dios Sabio, y le diste la imagen a nuestro padre Vladimir, a quien nosotros también fuimos llevados de las tinieblas de la ignorancia a la Luz. de Cristo.

    Akathist de Santa Igual a los Apóstoles, la Gran Duquesa Olga de Rusia

    contacto 1

    Primero elegido de toda la familia rusa, más glorioso e igual a los apóstoles, alabemos a la santa de Dios Olga, como al amanecer, en las tinieblas de la idolatría, se levantó la luz de la fe y mostró a todos el camino a Cristo. Rusos. Pero tú, que tienes audacia hacia el Señor que te ha glorificado, protégenos de todas las angustias con tus oraciones, por eso te invocamos:

    Ikos 1

    Creador de los ángeles y de los hombres, que has puesto en su poder los tiempos y las estaciones y has gobernado los destinos de los reinos y de los pueblos según su voluntad, cuando desees iluminar la raza rusa con el santo bautismo, entonces, viendo la buena voluntad de tu corazón, llamándote primero al conocimiento de Él mismo, para que seas imagen de todos los rusos y maestro en la fe cristiana. Por eso te alabamos:

    Alégrate, lucero de la mañana en el cielo ruso, presagiado por el Primer Apóstol Llamado en las montañas de Kiev; Alégrate, amanecer, que brilla intensamente en la oscuridad de la ignorancia.

    Alégrate, buena vid de las uvas de Cristo, de la raíz pagana de la maravilla; Alégrate, maravilloso crecimiento del verano, no el gran árbol de la ortodoxia en la tierra de nuestra época.

    Alégrate, nuestro primer maestro e iluminador; Alégrate, porque con tu conocimiento adoramos al Creador en la Trinidad.

    Alégrate, porque por ti el Santísimo Nombre del Señor es glorificado por todos los rusos; Alégrate, porque tu glorioso nombre, junto con el igual a los apóstoles Vladimir, es alabado en todo el mundo.

    Alégrate, nuestro país ruso es un tesoro espiritual; Alégrate, glorioso adorno de toda la Iglesia de Cristo.

    Alégrate, gran bondad de las ciudades de Kiev y Pskov; Alégrate, buen ayudante de nuestro pueblo contra sus enemigos.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 2

    Viéndote, San Olgo, como mala hierba de espinas: naciste en el paganismo, y siempre has tenido la ley de Dios escrita en tu corazón, y has tenido la castidad como la niña de tus ojos; Cantamos con gratitud a Dios, que es maravilloso en sus santos: Aleluya.

    Ikos 2

    Con tu mente, conociendo todo el bien, sabías, Dios sabio Olgo, que los ídolos, manos de la creación humana, no son dioses; Además, habiéndolos rechazado, tratasteis de conocer al Dios verdadero. Por eso, alabando tu prudencia, te clamamos:

    Alégrate, buena mujer, que primero conociste el error de los rusos y comprendiste la inutilidad de la idolatría; Alégrate, tú que buscaste diligentemente el verdadero conocimiento de Dios y la recta fe.

    Alégrense, ustedes que aún no conocen al Dios verdadero, como el centurión Cornelio, que lo agradaba con buenas obras; Alégrate de haber vivido con rectitud antes de comprender la ley de Dios según la ley de la conciencia.

    Alégrate por haber hecho obras dignas de un cristiano antes de aceptar la fe cristiana; Alégrate, dotado de sabiduría de Dios.

    Alégrate, tú que defendiste valientemente tu poder de la invasión del adversario; Alégrate, tú que creaste juicios justos en las personas subordinadas a ti.

    Alégrate, honrado con gloria real en la tierra y en el cielo; Alégrate, porque eres glorificado por Dios, igual a los apóstoles.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 3

    Movido por el poder de la gracia de Dios, tú, el sabio Olgo, te esforzaste por llegar a Constantinopla, donde contemplaste la belleza del esplendor de la iglesia y escuchaste las enseñanzas de las palabras divinas, y te inflamaste con todo tu corazón en el amor. de Cristo, clamando a Él en gratitud: Aleluya.

    Ikos 3

    Teniendo un corazón como el de una buena tierra, has aceptado cómodamente, Olgo, la semilla de la santa fe, habiendo llegado a conocer a Cristo, el Dios verdadero. De la misma manera recibisteis el santo bautismo de mano del Patriarca de Constantinopla, quien también predijo que en adelante seréis bendecidos por los hijos de Rusia. Si queremos que se cumpla esta profecía, a ti clamamos:

    Alégrate, tú que has salido de las tinieblas de la idolatría; Alégrense, ustedes que han buscado la luz del conocimiento de Dios.

    Alégrate, tú que escapaste de la destrucción sin fin por la fe; Alégrate, tú que has adquirido la vida eterna en Cristo.

    Alégrate, habiendo sido lavado de la contaminación del pecado en la fuente del santo bautismo; Alégrate, nacido espiritualmente por la gracia del Espíritu Santo.

    Alégrate, tórtola inteligente, que te alejaste de las garras del córvido destructor del alma; Alégrate, tú que volaste bajo el ala del Águila Celestial.

    Alégrate, tú que trajiste muchas almas a Cristo mediante el bautismo; Alégrate, por eso has recibido una recompensa especial de Dios.

    Alégrate, con fe indudable, iluminando la luz que brota de tus venerables reliquias; Alégrate, tú que das al alma y al cuerpo de quienes se benefician.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 4

    ¿Por qué no nos maravillamos de tu prudencia, Olgo, bendito, porque sabiamente rechazaste la propuesta del rey de los helenos de casarte con él, decidiendo por él: no he venido por matrimonio, ni por reinar? contigo, pero déjame consternar por el Bautismo al Inmortal Esposo Cristo Dios: ¿A quién amaré sobre todas las cosas? Mi alma y Él de ahora en adelante no dejarán de cantar: Aleluya.

    Ikos 4

    Habiendo escuchado del patriarca que te bautizó unas palabras de despedida sobre la pureza, el ayuno, la oración y todas las virtudes propias de un cristiano, formaste esto en tu corazón para cumplir todas las obras que prometiste. Por eso, por deber, os cantamos:

    Alégrate, oyente diligente de las palabras de la Divinidad; Alégrate, celoso hacedor de la ley cristiana.

    Alégrate, habiendo limpiado el campo de tu corazón de las espinas de las pasiones que dañan el alma; Alégrate, tú que te has regado con lágrimas de arrepentimiento.

    Alégrate, porque la semilla de la palabra de Dios ha echado raíces en tu corazón, porque ha echado raíces en la buena tierra; Alégrate, porque esta semilla ha vegetado y ha dado frutos cien veces mayores de buenas obras.

    Alégrate por haber conservado inmaculada la pureza de tu viudez; Alégrate de haber agradado a Dios con la abstinencia y la oración.

    Alégrate, habiendo propiciado al Creador con limosnas; Alégrate, tú que supliste las necesidades de los pobres y necesitados.

    Alégrate, tú que previste la iluminación de la tierra rusa con la luz de las enseñanzas de Cristo.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 5

    Habiéndose vestido con el manto ricamente tejido del santo bautismo y del alimento incorruptible del Purísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, fortalecido espiritualmente, oh bienaventurado, no temiste ir a predicar a tus compatriotas infieles, nuestros antepasados. a ellos el Único Dios Verdadero, a quien ahora toda Rusia, como una sola boca, canta: Aleluya a.

    Ikos 5

    Habiendo visto, San Olgo, a todos los pueblos de la tierra rusa sumergidos en las tinieblas de la idolatría, trataste celosamente de iluminarte con la luz de la fe de Cristo y crear hijos del día y herederos del Reino de los Cielos. Recordando su gran cuidado por ellos, con gratitud les llamamos:

    Alégrate, sabio gobernante del pueblo ruso; Alégrate, buen maestro del rebaño que te ha sido confiado.

    Alégrate, el primero de los cristianos en imitar a la reina Elena en el celo divino; Alégrate tú, que recibiste tu nombre en el santo bautismo.

    Alégrate, tú que trajiste la honorable cruz de Cristo y los santos iconos de Constantinopla a la ciudad de Kiev; Alégrate, tú que trajiste a Rusia a sacerdotes y clérigos.

    Alégrate, que enseñaste a la gente con tus sabias palabras a dejar las tinieblas de la maldad pagana y aceptar la luz de la piedad cristiana; Alégrate, tú que has iluminado a muchos rusos con la luz de la fe de Cristo.

    Alégrate, tú que sentaste las bases para la iluminación de toda la tierra rusa; Alégrate, tú que has proclamado las enseñanzas de Cristo mediante la predicación de las ciudades rusas.

    Alégrate, el primero de la tierra de Rusia en ser considerado santo.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 6

    Como predicador portador de espíritu, apóstol, imitando a la sabia Olga, recorriste las ciudades y pueblos de tus poderes, guiando, muy poderosamente, a la gente a la fe de Cristo y enseñándoles a cantar al Dios glorificado en la Trinidad: Aleluya.

    ikos 6

    Confirmando en vuestro estado los inicios de la fe cristiana, creaste templos de Dios en la ciudad de Kiev y en tu país natal, junto al río Velitsa, cerca de la ciudad de Pskov. Y entonces los rusos comenzaron a glorificar a Cristo nuestro Dios en todas partes, y a ti, su iluminador, a cantar alabanzas:

    Alégrate, porque de la fuente pura de la Santa Iglesia Católica y Apostólica recibiste pura enseñanza; Alégrate, porque con esto nos has enseñado a conocer al Único Dios verdadero.

    Alégrate, destructor de la idolatría y de los ídolos; Alégrate, creador de los santos templos de Dios.

    Alégrate, como el primer apóstol llamado, que recorrió la tierra rusa predicando el Evangelio; Alégrate, tú que predicaste la venida de Cristo al mundo en Veliky Novugrad y otras ciudades rusas.

    Alégrate, tú que erigiste cruces honorables en el lugar de tu predicación, de ellas muchas señales y prodigios, seguridades por el bien de los infieles, fui virgen por el poder de Dios.

    Alégrate, porque a través de ti el Buen Señor ha revelado Su conocimiento a los hijos de Rusia; Alégrate, porque por medio de ellos iluminaste a muchas otras naciones con la luz de la fe.

    Alégrate, porque desde la raíz de tu honor el Señor del Santo Igual a los Apóstoles, el Príncipe Vladimir, nos mostró para comer; Alégrate, porque por el camino de tu vida el santo Príncipe Vladimir se sintió impulsado a aceptar la fe cristiana.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 7

    Queriendo salvar a tu hijo Svyatoslav de la destrucción eterna, lo exhortaste diligentemente a abandonar la veneración de los ídolos y creer en el Dios verdadero. Pero ella no hizo caso del castigo de tu madre y no quiso cambiar su maldad en piedad. Además, como infiel, estoy alejado de la vida eterna y no soy digno de cantar contigo en el Reino de los Cielos: Aleluya.

    Ikos 7

    El Señor os mostró una nueva señal de su favor, cuando, en la imagen de la Santísima Trinidad, tres rayos brillantes del cielo cayeron sobre el lugar del bosque de robles, que no sólo viste tú, sino que vio todo el pueblo allí, y junto contigo glorificaste al Dios Trino. Nosotros, liderando el cumplimiento de tu profecía sobre la creación en este lugar del templo de la Trinidad vivificante y de la ciudad, te rogamos:

    Alégrate, gran siervo de Dios, honrado con el don de profecía.

    Alégrate, espectadora de la Trisiena de la Luz Celestial; Alégrate, la buena voluntad de Dios para la iluminación del pueblo ruso, según el apóstol Andrés, primer ejecutor.

    Alégrate, fundador original de la ciudad de Pskov; Alégrate, intercesora y patrona de todas las potencias rusas.

    Alégrate, porque por la voluntad de Dios el poder ruso se ha extendido ahora de mar a mar; Alégrate, porque toda la ciudad y su totalidad han sido adornadas con muchos templos de Dios.

    Alégrate, porque en estas iglesias los santos y sacerdotes ofrecen a Dios el Sacrificio incruento por el pueblo; Alégrate, porque las huestes de monjes en toda la faz de la tierra rusa cantan unánimemente las alabanzas de la Santísima Trinidad.

    Alégrate, porque los habitantes de la ciudad de Kiev y Pskov te exaltan y te agradan; Alégrate, porque todos los rusos ortodoxos te han reverenciado y glorificado desde la antigüedad.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 8

    Al finalizar tu viaje terrenal, oraste al calor del Señor, oh bendito Olgo, para que no abandonara la tierra rusa después de tu reposo en las tinieblas de la ignorancia, sino que te ilumine con la luz de la santa fe y que todos Los hijos de Rusia os enseñan a cantar: Aleluya.

    Ikos 8

    Habiendo sido completamente abrazado por la gracia divina, loable Olgo, viste con tu pensamiento la iluminación de todo tu pueblo y predijiste proféticamente que muchos grandes santos de Dios, como estrellas brillantes, brillarán en las tierras de Rusia, lo que se hará realidad en el voluntad y gracia del Dios todopoderoso. Por eso, por deber, os cantamos:

    Alégrate, nuestra madre espiritual, que pediste a Dios la iluminación de nuestros antepasados; Alégrate, por el Todopoderoso Señor, en vano la bondad de tu alma, por ti todo el pueblo ruso te ama.

    Alégrate, porque has encontrado en Cristo un vaso digno, a través del cual comenzó a derramar su gracia sobre la tierra rusa; Alégrate, porque has preparado a tu pueblo para recibir la fe y la gracia de Cristo.

    Alégrate, porque previste astutamente la grandeza y la gloria de tu poder; Alégrate, porque te alegraste de la piedad que previste para los hijos de Rusia.

    Alégrate, porque según tu profecía, muchas cosas santas han surgido de nuestra generación; Alégrate, hogar de la Trinidad vivificante, organizadora.

    Alégrate, intercediéndonos con tus oraciones en los dolores y desgracias; Alégrate, tú que preservas nuestra Patria en malas circunstancias y nos libras de los enemigos.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 9

    Lleno de todo tipo de virtudes, Beato Olgo, con la oración en la boca, entregaste tu espíritu en la mano de Dios, quien te colocó en las moradas celestiales y fue el primero entre los rusos en ser contado entre Sus Iguales. a-los-apóstoles. De la misma manera, pídenos al Señor una muerte cristiana pacífica, para que entreguemos nuestras almas en manos de Cristo nuestro Dios, cantándole un cántico de alabanza: Aleluya.

    Ikos 9

    Las historias de muchas cosas no pueden alabarte adecuadamente, Olgo el sabio de Dios: cómo tú, sin haber sido enseñado ni amonestado por ningún hombre, has conocido la vanidad de la idolatría, has buscado la fe recta y, como Igual a- los-Apóstoles Elena, has encontrado las cuentas de valor incalculable, Cristo, disfrutando de su vista en el Cielo Ahora, no nos olvides, oscurecidos por los encantos de este mundo y olvidándonos de las bendiciones eternas, sí, somos guiados por ti en el camino correcto, te clamamos con alegría:

    Alégrate, habiendo preparado para ti la morada de la gracia divina mediante tus buenas obras y tu recta voluntad de mente y corazón; Alégrate, porque el Espíritu Santo mismo fue tu maestro y te llevó a conocer a Cristo, el Hijo de Dios.

    Alégrate, tú que no viste señales ni prodigios y creíste en Cristo; Alégrate, porque con tu fe has avergonzado a muchos perseguidores y verdugos, que vieron señales y prodigios y no creyeron.

    Alégrate de haberte entregado a la guía del Espíritu Santo; Alégrate, tú que has mostrado perfecta sumisión a la voluntad de Dios.

    Alégrate, tú que apareciste obediente a la voz de la gracia que te llamaba; Alégrate, tú que trabajaste desde la hora undécima en la ciudad del Señor y recibiste recompensa con la primera.

    Alégrate, porque el Señor te ha hecho sabio para combinar el honor, la riqueza y la gloria reales con la humildad cristiana; Alégrate, porque de esta manera nos has mostrado claramente que las bendiciones terrenales no son un obstáculo para que las almas amantes de Dios alcancen las bendiciones celestiales.

    Alégrate, glorificado por la bondad de la castidad y la ligereza del entendimiento; Alégrate de haber recibido el don de Dios mediante la fuerza de la fe y la casta pureza de vida de tu profecía.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 10

    Preparando el camino de la salvación para tu hijo ruso y cumpliendo tu último pedido, el Todopoderoso Señor hará crecer en tu nieto Vladimir la semilla de la fe que has sembrado y, a través de él, iluminará toda la tierra rusa con el Santo Bautismo. Por eso, te glorificamos, bendito Olgo, como el primer culpable de nuestra iluminación con la luz de la santa fe, y cantamos tiernamente a Cristo nuestro Salvador: Aleluya.

    Ikos 10

    Habiendo recibido el Santo Bautismo, tu nieto Vladimir, tratando de sacar de la tierra tus reliquias incorruptibles, llenas de un aroma maravilloso, y con San Leonty y toda la multitud del pueblo, puse a la Purísima Madre de Dios en la iglesia, y de allí comencé a exudar de ellos sanidad para cada dolencia que viene con la fe. Por eso te alabamos:

    Alégrate, porque la gracia del Espíritu Santo ha entrado en ti, otorgándote la incorruptibilidad con tu poder y creando en tus reliquias una fuente de curación para todas las dolencias; Alégrate, no permití que los que venían los vieran con poca fe.

    Alégrate, habiendo traído alegría a la naciente Iglesia rusa con la aparición de tus reliquias; Alégrate, has complacido mucho a tu nieto Vladimir con su glorificación.

    Alégrate, porque hasta el día de hoy el pueblo piadoso de las tierras rusas se deleita en tu gloriosa memoria; Alégrate, porque gracias a tu fiel petición a Dios, los rusos han recibido muchas bendiciones del Señor.

    Alégrate, habiendo rogado a Dios con tus oraciones por la iluminación de la tierra rusa; Alégrate, tú que profetizaste que pronto aparecerán muchos grandes santos en tierras rusas.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 11

    Te ofrecemos un canto de ternura, santo de Dios, y te rogamos humildemente: ruega por nosotros, el único Dios que ama a los hombres, para que no aparte de nosotros su rostro, indignos, pecando continuamente y entristeciendo a sus bondad, pero que nos castigue aquí, como el Padre que ama a sus hijos, en el futuro, que nos salve y tenga misericordia, como justo Juez y Recompensador, para que, habiendo sido liberados del tormento eterno, seamos honrado contigo en las moradas celestiales para cantarle: Aleluya.

    Ikos 11

    Iluminado por una luz tri-radiante, ahora estás con todos los santos en el Cielo ante el Trono del Rey de los Reinos, Olgo el Bendito, y desde allí, como una luminaria luminosa, iluminas a todo el país ruso, disipando el oscuridad del engaño y mostrando el camino hacia la verdadera iluminación hacia la bienaventuranza celestial. Por eso, glorificándote, decimos:

    Alégrate, iluminada por la luna desde el Sol de la Verdad que nunca se pone; Alégrate, guía, mostrándonos el camino correcto hacia la salvación eterna.

    Alégrate, poderoso ayudante y fortalecedor de los predicadores de la fe ortodoxa; Alégrate, patrona de los buenos mentores de la juventud y de todos aquellos que trabajan bien por el bien común.

    Alégrate, maestra y patrona de los legisladores del país ruso; Alégrate, sabio y amable dador de consejos, gobernantes y gobernantes de este país.

    Alégrate, consumidor de sedición y contienda; Alégrate, intercesor de todos los ofendidos e injustamente perseguidos.

    Alégrate, consolador rápido de los afligidos; Alégrate, misericordioso sanador de los enfermos.

    Alégrate, tú que ayudas a nuestro pueblo con tus oraciones de Dios; Alégrate, representante e intercesor de todos los países rusos.

    Alégrate, santa princesa Olgo, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 12

    Pide para nosotros, nuestro mentor, la gracia del Espíritu Santo al Dios Todogeneroso y Salvador nuestro, amonestándonos y fortaleciéndonos en la obra de la salvación, para que la semilla de la santa fe plantada en nosotros por ti no sea ​​infructuosa, pero que vegete y produzca frutos, que nos permitan alimentar nuestras almas en la futura vida eterna, donde todos los santos canten a Dios: Aleluya.

    Ikos 12

    Cantando tus muchas y gloriosas buenas obras, reveladas al país ruso en la iluminación de esa luz de la fe de Cristo, te ofrecemos acción de gracias, invocando con amor:

    Alégrate, autócrata de la tierra rusa elegida y glorificada por Dios, su valla indestructible, protección y protección.

    Alégrate, para las vírgenes rusas imagen de una vida casta; Alégrate, madre, maestra del legítimo matrimonio y de la buena educación de los hijos.

    Alégrate, regla para que las viudas vivan una vida agradable a Dios; Alégrate, maestro e imagen de todas las virtudes para todos los rusos.

    Alégrate, coparticipante en el Cielo de la suerte de los predicadores de la fe de Cristo; Alégrate, partícipe de la bienaventuranza eterna de los justos.

    Alégrate, cálido libro de oraciones para nosotros ante Dios; Alégrate, celoso intercesor por nuestra salvación.

    Alégrate, en la hora de nuestra muerte, intercesor por nosotros ante Dios; Alégrate, tú que brindas ayuda y consuelo a este cuerpo después de nuestra partida de este cuerpo mortal.

    Alégrate, santa princesa Olga, igual a los apóstoles, sabia de Dios.

    contacto 13

    Oh santa Gran Duquesa Olga, Igual a los Apóstoles, acepta amablemente de nuestra parte esta acción de gracias laudatoria por todo lo que el Señor nos ha dado a nosotros, nuestro padre y antepasado y a todo el estado ruso, a través de ti, y reza al Todopoderoso. Dios para aumentar su misericordia sobre nosotros y sobre las generaciones de nuestras generaciones, para establecernos en la ortodoxia y la piedad, guardarnos de todas las desgracias, angustias y males, para que contigo, como hijos de la materia, seamos dignos de cantar. Dios por siempre: Aleluya.

    Este kontakion se lee tres veces, luego el 1er ikos “Creador de Ángeles y Hombres...” y el 1er kontakion “Primer Elegido de Todos...”.

    Primera oración

    Oh santa, igual a los apóstoles, Gran Duquesa Olgo, primera santa de Rusia, cálida intercesora y libro de oraciones por nosotros ante Dios. A ti acudimos con fe y oramos con amor: sé tu ayuda y cómplice en todo para nuestro bien, y así como en la vida temporal trataste de iluminar a nuestros antepasados ​​con la luz de la santa fe e instruirme a hacer la voluntad del Señor, así también ahora, en el señorío celestial, favorable con tus oraciones a Dios, ayúdanos a iluminar nuestra mente y corazón con la luz del Evangelio de Cristo, para que avancemos en la fe, la piedad y el amor de Cristo. En la pobreza y en el dolor, da consuelo a los necesitados, echa una mano amiga a los necesitados, defiende a los ofendidos y pastoreados, a los que se han extraviado de la fe correcta y están cegados por las herejías, y pídenos al Todopoderoso. -Dios abundante por todo lo bueno y útil en la vida temporal y eterna, para que habiendo vivido bien aquí, seamos dignos de una herencia de bendiciones eternas en el Reino infinito de Cristo nuestro Dios, a Él, junto con el Padre y el Espíritu Santo, pertenece toda gloria, honra y adoración, siempre, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

    Segunda oración

    ¡Oh gran santa de Dios, elegida por Dios y glorificada por Dios, igual a los apóstoles, la Gran Duquesa Olgo! Rechazaste el mal y la maldad paganos, creíste en el Único Dios Trinitario Verdadero, aceptaste el santo bautismo y sentaste las bases para la iluminación de la tierra rusa con la luz de la fe y la piedad. Eres nuestro antepasado espiritual, tú, según Cristo nuestro Salvador, eres el primer culpable de la iluminación y salvación de nuestra raza. Eres un cálido libro de oraciones y un intercesor por la Patria de toda Rusia, el ejército y todo el pueblo. Por eso te rogamos humildemente: mira nuestras debilidades y suplica al Rey Misericordioso del Cielo, que no se enoje mucho con nosotros, ya que por nuestras debilidades pecamos todo el día, y que no nos destruya. con nuestras iniquidades, pero que tenga misericordia y nos salve en su misericordia, que implante en nuestros corazones su temor salvador, que ilumine nuestras mentes con su gracia, para que comprendamos los caminos del Señor, dejemos los caminos de la maldad y el error, y seguir los caminos de la salvación y la verdad, el cumplimiento inquebrantable de los mandamientos de Dios y de las Sagradas Ordenes de la Iglesia. Ruega, bendito Olgo, al Señor que ama a la humanidad, que nos agregue su gran misericordia, que nos libre de la invasión de extranjeros, del desorden interno, de la rebelión y de las contiendas, del hambre, de las enfermedades mortales y de todo mal, que Él nos dé la bendición del aire y la fertilidad de la tierra, y preservará a nuestro país de todas las intrigas y calumnias del enemigo, que conserve la verdad y la misericordia en jueces y gobernantes, que dé celo a los pastores por el salvación de su rebaño, y que todos los pueblos se apresuren a realizar diligentemente sus servicios, se amen entre sí y tengan un mismo sentir, por el bien de la patria y que la Santa Iglesia se esfuerce fielmente, para que la luz de la fe salvadora brille brilla en nuestro país en todos sus confines, para que los no creyentes se vuelvan a la fe, para que todas las herejías y cismas sean abolidos. Sí, habiendo vivido en paz en la tierra, tú y yo seremos dignos de la bienaventuranza eterna en el Cielo, alabando y exaltando a Dios por los siglos de los siglos. Amén.

    Beata Princesa Olga, Elena en el Santo Bautismo (†969) - el primer gobernante cristiano de toda Rusia. Su tierra natal es toda Vybutskaya (ahora el pueblo de Labutino cerca de Pskov, río arriba del río Velikaya). Según la leyenda, ella provenía de la familia de Gostomysl, por cuyo consejo fue reclutado Rurik.

    Se convirtió en la esposa del príncipe de Kiev, Igor Rurikovich, quien fue asesinado a traición por los drevlyanos en 945. La esposa de Igor recibió el nombre varangiano de Helga, en la pronunciación rusa "ok": Olga, Volga. El nombre femenino Olga corresponde al nombre masculino Oleg (Helgi), que significa "santo".

    Aunque la comprensión pagana de la santidad es completamente diferente de la cristiana, también presupone en una persona una actitud espiritual especial, castidad y sobriedad, inteligencia y perspicacia. Revelando el significado espiritual del nombre, la gente lo llamó Oleg Profético, Olga - Sabio. La pagana Olga se vengó de los asesinos de su marido durante mucho tiempo, hasta que exterminó a casi toda la tribu Drevlyan.

    Pero la princesa, formidable para sus enemigos, se distinguió por su sabiduría en relación con el pueblo; su combinación de firmeza y justicia fortaleció su autoridad como gobernante durante la primera infancia de su hijo Svyatoslav (945-957).

    El llamado “primer bautismo de Kiev” realizado por los entonces gobernantes de Kiev Askold y Dir en 860–882. Afectó sólo a una pequeña parte de su círculo cercano y no duró mucho.

    El paganismo todavía era muy fuerte y, apoyándose en él, el príncipe Oleg, hijo de Rurik, que venía del norte, tomó el poder en sus propias manos (gobernó del 879 al 912), se enfrentó a Askold y Dir en 882 y detuvo la cristianización. que había comenzado desde arriba.

    Pero continuó espontáneamente desde abajo y se intensificó bajo el hijo de Oleg. Príncipe Igor(reinó del 912 al 945). Del tratado entre Rusia y Bizancio, firmado en 944, se sabe que parte de los antiguos comerciantes y escuadrones principescos rusos eran cristianos y que en Kiev había una “iglesia colectiva” de San Petersburgo. profeta Elías , “mnozi bo besha variazi hresteyani” (“La historia de años pasados”).

    Estamos hablando de los varegos, guerreros que eran mercenarios al servicio bizantino (que ya estaba previsto en el tratado ruso-bizantino del año 911 bajo el príncipe Oleg) y fueron bautizados allí, como esa "Rus bautizada" que sirvió como guardia en el palacio del emperador Constantino VII, o el primer mártir ruso varangiano (San Teodoro), sobre cuya muerte junto con su hijo (San Juan) informa el Cuento de los años pasados ​​en 983 (12/25 de julio): “Pero ese varangiano vino de los griegos y tenía la fe khresteyansk."

    La lucha del cristianismo contra el paganismo bajo Igor y Olga, que reinaron después de Oleg († 912), entra en un nuevo período. La Iglesia de Cristo en los últimos años del reinado de Igor († 945) se convirtió en una importante fuerza espiritual y estatal en el estado ruso. Esto se evidencia en el texto superviviente del tratado de Igor con los griegos en 944, que fue incluido por el cronista en el Cuento de los años pasados, en un artículo que describe los acontecimientos de 6453 (945).

    El tratado de paz con Constantinopla tuvo que ser aprobado por ambas comunidades religiosas de Kiev: los "rusos bautizados", es decir, los cristianos, prestaron juramento en la iglesia catedral del santo profeta de Dios Elías; Los paganos “rusos no bautizados” juraron sobre armas en el santuario de Perun el Tronador. El hecho de que los cristianos ocupen el primer lugar en el documento habla de su importancia espiritual predominante en la vida de la Rus de Kiev.

    Obviamente, en el momento en que se redactó el tratado de 944 en Constantinopla, los gobernantes de Kiev simpatizaban con el cristianismo y eran conscientes de la necesidad histórica de introducir a Rusia en la cultura cristiana vivificante. A esta corriente pudo pertenecer el propio príncipe Igor, cuya posición oficial no le permitió convertirse personalmente a la nueva fe sin resolver la cuestión del bautismo de todo el país y el establecimiento de una jerarquía eclesiástica ortodoxa en él. Por lo tanto, el acuerdo se redactó en términos cautelosos que no impedirían que el príncipe lo aprobara tanto en forma de juramento pagano como en forma de juramento cristiano.

    Pero mientras los embajadores bizantinos llegaban a Kiev, la situación en el Dnieper había cambiado significativamente. La oposición pagana estaba claramente definida, encabezada por los gobernadores varegos Sveneld y su hijo Mstislav (Mstisha), a quienes Igor entregó la tierra Drevlyansky como dominio.

    Ya a mediados del siglo X en Rusia, tanto en la vida cotidiana como en la práctica administrativa estatal, la escritura cirílica era bastante utilizada (inscripciones en los sellos cilíndricos de los espadachines principescos de Novgorod en la década de 970, letras principescas que, según Según el tratado ruso-bizantino de 944, los comerciantes rusos estaban obligados a traer consigo a Constantinopla, etc.), lo que también contribuyó a la penetración de la cultura cristiana en Rusia.

    Incapaz de superar la rigidez de la costumbre, Igor siguió siendo pagano y selló el acuerdo según el modelo pagano: con un juramento sobre espadas. Rechazó la gracia del bautismo y fue castigado por su incredulidad. Un año después, en 945, los paganos rebeldes lo mataron en la tierra de Drevlyansky, arrastrándolo entre dos árboles. Pero los días del paganismo y la forma de vida de las tribus eslavas basada en él ya estaban contados. Con su hijo Svyatoslav, de tres años, la viuda de Igor, la gran duquesa Olga de Kiev, asumió la carga del servicio público.

    La segunda etapa de la cristianización de Rusia desde arriba comienza precisamente durante el reinado de San Pedro. Princesa Olga, igual a los apóstoles. Dotada de una mente brillante y perspicaz, Olga, al ver la vida inmaculada de los cristianos, quedó cautivada por la verdad del Evangelio y, según la leyenda, ella misma con un enorme séquito (más de cien personas) y su séquito fue a Constantinopla para recibir el bautismo. del patriarca Polieucto, y el propio emperador Constantino Porfirogenito fue el sucesor de la princesa. (Pronto las dinastías gobernantes bizantina y rusa se unirán en matrimonios dinásticos).

    Los científicos han discutido mucho sobre la fecha exacta del viaje de la princesa Olga a las orillas del Bósforo. La Historia de los años pasados ​​data de 954-955, pero es posible que Olga en realidad hiciera dos viajes a Constantinopla. La fecha más probable de su bautismo en la "Historia de la Iglesia rusa" del metropolitano Macario es el año 957.

    Después del bautismo del gobernante ruso, era natural que ella se preocupara por la restauración de la diócesis de la iglesia en Rusia. Los testimonios de los contemporáneos occidentales indican que en 959 Olga envió una embajada al rey alemán Otón I, y quizás por eso en 961 el obispo alemán Adalberto fue a Kiev, pero al año siguiente se vio obligado a regresar, “sin poder lograrlo”. de ninguna manera.” que de lo que fue enviado, y habiéndose convencido de la inutilidad de sus esfuerzos”.

    Las razones del fracaso de Adalberto pueden haber sido explicadas por la mayor inclinación de Rusia hacia Constantinopla que hacia Roma, entre las cuales se desarrolló la rivalidad. (Tenga en cuenta que en ese momento la Iglesia todavía estaba unida, y la Rus estaba en el ámbito de la misión morava de los santos Cirilo y Metodio, y actuaban en el área de la jurisdicción romana, y no de Constantinopla, y Eran los obispos alemanes, con la sanción de Roma, quienes tenían el derecho de organizar independientemente diócesis misioneras en las tierras paganas orientales.)

    Habiéndose convertido en ortodoxa a una edad avanzada (más de 60 años), la princesa Olga se entregó a actos de piedad: difundió la fe y construyó iglesias. En Kiev, Olga construyó una iglesia de madera de Santa Sofía, que fue consagrada el 11 de mayo de 960. Su santuario principal era una cruz tallada en un trozo del Árbol vivificante del Señor. En la cruz había una inscripción: “ La tierra rusa fue renovada con la santa cruz, y Olga, la bendita princesa, la recibió." Con esta santa cruz, la princesa Olga fue bendecida y amonestada por el Patriarca de Constantinopla.

    Este templo, construido por Olga, se quemó en 1017, y los santuarios del templo de Sofía Olga Yaroslav el Sabio se trasladó a la iglesia de piedra de Santa Sofía de Kiev, todavía en pie, fundada en 1017 y consagrada alrededor de 1030. Después de la conquista de Kiev por los lituanos, la cruz de Olga fue robada de la Catedral de Santa Sofía, no hay información sobre su posterior; destino. La princesa Olga también construyó la Iglesia de la Anunciación en Vitebsk, la Catedral de la Santísima Trinidad en Pskov sobre el río Velikaya, en el lugar que le indicó, según el cronista, desde arriba “por el rayo de la Deidad Trirradiante”. "

    La gobernante también se dedicaba a la predicación personal; muchos rusos, "maravillados de sus verbos, sin haberlos escuchado nunca antes, aceptaron amablemente la Palabra de Dios de sus labios y fueron bautizados", atestigua el Libro de Grados. Con esto, la princesa Olga preparó enormemente el asunto del bautismo de Rus con su nieto, St. Príncipe Vladimir, por lo que fue nombrada Igual a los Apóstoles con él.

    Sin embargo, la afirmación del cristianismo por parte de S. La relación de Olga con la corte principesca no fue ni segura ni duradera. Su hijo, el guerrero Svyatoslav Igorevich (reinado: c. 957-972), a juzgar por la crónica, no mostró interés en el cristianismo, temiendo que su escuadrón "se reiría de nosotros".

    Y en Kiev, Svyatoslav rara vez aparecía en casa de su madre: su principal ocupación eran las campañas y las guerras (incluida la providencial victoria sobre el Khazar Kaganate, que odiaba a Cristo). Sólo el nieto de St. Princesa Olga St. El príncipe Vladimir estaba destinado a convertirse en el Bautista de Rusia, Igual a los Apóstoles.

    En la primavera de 969, Kiev fue sitiada por los pechenegos: "y era imposible llevar el caballo al agua, los pechenegos estaban en Lybid". El ejército ruso estaba lejos, a orillas del Danubio. Después de enviar mensajeros a su hijo, la propia Santa Olga encabezó la defensa de la capital. Svyatoslav, al recibir la noticia, pronto viajó a Kiev, "saludó a su madre y a sus hijos y lamentó lo que les había sucedido por parte de los pechenegos".

    Pero, después de haber derrotado a los nómadas, el príncipe militante comenzó nuevamente a decirle a su madre: "No me gusta sentarme en Kiev, quiero vivir en Pereyaslavets en el Danubio, allí está el centro de mi tierra". Svyatoslav soñaba con crear una enorme potencia rusa desde el Danubio hasta el Volga, que uniría a Rusia, Bulgaria, Serbia, la región del Mar Negro y la región de Azov y extendería sus fronteras hasta la propia Constantinopla. La sabia Olga comprendió que, a pesar de todo el coraje y la valentía de los escuadrones rusos, no podrían hacer frente al antiguo imperio romano; el fracaso aguardaba a Svyatoslav; Pero el hijo no escuchó las advertencias de su madre. Entonces santa Olga dijo: “Verás, estoy enferma. ¿A dónde quieres ir de mí? Cuando me entierres, ve a donde quieras".

    Sus días estaban contados, sus trabajos y dolores minaron sus fuerzas. El 11 de julio del año 969 murió santa Olga, “y su hijo, y sus nietos, y todo el pueblo lloró por ella con grandes lágrimas”. En los últimos años, en medio del triunfo del paganismo, ella, la otrora orgullosa amante, bautizada por el Patriarca en la capital de la ortodoxia, tuvo que tener en secreto a un sacerdote con ella para no provocar un nuevo estallido de fanatismo anticristiano. Pero antes de su muerte, habiendo recuperado su antigua firmeza y determinación, prohibió que se le realizaran funerales paganos y legó enterrarla abiertamente según el rito ortodoxo. El presbítero Gregorio, que estuvo con ella en Constantinopla en 957, cumplió exactamente su voluntad.

    Santa Olga vivió, murió y fue enterrada como cristiana. “Y habiendo así vivido y glorificado bien a Dios en la Trinidad, Padre y Hijo y Espíritu Santo, reposó en la blasfemia de la fe, terminando su vida en paz en Cristo Jesús Señor nuestro”. Como testamento profético para las generaciones siguientes, confesó su fe en su pueblo con profunda humildad cristiana: “¡Hágase la voluntad de Dios! Si Dios desea tener misericordia de la familia de mi Tierra de Rusia, que ponga en sus corazones el deseo de volverse a Dios, así como Dios me ha dado este regalo”.

    Dios glorificó a la santa trabajadora de la ortodoxia, “la cabeza de la fe” en la tierra rusa, con milagros y la incorrupción de sus reliquias. Jacob Mnich († 1072), cien años después de su muerte, escribió en su “Memoria y alabanza a Vladimir”: “Dios glorificó el cuerpo de su sierva Olena, y su cuerpo honesto e indestructible permanece en la tumba hasta el día de hoy. La Beata Princesa Olga glorificó a Dios con todas sus buenas obras, y Dios la glorificó a ella”. Bajo San Príncipe Vladimir, según algunas fuentes, en 1007, las reliquias de Santa Olga fueron trasladadas a la Iglesia del Diezmo de la Dormición de la Santísima Virgen María y colocadas en un sarcófago especial, en el que era costumbre colocar las reliquias de los santos. en el Oriente ortodoxo.

    “Y escuchas otro milagro sobre ella: un pequeño ataúd de piedra en la Iglesia de la Santa Madre de Dios, esa iglesia fue creada por el Beato Príncipe Vladimir, y allí está el ataúd de la Beata Olga. Y en la parte superior del ataúd se abrió una ventana para que se pueda ver el cuerpo de la beata Olga intacto”. Pero no a todos se les mostró el milagro de la incorrupción de las reliquias de la princesa Igual a los Apóstoles: “Quien viene con fe, se abre la ventana y ve el cuerpo honesto que yace intacto y se maravilla de tal milagro: el cuerpo. Ha estado en el ataúd durante tantos años sin interrupción. Ese cuerpo honesto es digno de todo elogio: está intacto en el ataúd, como durmiendo, descansando. Pero a otros que no vienen con fe, la ventana del sepulcro no se abrirá, y no verán ese cuerpo honesto, sino sólo el sepulcro”.

    Por eso, después de su muerte, Santa Olga predicó la vida eterna y la resurrección, llenando de alegría a los creyentes y amonestando a los incrédulos. Ella fue, en palabras de San Néstor el Cronista, “la precursora de la tierra cristiana, como la estrella de la mañana antes del sol y como la aurora antes de la luz”.

    Ofreciendo gracias a Dios el día del bautismo de Rusia, testificó en nombre de sus contemporáneos sobre la santa Igual a los Apóstoles Olga con palabras significativas: “Los hijos de Rusti quieren bendecirte a ti y a tu nieto. para la última generación”.

    La santa princesa Olga, igual a los apóstoles, y el destino histórico de Rusia

    La imagen majestuosa de una mujer con una voluntad indestructible y una gran dignidad, un coraje indestructible y una mente verdaderamente de estadista está grabada para siempre en nuestra memoria nacional. Santa Beata Princesa Olga, Igual a los Apóstoles- una personalidad inusualmente integral, una mujer verdaderamente grande que, por la fuerza de las circunstancias, estuvo a la cabeza de un enorme estado aún emergente. Santa Olga resultó ser digna de la suerte histórica que le sobrevino. Además, por la Providencia de Dios, fue ella quien tuvo el honor de tomar una decisión que determinó el destino posterior de Rusia y determinó que la propia princesa fuera venerada por la iglesia como igual a los apóstoles.

    "Jefe de la fe" Y "la raíz de la ortodoxia" Desde la antigüedad, la gente en la tierra rusa llamaba a Santa Olga Igual a los Apóstoles. No tiene sentido profundizar en una investigación compleja, no indiscutible y, de hecho, sin sentido sobre el origen "nacional", eslavo o varangiano, de la princesa Igual a los Apóstoles. Su nombre - Olga– Escandinavo, existe hasta el día de hoy en Dinamarca y Suecia en forma de “Helga”. Y a San Olga a la cabeza de la naciente Rus, solo vemos nombres escandinavos, "varangianos" ("glorificados" o distorsionados) de vikingos de origen sueco, noruego o danés: Rurik, Truvor (sueco - Trevor), Sineus (sueco - Senius ), Askold, Dir (los originales de estos nombres son difíciles de establecer), Oleg (danés - Helge), Igor (sueco Ingvar), Sveneld.

    Con la princesa Olga, se interrumpe la serie varangiana de nombres de Rurikovich. Luego vienen los nombres eslavos. El hijo de Olga es Svyatoslav, su nieto es Vladimir. Esto no es una coincidencia.

    Los normandos y los varegos dominaron rápidamente la lengua de la mayoría étnica a la que vincularon su destino. Y esto no perjudica a aquellos pueblos que experimentaron la influencia normanda. Este impacto se sintió en toda Europa, en los albores de la formación de sus naciones y estados. La vocación varega no daña la dignidad de Rusia, porque su “eslavismo” no está en la “pureza” étnica (no hay rastro de nada parecido), sino en la primacía de la lengua eslava entre la diversidad de sus pueblos y etnias...

    Y una circunstancia más importante. Ella, santa. Olga, la primera de la familia de la dinastía Rurik, se convirtió al cristianismo. La lengua litúrgica de los cristianos en Rusia en aquella época era sin duda eslava. Para ella, una aristócrata varangiana, la fe cristiana se reveló en su lado profundo, que aún no está del todo claro para nuestros contemporáneos.

    fe cristiana– esta fe es noble, esta es la fe de la gente noble. Noble en espíritu, no en origen de clase, estatus social. El cristianismo se basa en todos los signos de la verdadera nobleza: el amor al prójimo hasta el sacrificio, la misericordia, el sacrificio. Incluso hacia los enemigos se muestra misericordia, condescendencia y perdón, combinados paradójicamente con una firmeza indiscutible en el seguimiento de los principios de la fe y en la defensa de estos principios. Honestidad, rechazo de la mentira, pureza moral, alta dignidad personal, diferente del orgullo y no sujeto a él, todo esto estaba en la alta perfección de las manifestaciones corporativas de la antigua comunidad cristiana. En él, cada persona es invaluable y respetada, porque cada persona es única, porque cada persona es valiosa para Dios. Después de todo, el Fundador de esta fe vino a la Tierra y abrió las puertas de la salvación para todos y cada persona.

    Los antiguos vagabundos de los mares, los vikingos varegos, no eran ajenos a esta nobleza a su manera. Los escuadrones de los varegos (mercaderes ladrones, guerreros severos y crueles y marineros intrépidos) no podrían vivir sin estas cualidades. Ellos, los normandos-varegos, rodearon Europa y llegaron a las costas africanas de la antigua Cartago. Ellos, los héroes de las aguas del norte, alcanzaron los hielos polares, habitaron Islandia y el sur de Groenlandia y llegaron a la América precolombina. Ellos, los vikingos-varegos, viajaron por vías fluviales hasta el mar Caspio y las costas de Persia. Sacudieron los muros de la “capital del mundo” de Constantinopla-Constantinopolis, donde las maravillas y la belleza de la fe “griega” los impresionaron con riquezas y lujos inauditos, y donde sus compañeros de tribu habían servido durante mucho tiempo en la élite mercenaria. guardia de los emperadores. Los varangianos sabían bien que sin ayuda mutua, sin la devoción de los guerreros al escuadrón y al príncipe-rey, sin dedicación y capacidad de sacrificio, ni su drakkar-drakkar en el mar-océano, ni el escuadrón en tierra en mortal el combate sobreviviría. Y en comparación externa, los cristianos tenían algo parecido a ellos, los varegos. Incluso las iglesias cristianas están construidas según el principio y la forma de un barco, y la vida que las rodea es el "mar de vida", y la comunidad es como la tripulación de un barco, navegando a través de las tormentas y desgracias del " mar de vida”. Y el Guía en este tormentoso viaje es el mismo Fundador de esta Fe, quien mostró un ejemplo sorprendente y paradójico de la más alta nobleza. en amor sacrificado hasta la muerte en la cruz.

    El bautismo de Olga. quedó marcada por las palabras proféticas del patriarca que la bautizó: “Bendita seas entre las mujeres rusas, porque dejaste las tinieblas y amaste la Luz. ¡Los hijos rusos os glorificarán hasta la última generación!

    En el bautismo, la princesa rusa recibió el nombre de santa. Igual a los apóstoles Helena, que trabajó duro para difundir el cristianismo en el vasto Imperio Romano y adquirió la Cruz vivificante en la que el Señor fue crucificado.

    Como su patrona celestial, Olga se convirtió en una predicadora del cristianismo igual a los apóstoles en las vastas extensiones de la tierra rusa..
    Hay muchas inexactitudes cronológicas y misterios en las crónicas sobre ella, pero casi no puede haber dudas sobre la confiabilidad de la mayoría de los hechos de su vida, traídos a nuestro tiempo por los agradecidos descendientes de la santa princesa, la organizadora de la guerra rusa. tierra.

    El nombre de la futura ilustradora de Rusia y su tierra natal es la más antigua de las crónicas: "La historia de años pasados" nombres en la descripción del matrimonio del Príncipe Igor de Kiev: "Y le trajeron una esposa de Pskov llamada Olga". La Crónica de Joachim especifica que pertenecía a la familia de los príncipes Izborsky, una de las antiguas dinastías principescas rusas. La esposa de Igor recibió el nombre varangiano de Helga, en pronunciación rusa: Olga (Volga).

    La tradición llama al pueblo de Vybuty, no lejos de Pskov, río arriba del Velikaya, el lugar de nacimiento de Olga. La vida de Santa Olga cuenta que aquí conoció a su futuro marido. El joven príncipe estaba cazando. "en la región de Pskov" y queriendo cruzar el río Grande, vi "alguien navegando en un barco" y lo llamó a la orilla. Alejándose de la orilla en un barco, el príncipe descubrió que lo llevaba una chica de asombrosa belleza. Igor se enardeció de lujuria por ella y comenzó a inclinarla a pecar.

    La portadora resultó no sólo hermosa, sino también casta e inteligente. Avergonzó a Igor recordándole la dignidad principesca de un gobernante y juez que debería ser "un brillante ejemplo de buenas obras" para sus súbditos. Igor rompió con ella y guardó sus palabras y su hermosa imagen en su memoria.

    Cuando llegó el momento de elegir novia, las chicas más bellas del principado se reunieron en Kiev. Pero ninguno de ellos le agradó. Y luego recordó "Maravilloso en doncellas" Olga y envió a buscarla a su pariente, el príncipe Oleg.

    Entonces Olga se convirtió en la esposa del Príncipe Igor, la Gran Duquesa de Rusia. Después de su matrimonio, Igor emprendió una campaña contra los griegos y regresó como padre: nació su hijo Svyatoslav.
    Pronto Igor fue asesinado por los Drevlyans. Temiendo venganza por el asesinato del príncipe de Kiev, los Drevlyan enviaron embajadores a la princesa Olga, invitándola a casarse con su gobernante Mal. Olga fingió estar de acuerdo.

    Con astucia atrajo a dos embajadas de Drevlyan a Kiev y les dio una muerte dolorosa: la primera fue enterrada viva. "en el patio principesco" El segundo fue quemado en una casa de baños. Después de esto, cinco mil hombres drevlyanos fueron asesinados por los soldados de Olga en una fiesta fúnebre por Igor en las murallas de Iskorosten, la capital de Drevlyan.

    Al año siguiente, Olga volvió a acercarse a Iskorosten con un ejército. La ciudad fue quemada con la ayuda de pájaros, a cuyos pies se ataba estopa en llamas. Los drevlyanos supervivientes fueron capturados y vendidos como esclavos.

    Junto a ello, las crónicas abundan en evidencia de su incansable "caminando" por tierras rusas con el objetivo de construir la vida política y económica del país.
    Logró el fortalecimiento del poder del Gran Duque de Kiev, la administración pública centralizada utilizando el sistema "cementerios".

    La crónica señala que ella, su hijo y su séquito caminaron por la tierra de Drevlyansky, "estableciendo tributos y renuncias", marcando aldeas, campamentos y cotos de caza que se incluirán en las posesiones del gran ducado de Kiev. Fue a Novgorod y construyó cementerios a lo largo de los ríos Msta y Luga. "Atrapándola(lugares de caza) había señales por toda la tierra, sus lugares y cementerios, - escribe el cronista, - y su trineo se encuentra en Pskov hasta el día de hoy, hay lugares indicados por ella para la captura de pájaros a lo largo del Dnieper y del Desna; y su pueblo Olgichi todavía existe hoy”.. Los pogosts (de la palabra "invitado" - comerciante) se convirtieron en el apoyo del gran poder ducal, centros de unificación étnica y cultural del pueblo ruso.

    La vida cuenta sobre las obras de Olga de la siguiente manera: “Y la princesa Olga gobernó las regiones de la tierra rusa bajo su control no como una mujer, sino como un marido fuerte y razonable, manteniendo firmemente el poder en sus manos y defendiéndose con valentía de los enemigos. Y ella fue terrible para este último. Es amada por su pueblo como gobernante misericordiosa y piadosa, como juez justo que no ofende a nadie, castiga con misericordia y recompensa a los buenos; Ella infundía miedo en todo mal, recompensando a cada uno en proporción al mérito de sus acciones, pero en todos los asuntos de gobierno mostraba previsión y sabiduría.

    Al mismo tiempo, Olga, misericordiosa de corazón, fue generosa con los pobres, los pobres y los necesitados; Las justas peticiones pronto llegaron a su corazón, y rápidamente las cumplió...
    Con todo esto, Olga combinó una vida abstinente y casta; no quiso volver a casarse, pero permaneció en pura viudez, observando el poder principesco para su hijo hasta los días de su edad. Cuando éste maduró, le entregó todos los asuntos del gobierno, y ella misma, habiéndose apartado de los rumores y de las preocupaciones, vivió al margen de las preocupaciones de la dirección, dedicándose a obras de caridad”..

    La Rusia creció y se fortaleció. Las ciudades se construyeron rodeadas de muros de piedra y roble. La propia princesa vivía detrás de los confiables muros de Vyshgorod, rodeada de un escuadrón leal. Dos tercios del tributo recaudado, según la crónica, lo donó a Kiev veche, la tercera parte se destinó “a Olga, a Vyshgorod”- en una estructura militar.

    El establecimiento de las primeras fronteras estatales de la Rus de Kiev se remonta a la época de Olga. Los heroicos puestos de avanzada, cantados en epopeyas, protegieron la vida pacífica del pueblo de Kiev de los nómadas de la Gran Estepa y de los ataques de Occidente. Los extranjeros acudieron en masa a Gardarika ( "país de ciudades"), como llamaban a Rusia, con mercancías. Los escandinavos y alemanes se unieron voluntariamente al ejército ruso como mercenarios.

    Rusia se convirtió en una gran potencia. Como gobernante sabia, Olga vio en el ejemplo del Imperio Bizantino que no bastaba con preocuparse únicamente por el estado y la vida económica. Era necesario empezar a organizar la vida religiosa y espiritual del pueblo.

    El autor del Libro de Grados escribe: "Su hazaña(Olga) el hecho es que ella reconoció al Dios verdadero. Sin conocer la ley cristiana, vivió una vida pura y casta, y quiso ser cristiana por libre albedrío, con los ojos de su corazón encontró el camino del conocimiento de Dios y lo siguió sin dudarlo”..

    El monje Néstor el Cronista narra: “Desde muy temprana edad, la Beata Olga buscó la sabiduría, que es la mejor de este mundo, y encontró una perla de gran valor: Cristo”..

    Habiendo hecho su elección, la gran duquesa Olga, confiando Kiev a su hijo mayor, parte con una gran flota hacia Constantinopla. Los antiguos cronistas rusos llamarán a este acto de Olga "caminar"; y una peregrinación religiosa, y una misión diplomática, y una demostración del poder militar de Rusia. "Olga quería ir ella misma a los griegos para ver con sus propios ojos el servicio cristiano y estar plenamente convencida de sus enseñanzas sobre el Dios verdadero"., - narra la vida de Santa Olga.

    Según la crónica, en Constantinopla Olga decide hacerse cristiana. En ella se realizó el sacramento del bautismo. Patriarca Teofilacto de Constantinopla (933 - 956), y su sucesor fue el emperador Constantino Porfirogenito (912 - 959), quien dejó en su obra "Sobre las ceremonias de la corte bizantina" una descripción detallada de las ceremonias durante la estancia de Olga en Constantinopla. En una de las recepciones, la princesa rusa recibió un plato dorado decorado con piedras preciosas. Olga lo donó a la sacristía de Santa Sofía, donde fue visto y descrito a principios del siglo XIII por el diplomático ruso Dobrynya Yadrejkovich, más tarde arzobispo Antonio de Novgorod: “El plato es grande y dorado, servicio de Olga la Rusa, cuando recibió homenaje yendo a Constantinopla: en el plato de Olga hay una piedra preciosa, en las mismas piedras está escrito Cristo”.

    El Patriarca bendijo a la princesa rusa recién bautizada con una cruz tallada en una sola pieza del Árbol vivificante del Señor. En la cruz había una inscripción: “La tierra rusa fue renovada con la Santa Cruz, y Olga, la bendita princesa, la aceptó”. Olga regresó a Kiev con iconos y libros litúrgicos. comenzó su ministerio apostólico.

    Erigió un templo en nombre de San Nicolás sobre la tumba de Askold, el primer príncipe cristiano de Kiev, y convirtió a muchos residentes de Kiev a Cristo. La princesa partió hacia el norte para predicar la fe. En las tierras de Kiev y Pskov, en aldeas remotas, en los cruces de caminos, erigió cruces y destruyó ídolos paganos.

    Santa Olga sentó las bases para una veneración especial de la Santísima Trinidad en Rusia. De siglo en siglo se transmitió la historia de una visión que tuvo cerca del río Velikaya, no lejos de su pueblo natal. Ella vio que desde el este descendían del cielo. "tres rayos brillantes". Dirigiéndose a sus compañeros, que presenciaron la visión, Olga dijo proféticamente: “Sepan que por la voluntad de Dios habrá en este lugar una iglesia en el nombre de la Santísima y vivificante Trinidad y habrá aquí una ciudad grande y gloriosa, abundante en todo”..

    En este lugar Olga erigió una cruz y fundó un templo en nombre de la Santísima Trinidad. Se convirtió en la catedral principal de Pskov, la gloriosa ciudad rusa, que desde entonces se llama "Casa de la Santísima Trinidad". A través de misteriosas vías de sucesión espiritual, después de cuatro siglos, esta veneración fue transferida a San Sergio de Radonezh.

    El 11 de mayo de 960 se consagró en Kiev la Iglesia de Santa Sofía, la Sabiduría de Dios. Este día se celebraba en la Iglesia rusa como una fiesta especial. El santuario principal del templo era la cruz que Olga recibió durante el bautismo en Constantinopla. El templo construido por Olga se quemó en 1017, y en su lugar Yaroslav el Sabio erigió la Iglesia de la Santa Gran Mártir Irene y trasladó los santuarios del Templo de Sofía Olga a la todavía en pie iglesia de piedra de Santa Sofía de Kiev, fundada en 1017 y consagrada alrededor de 1030.

    En el Prólogo del siglo XIII sobre la cruz de Olga se dice: “El mismo se encuentra ahora en Kiev, en Santa Sofía, en el altar del lado derecho”. Después de la conquista de Kiev por los lituanos, la cruz de Holga fue robada de la catedral de Santa Sofía y los católicos la llevaron a Lublin. Su futuro destino nos es desconocido. Las labores apostólicas de la princesa encontraron resistencia secreta y abierta por parte de los paganos. Entre los boyardos y guerreros de Kiev había muchas personas que, según los cronistas "odiaron la Sabiduría", como Santa Olga, que le construyó templos.

    Los fanáticos de la antigüedad pagana levantaron la cabeza cada vez con más audacia, mirando con esperanza al creciente Svyatoslav, quien rechazó decisivamente las súplicas de su madre de aceptar el cristianismo. "La historia de años pasados" así se cuenta: “Olga vivía con su hijo Svyatoslav y convenció a su madre para que se bautizara, pero él lo descuidó y se tapó los oídos; sin embargo, si alguno quería ser bautizado, no se lo prohibía, ni se burlaba de él...

    Olga solía decir: “Hijo mío, he conocido a Dios y me alegro; Así que si lo sabéis, también comenzaréis a regocijaros”. Él, sin escuchar esto, dijo: “¿Cómo puedo querer cambiar mi fe solo? ¡Mis guerreros se reirán de esto! Ella le dijo: “Si tú te bautizas, todos harán lo mismo”.

    Él, sin escuchar a su madre, vivía según las costumbres paganas, sin saber que si alguien no escucha a su madre, se meterá en problemas, como está dicho: “Si alguno no escucha a su padre o a su madre, sufrirá la muerte”. También estaba enojado con su madre... Pero Olga amaba a su hijo Sviatoslav cuando decía: “Hágase la voluntad de Dios. Si Dios quiere tener misericordia de mis descendientes y de la tierra rusa, que ordene a sus corazones que se vuelvan a Dios, como a mí me fue concedido”. Y diciendo esto, oró por su hijo y por su pueblo todos los días y todas las noches, cuidando de su hijo hasta que llegó a la edad adulta”..

    A pesar del éxito de su viaje a Constantinopla, Olga no pudo persuadir al emperador para que se pusiera de acuerdo sobre dos cuestiones importantes: el matrimonio dinástico de Sviatoslav con la princesa bizantina y las condiciones para la restauración de la metrópoli de Kiev que existía bajo Askold. Por eso, Santa Olga vuelve su mirada hacia Occidente: la Iglesia estaba unida en ese momento. Es poco probable que la princesa rusa conociera las diferencias teológicas entre las doctrinas griega y latina.

    En 959, un cronista alemán registra: "Los embajadores de Helena, reina de los rusos, que fue bautizada en Constantinopla, vinieron al rey y le pidieron que consagrara un obispo y sacerdotes para este pueblo".. El rey Otto, el futuro fundador del Sacro Imperio Romano Germánico de la nación alemana, respondió a la solicitud de Olga. Un año después, Libutius, de los hermanos del monasterio de San Albano en Mainz, fue instalado como obispo de Rusia, pero murió pronto (15 de marzo de 961). En su lugar fue consagrado Adalberto de Trier, a quien Otón, “proporcionando generosamente todo lo necesario”, finalmente enviado a Rusia.

    Cuando Adalberto apareció en Kiev en 962, “No logré nada de lo que me enviaron y vi mis esfuerzos en vano”. De regreso “algunos de sus compañeros fueron asesinados y el propio obispo no escapó del peligro de muerte”, - así cuentan las crónicas la misión de Adalberto. La reacción pagana se manifestó con tanta fuerza que no sólo sufrieron los misioneros alemanes, sino también algunos de los cristianos de Kiev que fueron bautizados junto con Olga. Por orden de Svyatoslav, el sobrino de Olga, Gleb, fue asesinado y algunos de los templos que ella construyó fueron destruidos.

    Santa Olga tuvo que aceptar lo sucedido y entregarse a asuntos de piedad personal, entregando el control al pagano Svyatoslav. Por supuesto, todavía se la tenía en cuenta y siempre se recurría a su experiencia y sabiduría en todas las ocasiones importantes. Cuando Svyatoslav abandonó Kiev, la administración del estado quedó confiada a Santa Olga.

    Las gloriosas victorias militares del ejército ruso también fueron un consuelo para ella. Svyatoslav derrotó al antiguo enemigo del estado ruso: el Khazar Khaganate, aplastando para siempre el poder de los gobernantes judíos de Azov y las regiones del bajo Volga. El siguiente golpe lo asestó el Volga Bulgaria, luego le llegó el turno a la Bulgaria del Danubio: los guerreros de Kiev tomaron ochenta ciudades a lo largo del Danubio.
    Svyatoslav y sus guerreros personificaron el espíritu heroico de la Rus pagana. Las crónicas conservan las palabras de Svyatoslav, rodeado con su escuadrón por un enorme ejército griego: "¡No deshonraremos a la tierra rusa, pero nos quedaremos aquí con nuestros huesos!" ¡Los muertos no tienen vergüenza!

    Svyatoslav soñaba con crear un enorme estado ruso desde el Danubio hasta el Volga, que uniría a Rusia y otros pueblos eslavos. Santa Olga entendió que con todo el coraje y la valentía de los escuadrones rusos, no podrían hacer frente al antiguo imperio de los romanos, que no permitiría el fortalecimiento de la Rus pagana. Pero el hijo no escuchó las advertencias de su madre. Santa Olga tuvo que soportar muchos dolores al final de su vida. El hijo finalmente se mudó a Pereyaslavets en el Danubio. Mientras estuvo en Kiev, enseñó la fe cristiana a sus nietos, los hijos de Svyatoslav, pero no se atrevió a bautizarlos por temor a la ira de su hijo.

    Además, obstaculizó sus intentos de establecer el cristianismo en Rusia. En los últimos años, en medio del triunfo del paganismo, ella, una vez la dueña del estado universalmente venerada, bautizada por el Patriarca Ecuménico en la capital de la ortodoxia, tuvo que mantener en secreto a un sacerdote con ella para no provocar un nuevo estallido de anti. -Sentimiento cristiano. En 968, Kiev fue sitiada por los pechenegos. La santa princesa y sus nietos, entre los que se encontraba el príncipe Vladimir, se encontraron en peligro de muerte. Cuando la noticia del asedio llegó a Svyatoslav, corrió al rescate y los pechenegos fueron puestos en fuga.

    Santa Olga, ya gravemente enferma, pidió a su hijo que no se marchara hasta su muerte. No perdió la esperanza de volver el corazón de su hijo a Dios y no dejó de predicar en su lecho de muerte: “¿Por qué me dejas, hijo mío, y adónde vas? Cuando buscas el ajeno, ¿a quién confías el tuyo? Después de todo, Tus hijos aún son pequeños, y yo ya soy viejo y enfermo, espero una muerte inminente, partida a mi amado Cristo, en quien creo; Ahora no me preocupo por nada más que por ti: lamento que aunque te enseñé mucho y te convencí de dejar la maldad de los ídolos, de creer en el Dios verdadero que conozco, pero lo descuidas, y sé lo que por tu desobediencia Te espera un mal final en la tierra y, después de la muerte, el tormento eterno preparado para los paganos.

    Ahora cumple al menos con este último pedido mío: no vayas a ninguna parte hasta que esté muerto y enterrado; luego ve a donde quieras.
    Después de mi muerte, no hagáis nada de lo que exige la costumbre pagana en tales casos; pero que mi presbítero y el clero entierren mi cuerpo según la costumbre cristiana; no te atrevas a arrojar sobre mí un túmulo ni a celebrar fiestas fúnebres; pero envía el oro a Constantinopla al Santo Patriarca, para que haga oración y ofrenda a Dios por mi alma y distribuya limosna a los pobres”..

    “Al escuchar esto, Svyatoslav lloró amargamente y prometió cumplir todo lo que ella legó, negándose únicamente a aceptar la santa fe.

    Después de tres días, la bienaventurada Olga cayó en un agotamiento extremo; recibió la comunión de los Divinos Misterios del Purísimo Cuerpo y de la Sangre Vivificante de Cristo nuestro Salvador; todo el tiempo permaneció en ferviente oración a Dios y a la Purísima Madre de Dios, a quien siempre tuvo como su ayudante según Dios; invocó a todos los santos; La beata Olga oró con especial celo por la iluminación de la tierra rusa después de su muerte; viendo el futuro, predijo repetidamente que Dios iluminaría al pueblo de la tierra rusa y muchos de ellos serían grandes santos; La beata Olga oró por el rápido cumplimiento de esta profecía en el momento de su muerte. Y también había oración en sus labios cuando su alma honesta fue liberada de su cuerpo y, como una justa, fue aceptada por las manos de Dios”..

    11 de julio (24) 969 Santa Olga murió, “Y su hijo y sus nietos y todo el pueblo lloraron por ella con gran llanto”.. El presbítero Gregory cumplió exactamente su voluntad. Santa Olga Igual a los Apóstoles fue canonizada en el Concilio de 1547, lo que confirmó la veneración generalizada hacia ella en Rusia en la era premongola.

    Dios glorificó al "líder" de la fe en la tierra rusa con milagros e incorrupción de reliquias. Bajo el santo príncipe Vladimir, las reliquias de santa Olga fueron trasladadas a la Iglesia del Diezmo de la Dormición de la Santísima Virgen María y colocadas en un sarcófago, en el que era costumbre colocar las reliquias de los santos en el Oriente ortodoxo. Había una ventana en el muro de la iglesia sobre la tumba de Santa Olga; y si alguien se acercaba a las reliquias con fe, las veía a través de la ventana, y algunos veían el resplandor que emanaba de ellas, y muchos poseídos por enfermedades recibían curación. Para los que acudieron con poca fe, la ventana no se abrió y no se pudieron ver las reliquias, sino sólo el ataúd.

    Por eso, después de su muerte, Santa Olga predicó la vida eterna y la resurrección, llenando de alegría a los creyentes y amonestando a los incrédulos.
    Su profecía sobre la malvada muerte de su hijo se hizo realidad. Sviatoslav, como informa el cronista, fue asesinado por el príncipe pechenego Kurei, quien le cortó la cabeza y se hizo una copa con el cráneo, la envolvió con oro y bebía de ella durante las fiestas.

    También se cumplió la profecía del santo sobre la tierra rusa. Las obras de oración y los hechos de Santa Olga confirmaron la mayor hazaña de su nieto San Vladimir (15 (28) de julio): el bautismo de la Rus.
    Las imágenes de los santos iguales a los apóstoles Olga y Vladimir, que se complementan mutuamente, encarnan los comienzos maternos y paternos de la historia espiritual rusa.
    Santa Olga Igual a los Apóstoles se convirtió en la madre espiritual del pueblo ruso, a través de ella comenzó su iluminación con la luz de la fe de Cristo..

    El nombre pagano Olga corresponde al masculino Oleg (Helgi), que significa "santo". Aunque la comprensión pagana de la santidad difiere de la cristiana, presupone en una persona una actitud espiritual especial, castidad y sobriedad, inteligencia y perspicacia. Revelando el significado espiritual de este nombre, la gente llamó a Oleg el Profético y a Olga, la Sabia.

    Posteriormente se llamará Santa Olga sabio de dios, enfatizando su principal don, que se convirtió en la base de toda la escalera de santidad de las esposas rusas: la sabiduría. La propia Santísima Theotokos, la Casa de la Sabiduría de Dios, bendijo a Santa Olga por sus labores apostólicas. Su construcción de la Catedral de Santa Sofía en Kiev, la madre de las ciudades rusas, fue un signo de la participación de la Madre de Dios en la construcción de viviendas de la Santa Rusia. Kiev, es decir, la Rus cristiana de Kiev, se convirtió en el tercer lote de la Madre de Dios en el Universo, y el establecimiento de este lote en la tierra comenzó a través de la primera de las santas esposas de Rusia: Santa Olga Igual a los Apóstoles. El nombre cristiano de Santa Olga - Elena (traducido del griego antiguo como "Antorcha"), se convirtió en una expresión del ardor de su espíritu.
    Santa Olga (Elena) recibió un fuego espiritual que no se apagó a lo largo de los mil años de historia de la Rusia cristiana.

    • Reposo de la Beata Princesa Olga, en el Santo Bautismo de Elena / San Demetrio de Rostov »

    PRINCESA OLGA
    Troparion, tono 1

    Habiendo fijado tu mente con las alas del entendimiento de Dios, / te remontaste por encima de las criaturas visibles, / habiendo buscado a Dios y Creador de todas las cosas, / y habiéndolo encontrado, recibiste de nuevo nacimiento por el Bautismo, / disfrutando del árbol de los vivientes, permaneciendo incorruptible para siempre, / Olgo, siempre glorioso.

    Otro troparion, tono 8.

    En ti, Elena sabia de Dios, se conoció en el país ruso la imagen de la salvación, / por haber recibido el baño del santo Bautismo, seguiste a Cristo, / creando y enseñando a dejar los encantos de la idolatría, / a cuidar las almas, las cosas. más inmortal, / también Con Ángeles, Iguales-a-los-Apóstoles, se alegra vuestro espíritu.

    Otro troparion, tono 4.

    Habiendo abandonado la adulación idólatra, / seguiste a Cristo, el Esposo Inmortal, Olgo el Sabio de Dios, / regocijándote en Su diablo, / orando sin cesar / por los que honran tu santa memoria con fe y amor.

    Otro troparion, helénico, tono 3.

    La santa Igual a los Apóstoles elegida de Cristo, Princesa Olgo, / que dio a beber a tu pueblo la leche verbal y pura de Cristo, / orando al Dios Misericordioso, / que el perdón de los pecados / conceda a nuestras almas.

    Kontakion, tono 4

    Cantemos hoy a Dios, Benefactor de todos, / que glorificó a la sabia Olga en Rusia, / y a través de sus oraciones / concederá a nuestras almas / la remisión de los pecados.

    Otro kontakion, tono 4

    La gracia de todo Dios ha aparecido hoy, / habiendo glorificado a la sabia Olga en Rusia, / a través de sus oraciones, oh Señor, / concede a las personas el perdón de los pecados.

    Grandeza

    Te magnificamos, / santa Princesa Olgo, Igual a los Apóstoles, / como el amanecer de la mañana que se ha levantado en nuestra tierra / y la luz de la fe ortodoxa / que la presagiaba para su pueblo.

    Oraciones a la Santa Gran Duquesa Olga, Igual a los Apóstoles

    1.
    Oh santa, igual a los apóstoles, Gran Duquesa Olgo, primera santa de Rusia, cálida intercesora y libro de oraciones para nosotros ante Dios. A ti acudimos con fe y oramos con amor: sé tu ayuda y cómplice en todo para nuestro bien, y así como en la vida temporal trataste de iluminar a nuestros padres con la luz de la santa fe e instruirme a hacer la voluntad del Señor, ahora, en el señorío celestial, favorable con tus oraciones a Dios, ayúdanos a iluminar nuestra mente y corazón con la luz del Evangelio de Cristo, para que avancemos en la fe, la piedad y el amor de Cristo. En la pobreza y en el dolor, da consuelo a los necesitados, echa una mano amiga a los necesitados, defiende a los ofendidos y maltratados, a los que se han extraviado de la recta fe y están cegados por las herejías, y pídenos desde el Dios todo generoso por todo lo bueno y útil en la vida temporal y eterna, para que habiendo vivido bien aquí, seamos dignos de una herencia de bendiciones eternas en el Reino infinito de Cristo nuestro Dios, a Él, junto con el Padre y Al Espíritu Santo, pertenece toda gloria, honra y adoración, siempre, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

    Oh santa Princesa Olgo, igual a los apóstoles, acepta nuestras alabanzas, indignos siervos de Dios (nombres), ante tu ícono honesto, orando y pidiendo humildemente: protégenos con tus oraciones e intercesión de desgracias, problemas y dolores. y pecados feroces; También seremos librados de futuros tormentos creando honestamente tu santa memoria y glorificando a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

    ¡Oh gran santa de Dios, elegida por Dios y glorificada por Dios, igual a los apóstoles, la Gran Duquesa Olgo! Rechazaste el mal y la maldad paganos, creíste en el Único Dios Trinitario Verdadero y aceptaste el santo bautismo y sentaste las bases para la iluminación de la tierra rusa con la luz de la fe y la piedad. Eres nuestro antepasado espiritual, tú, según Cristo nuestro Salvador, eres el primer culpable de la iluminación y salvación de nuestra raza. Eres un cálido libro de oraciones y un intercesor por el reino de toda Rusia, por sus reyes, gobernantes, el ejército y por todos los pueblos. Por eso te rogamos humildemente: mira nuestras debilidades y suplica al Rey misericordioso del Cielo, que no se enoje con nosotros, ya que por nuestras debilidades pecamos todo el día, y que no nos destruya con nuestras iniquidades, pero que tenga misericordia y nos salve en su misericordia, que implante en nuestros corazones su temor salvador, que ilumine nuestras mentes con su gracia, para que comprendamos los caminos del Señor, dejemos las sendas de la maldad y error, y esforzarse por los caminos de la salvación y de la verdad, del cumplimiento inquebrantable de los mandamientos de Dios y de los estatutos de la Santa Iglesia. Ruega, bendito Olgo, a Dios, Amante de la humanidad, para que nos agregue su gran misericordia: que nos libre de la invasión de extranjeros, del desorden interno, de la rebelión y de las contiendas, del hambre, de las enfermedades mortales y de todo mal; que nos dé la bondad del aire y la fecundidad de la tierra, que dé a los pastores el celo por la salvación de su rebaño, que todos los pueblos se apresuren a corregir diligentemente sus servicios, que tengan amor entre sí y afinidad, a esforzarse fielmente para el bien de la Patria y de la Santa Iglesia, que la luz de la fe salvadora en Nuestra Patria, en todos sus fines; que los incrédulos se vuelvan a la fe, que todas las herejías y cismas sean abolidos; Sí, habiendo vivido en paz en la tierra, seremos dignos de la bienaventuranza eterna en el cielo, alabando y exaltando a Dios por los siglos de los siglos. Amén.

    Calle. Dmitri Rostovsky

    Vida de la gran duquesa Olga, santa igual a los apóstoles

    Al final de la oscura noche de idolatría que envolvió la tierra rusa, la bendita Olga apareció como el amanecer antes del inicio del brillante día de la santa fe en Cristo, el "Sol de la Verdad".

    La beata Olga provenía de una familia famosa: era bisnieta de Gostomysl, ese hombre glorioso que gobernó en Veliky Novgorod hasta que, por consejo suyo, Rurik y sus hermanos fueron llamados de los varegos para reinar en Rusia. La tierra natal de Olga era toda Vybutskaya, ahora ubicada cerca de la ciudad de Pskov, que aún no existía en ese momento. Los padres de la Beata Olga lograron inculcar en su hija aquellas reglas de una vida honesta y razonable, a las que ellos mismos se adhirieron, a pesar de su idolatría. Olga se distinguía por su castidad y su mente brillante, como veremos a continuación.

    Rurik, al morir, dejó atrás a su hijo Igor cuando era un niño, por lo tanto, tanto Igor como el reinado mismo, hasta los días de la mayoría de edad de su hijo, Rurik confió al cuidado de su pariente Oleg. Este último, habiendo reunido un ejército importante y llevando consigo al joven heredero del reinado de Igor, se dirigió a Kiev. Habiendo matado a Askold y Dir aquí, Oleg subyugó a Kiev y se convirtió en el gobernante autocrático de las posesiones varegas-rusas, reteniendo el reinado para su sobrino Igor; En asuntos gubernamentales, Oleg tuvo que visitar Kiev o Veliky Novgorod. El príncipe Igor, al llegar a la adolescencia, se dedicaba a la caza. Le sucedió, mientras cazaba en las afueras de Novgorod, entrar en las fronteras de Pskov; Mientras rastreaba al animal cerca del mencionado pueblo de Vybutskaya, vio al otro lado del río un lugar conveniente para pescar, pero no pudo llegar allí por falta de un bote. Al poco tiempo, Igor vio a un joven navegando en un barco; Llamándolo a la orilla, ordenó que lo transportaran al otro lado del río. Mientras nadaban, Igor, mirando más de cerca el rostro del remero, vio que éste no era un joven, sino una niña; esa fue la bienaventurada Olga, quien destacó por su belleza. La belleza de Olga hirió el corazón de Igor; la lujuria estalló en él; y comenzó a seducirla con palabras, inclinándola a mezclas carnales inmundas. La bienaventurada Olga, habiendo comprendido los pensamientos de Igor, encendido por la lujuria, detuvo su conversación, volviéndose hacia él, como un anciano sabio, con la siguiente advertencia:

    ¿Por qué te da vergüenza, príncipe, planear una tarea imposible? ¡Tus palabras revelan tu descarado deseo de violarme, lo cual no sucederá! - No quiero oír hablar de eso. Te pido que me escuches y reprimas en ti estos pensamientos absurdos y vergonzosos de los que deberías avergonzarte: recuerda y piensa que eres un príncipe, y un príncipe debe ser un brillante ejemplo de buenas obras para las personas, como gobernante y juez; ¿Estás ahora cerca de algún tipo de anarquía? Si tú mismo, vencido por la lujuria inmunda, cometes atrocidades, ¿cómo evitarás que otros las cometan y juzgarás a tus súbditos con justicia? Abandonad esa lujuria descarada, que la gente honesta aborrece; y tú, aunque eres un príncipe, puedes ser odiado por este último y sometido a un ridículo vergonzoso. Y aun así, debes saber que, aunque estoy solo aquí e impotente en comparación contigo, todavía no me derrotarás. Pero incluso si pudieras vencerme, entonces la profundidad de este río será inmediatamente mi protección: es mejor para mí morir en pureza, enterriéndome en estas aguas, que ser profanada hasta mi virginidad.

    Tales exhortaciones a la castidad, dirigidas por la bienaventurada Olga a Igor, hicieron que éste entrara en razón, despertando en él un sentimiento de vergüenza. Él guardó silencio, incapaz de encontrar palabras para responder; Entonces cruzaron el río nadando y luego se separaron. Y el príncipe quedó sorprendido ante la extraordinaria inteligencia y castidad de la joven. De hecho, tal acto de la bienaventurada Olga es digno de sorpresa: sin conocer al Dios verdadero y sus mandamientos, descubrió tal hazaña en la defensa de la castidad; Guardando cuidadosamente la pureza de su virginidad, hizo entrar en razón al joven príncipe, domando su lujuria con palabras de sabiduría dignas de la mente de su marido.

    Poco tiempo después de lo que ahora se describe, el príncipe Igor, junto con su pariente Oleg, fue a Kiev con la intención de establecer allí el trono de reinado, lo cual se hizo: se sentaron a reinar en Kiev y en Veliky Novgorod, así como en otras ciudades de la tierra rusa que se les sometió, encarcelaron a sus gobernadores. Cuando llegó el momento de la boda del príncipe Igor, eligieron muchas muchachas hermosas para encontrar entre ellas una digna del palacio principesco; pero al príncipe no le gustó ninguno de ellos. Al recordar a la casta y hermosa Olga, Igor inmediatamente envió a buscarla a su pariente Oleg. Oleg llevó a Olga a Kiev con gran honor e Igor se casó con ella. Luego, Oleg, pariente y tutor de Igor, también murió, e Igor comenzó a gobernar sin oposición. Al comienzo de su reinado independiente, Igor libró guerras persistentes con los pueblos circundantes. Incluso fue a Constantinopla: habiendo capturado muchos países de la tierra griega, regresó de esta campaña con botín y gloria. Pasó el resto de su vida en silencio, en paz con las tierras fronterizas. En ese momento, Igor tuvo un hijo, Svyatoslav, de la bendita Olga, más tarde padre del santo e igual a los apóstoles Príncipe Vladimir. E Igor reinó en el trono del gran reinado en Kiev con prosperidad: la riqueza fluyó hacia él en abundancia desde muchos lugares, porque países lejanos también le enviaron muchos regalos y tributos.

    La muerte le sobrevino a Igor de esta manera. Aprovechando la paz que había llegado después de muchas guerras, Igor comenzó a recorrer ciudades y regiones para cobrar el tributo habitual. Al llegar a los Drevlyans, recordó que al comienzo de su reinado se retiraron de él, y solo después de la guerra se sometieron nuevamente a él: por eso Igor duplicó el tributo a los Drevlyans, lo que los agobiaba enormemente. Ellos, entristecidos, comenzaron a consultar con su príncipe Mal:

    Cuando el lobo se acostumbra a las ovejas, una a una puede llevarse todo el rebaño, si no lo matan; Nosotros también: si no matamos a Igor, él nos destruirá a todos.

    Luego de esta reunión, comenzaron a buscar un momento conveniente. Y cuando Igor envió el tributo recibido de los Drevlyans a Kiev, y él mismo permaneció con ellos con un pequeño número de escuadrones, los Drevlyans consideraron que esta oportunidad era adecuada para ellos: atacaron inesperadamente a Igor cerca de su ciudad de Korosten; Mataron al escuadrón del príncipe y a él mismo, y los enterraron allí. - Así fue la muerte del príncipe Igor, el buen gobernante de las regiones de la tierra rusa, que inspiró miedo en los pueblos circundantes. Después de la muerte de su tutor Oleg, Igor vivió treinta y dos años.

    La noticia del asesinato de Igor, al llegar a Kiev, provocó fuertes lágrimas en Olga, que lloró a su marido con su hijo Svyatoslav; Todos los habitantes de Kyiv también lloraron. Los drevlyanos, después de matar a Igor, idearon el siguiente atrevido plan: querían casar a Olga con su príncipe Mala y matar en secreto al heredero de Igor, el joven Svyatoslav. De esta manera, los drevlyanos pensaron en aumentar el poder de su príncipe. Inmediatamente enviaron veinte maridos deliberados a Olga en barcos para pedirle que se convirtiera en la esposa de su príncipe; y en caso de negativa de su parte, se les ordenó mediante amenazas obligarla, aunque fuera por la fuerza, a convertirse en la esposa de su amo. Los hombres enviados llegaron a Kiev por agua y desembarcaron en la orilla. Al enterarse de la llegada de la embajada, la princesa Olga llamó a los maridos Drevlyan a su casa y les preguntó:

    ¿Habéis llegado con buenas intenciones, invitados honestos?

    “Buena suerte”, respondió este último.

    Dime”, sugirió Olga, “¿por qué viniste a nosotros exactamente?”

    Los hombres respondieron:

    La tierra de Drevlyan nos envió a usted con estas palabras: “No te enojes porque matamos a tu marido, porque él, como un lobo, saqueó y robó. Y nuestros príncipes son buenos gobernantes que extendieron la tierra de Drevlyan. Nuestro príncipe actual es sin comparación mejor que Igor: joven y guapo, también es manso, cariñoso y misericordioso con todos. Cásate con nuestro príncipe: serás nuestra amante y dueña de la tierra de Drevlyan.

    La princesa Olga, ocultando su tristeza y dolor por su marido, dijo a la embajada con fingida alegría:

    Tus palabras me agradan, porque ya no puedo resucitar a mi marido, y quedar viuda no es una preocupación para mí: siendo mujer, no puedo administrar adecuadamente tal principado; mi hijo es todavía un niño. Así que me casaré de buena gana con tu joven príncipe; Además, yo tampoco soy viejo. Ahora id, descansad en vuestras barcas; por la mañana te invitaré a una fiesta honorable, que te prepararé, para que todos sepan el motivo de tu llegada y mi consentimiento a tu propuesta; y luego iré con tu príncipe. Pero tú, cuando los enviados por la mañana vengan a invitarte a una fiesta, sabes cómo debes observar al mismo tiempo el honor del príncipe que te envió y el tuyo propio: llegarás a la fiesta de la misma manera. como llegaste a Kiev, es decir, en barcos que los kyivs llevarán sobre sus cabezas, que todos vean tu nobleza y mi amor por tu príncipe, por el cual te considero un gran honor ante mi pueblo.

    Los drevlyanos se retiraron alegremente a sus barcos. La princesa Olga, vengándose del asesinato de su marido, pensaba en qué tipo de muerte destruirlos. Esa misma noche mandó cavar un profundo hoyo en el patio del palacio principesco, en el que también había una hermosa cámara preparada para la fiesta. A la mañana siguiente, la princesa envió a hombres honestos a invitar a casamenteros a un banquete; Ellos, como locos, sentados en las barcas, decían:

    No iremos a pie, ni montaremos a caballo, ni en carros, sino que como fuimos enviados por nuestro príncipe en barcas, así llévanos sobre tus cabezas hasta tu princesa.

    Los kievitas, riéndose de su locura, respondieron:

    Nuestro príncipe muere y nuestra princesa va por tu príncipe; y ahora nosotros, como esclavos, hacemos lo que se nos manda.

    Y habiéndolos colocado uno por uno en pequeños botes, los habitantes de Kiev se los llevaron, hinchados de orgullo vacío. Cuando llevaron a los drevlyanos al mencionado patio de los príncipes, Olga, que miraba desde la cámara, les ordenó que lo hicieran. ser arrojado a un hoyo profundo preparado para ello. Luego, acercándose al hoyo e inclinándose sobre él, preguntó:

    ¿Le parece aceptable este honor?

    Ellos gritaron:

    ¡Ay de nosotros! Matamos a Igor y no sólo no obtuvimos nada bueno con esto, sino que recibimos una muerte aún más malvada.

    Y Olga ordenó que los enterraran vivos en ese foso.

    Habiendo hecho esto, la princesa Olga envió inmediatamente a su mensajero a los Drevlyans con las palabras:

    Si realmente quieres que me case con tu príncipe, envíame una embajada, más numerosa y más noble que la primera; déjame llevar con honor a tu príncipe; Envíe a sus maridos, embajadores, lo antes posible, antes de que el pueblo de Kiev me detenga.

    Con gran alegría y prisa, los drevlyanos enviaron a Olga a cincuenta de los hombres más nobles, los ancianos más antiguos de la tierra de los drevlyanos después del príncipe. Cuando llegaron a Kiev, Olga ordenó que les prepararan una casa de baños y les envió una petición: que los embajadores, después de un viaje agotador, se laven en la casa de baños, descansen y luego vengan a ella; Fueron felices a la casa de baños. Cuando los drevlyanos comenzaron a lavarse, los sirvientes especialmente asignados sellaron inmediatamente las puertas cerradas desde el exterior, cubrieron la casa de baños con paja y matorrales y le prendieron fuego; Entonces los ancianos Drevlyan junto con sus sirvientes fueron quemados en la casa de baños. Y nuevamente Olga envió un mensajero a los Drevlyans, informándoles de su inminente llegada para casarse con su príncipe y ordenándoles que prepararan miel y todo tipo de bebida y comida en el lugar donde mataron a su marido, para que, habiendo venido a ellos, ella realizaría su segundo matrimonio según el primero una fiesta fúnebre para mi marido, es decir, una fiesta fúnebre según la costumbre pagana; y luego que haya matrimonio. Para alegrarse, los Drevlyans prepararon todo en abundancia. La princesa Olga, según su promesa, fue a los Drevlyans con muchas tropas, como si se estuviera preparando para la guerra y no para una boda. Cuando Olga se acercó a la capital de los drevlyanos, Korosten, estos últimos salieron a recibirla vestidos de fiesta, algunos a pie y otros a caballo, y la recibieron con júbilo y alegría. Olga fue primero a la tumba de su marido, y aquí lloró mucho por él; Después de haber celebrado una fiesta fúnebre conmemorativa, según la costumbre pagana, ordenó que se construyera un gran montículo sobre la tumba. Y los Drevlyans le dijeron:

    ¡Señora princesa! Matamos a tu marido porque fue despiadado con nosotros, como un lobo rapaz. Eres misericordioso, como nuestro príncipe, ¡ahora viviremos felices!

    Olga respondió:

    Ya no me aflijo por mi primer marido, habiendo hecho lo que debería haberse hecho sobre su tumba; Ha llegado el momento de preparar con alegría tu segundo matrimonio con tu príncipe.

    Los drevlyanos preguntaron a Olga sobre su primer y segundo embajador.

    “Nos siguen por un camino diferente con todas mis riquezas”, respondió la princesa.

    Después de esto, Olga, habiéndose quitado sus tristes ropas, se vistió con el ligero traje de boda característico de una princesa, mostrando, al mismo tiempo, una apariencia alegre. Ordenó a los drevlyanos que comieran, bebieran y se divirtieran, y ordenó a su gente que sirviera a los drevlyanos, comiera con ellos, pero no se emborrachara. Cuando los drevlyanos se emborracharon, la princesa ordenó a su gente que los golpearan con espadas, cuchillos y lanzas con armas preparadas de antemano: murieron hasta cinco mil o más. Entonces Olga, después de haber mezclado la alegría de los Drevlyan con sangre y haber vengado así el asesinato de su marido, regresó a Kiev.

    Al año siguiente, Olga, habiendo reunido un ejército, fue contra los Drevlyans con su hijo Svyatoslav Igorevich y lo reclutó para vengar la muerte de su padre. Los drevlyanos salieron a su encuentro con una fuerza militar considerable; habiéndose unido, ambos bandos lucharon ferozmente hasta que los kievitas derrotaron a los drevlyanos; y el primero obligó a los últimos a la capital, Korosten, y los mató. Los drevlyanos se encerraron en la ciudad, Olga la asedió implacablemente durante todo un año. Al ver que era difícil tomar la ciudad por asalto, a la sabia princesa se le ocurrió ese truco. Envió un mensaje a los drevlyanos que se habían encerrado en la ciudad:

    ¿Por qué, locos, queréis morir de hambre, sin querer someteros a mí? Después de todo, todas vuestras otras ciudades me han expresado su sumisión; sus habitantes pagan tributo y viven pacíficamente en ciudades y pueblos, cultivando sus campos.

    "A nosotros también nos gustaría", respondieron los que se habían retirado, "someternos a ti, pero tememos que vuelvas a vengarte de tu príncipe".

    Olga les envió un segundo embajador con las palabras:

    Ya me he vengado de tus mayores y otras personas tuyas más de una vez; y ahora no deseo venganza, sino que te exijo homenaje y sumisión.

    Los drevlyanos acordaron rendirle el homenaje que quisiera. Olga les sugirió:

    Sé que ahora estáis empobrecidos por la guerra y no podéis pagarme tributo ni en miel, ni en cera, ni en cuero, ni en otras cosas aptas para el comercio; Sí, yo mismo no quiero cargaros con un gran tributo; dame algún pequeño homenaje en señal de tu sumisión, al menos tres palomas y tres gorriones de cada casa. Esto es absolutamente suficiente para que esté convencido de vuestra obediencia.

    Este día les pareció tan insignificante a los drevlyanos que incluso se burlaron de la inteligencia femenina de Olga; Inmediatamente se apresuraron a recoger tres palomas y gorriones de cada casa y se los enviaron con una reverencia. Olga dijo a los hombres que venían a ella desde la ciudad:

    He aquí, ahora te has sometido a mí y a mi hijo; vive en paz, mañana me retiraré de tu ciudad y volveré a casa.

    Con estas palabras despidió a los mencionados maridos; Todos los habitantes de la ciudad se alegraron mucho al escuchar las palabras de la princesa. Olga distribuyó los pájaros a sus soldados con la orden de que a última hora de la tarde se atara a cada paloma y a cada gorrión un trozo de azufre empapado en azufre, que se encendiera y soltaran todos los pájaros al aire juntos. Los soldados cumplieron esta orden: los pájaros volaron a la ciudad de donde fueron sacados; cada paloma voló a su nido y cada gorrión a su lugar, e inmediatamente la ciudad se incendió en muchos lugares,

    Y Olga en ese momento le dio a su ejército la orden de rodear la ciudad por todos lados y comenzar un ataque. La población de la ciudad, huyendo del fuego, salió corriendo de detrás de las murallas y cayó en manos del enemigo. Entonces se llevaron a Korosten; Muchas personas de los Drevlyans murieron a espada, otras con sus esposas e hijos quemaron en el fuego, y otras se ahogaron en el río que fluía bajo la ciudad; Al mismo tiempo, también murió el príncipe Drevlyansky. De los que sobrevivieron, muchos fueron llevados cautivos, mientras que otros fueron dejados por la princesa en sus lugares de residencia, a los que les impuso un fuerte tributo. Entonces la princesa Olga se vengó de los drevlyanos por el asesinato de su marido, subyugó toda la tierra de los drevlyanos y regresó a Kiev con gloria e identidad.

    Y la princesa Olga gobernó las regiones de la tierra rusa bajo su control no como una mujer, sino como un marido fuerte y razonable, manteniendo firmemente el poder en sus manos y defendiéndose valientemente de los enemigos. Y ella era terrible para este último, pero amada por su propio pueblo, como un gobernante misericordioso y piadoso, como un juez justo que no ofendía a nadie, infligiendo castigo con misericordia y recompensando a los buenos; infundió miedo al mal, recompensando a cada uno en proporción al mérito de sus acciones; en todos los asuntos de gestión mostró previsión y sabiduría. Al mismo tiempo, Olga, misericordiosa de corazón, fue generosa con los pobres, desdichados y necesitados; Las peticiones justas pronto llegaron a su corazón y rápidamente las cumplió. Todos sus hechos, a pesar de su permanencia en el paganismo, agradaron a Dios, como dignos de la gracia cristiana. Con todo esto, Olga combinó una vida abstinente y casta: no quería volver a casarse, pero permaneció en pura viudez, observando el poder principesco para su hijo hasta los días de su edad. Cuando éste maduró, le entregó todos los asuntos del gobierno, y ella misma, apartándose de rumores y preocupaciones, vivió al margen de las preocupaciones de la dirección, dedicándose a obras de caridad.

    Ha llegado un tiempo propicio en el que el Señor quiso iluminar a los eslavos, cegados por la incredulidad, con la luz de la santa fe, llevarlos al conocimiento de la verdad y guiarlos por el camino de la salvación. El Señor se dignó revelar los inicios de esta iluminación para vergüenza de los hombres de corazón duro en un vaso femenino débil, es decir, a través de la bienaventurada Olga. Porque, como antes, hizo de mujeres portadoras de mirra predicadoras de su resurrección (Mat. 28 :9-10), y reveló al mundo su honorable cruz, en la que fue crucificado, desde lo más profundo de la tierra, con su esposa, la zarina Elena, y luego, en tierra rusa, se dignó plantar el santo Vera, con una esposa maravillosa, una nueva Elena: la princesa Olga. El Señor la eligió como un vaso honesto para su santísimo nombre: que ella lo lleve por la tierra rusa. Encendió en su corazón la aurora de su gracia invisible, abriendo sus ojos inteligentes al conocimiento del Dios verdadero, a quien aún no conocía. Ella ya ha comprendido la seducción y el engaño de la maldad pagana, convenciéndose, como una verdad evidente, de que los ídolos venerados por los locos no son dioses,

    sino un producto sin alma de manos humanas; por lo tanto, ella no sólo no los respetaba, sino que también los aborrecía. Como un comerciante que busca perlas valiosas, Olga buscó de todo corazón la adoración correcta de Dios y la encontró de la siguiente manera. A la vista de Dios, escuchó de algunas personas que hay un solo Dios verdadero, el Creador del cielo, de la tierra y de toda la creación, en quien creen los griegos; fuera de Él no hay otro Dios. Luchando por el verdadero conocimiento de Dios y sin ser perezosa por naturaleza, Olga quería ir ella misma a los griegos.


    mirar el servicio cristiano con tus propios ojos y estar plenamente convencido de sus enseñanzas sobre el Dios verdadero. Llevando consigo a hombres especialmente nobles, partió con una gran propiedad hacia Constantinopla por agua, donde fue recibida con gran honor por el zar y el patriarca, a quienes Olga le presentó muchos obsequios dignos de tales personas. En Constantinopla, Olga estudió la fe cristiana, escuchando diariamente con diligencia las palabras de Dios y observando de cerca el esplendor del rito litúrgico y otros aspectos de la vida cristiana. Su corazón estaba inflamado de amor a Dios, en quien creía sin duda; Por ello, Olga expresó su deseo de recibir el santo bautismo. El zar griego, que en ese momento era viuda, quería hacer de Olga su esposa: le atraía la belleza de su rostro, su prudencia, su coraje, su gloria, así como la inmensidad de los países rusos. El Emperador le dijo a Olga:

    ¡Ay, princesa Olga! Eres digna de ser reina cristiana y de vivir con nosotros en esta ciudad capital de nuestro reino.

    Y el emperador empezó a hablar con Olga sobre casarse con él. Ella fingió no rechazar la propuesta del rey, pero primero pidió el bautismo, diciendo:

    Vine aquí para el santo bautismo, no para casarme; Cuando me bautizo, entonces podemos hablar de matrimonio, porque a una esposa impía y no bautizada no se le ordena casarse con un marido cristiano. El zar empezó a apresurarse con el bautismo: el patriarca, habiendo instruido suficientemente a Olga en las verdades de la santa fe, la anunció así para el bautismo. Y cuando la pila bautismal ya estaba preparada, Olga empezó a pedirle al propio zar que fuera su destinatario de la pila: “Yo”, dijo, “no seré bautizada si el propio zar no es mi padrino: me iré de aquí sin bautismo”, le darás a Dios una respuesta acerca de mi alma”. El zar accedió a su deseo, Olga fue bautizada por el patriarca y el zar se convirtió en su padre, recibiéndola de la pila sagrada.

    Olga se llamó Helena, así como la primera reina cristiana, la madre de Constantino el Grande, se llamó Helena. Después del bautismo, el patriarca, durante la liturgia, comunicó a Olga los Divinos Misterios del Purísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y la bendijo con las palabras:

    Bienaventurada tú entre las mujeres de Rusia, porque, habiendo dejado las tinieblas, buscaste la luz verdadera; habiendo aborrecido la idolatría, amasteis al único Dios verdadero; escapaste de la muerte eterna al comprometerte con la vida inmortal. ¡A partir de ahora, los hijos de la tierra rusa te complacerán!

    Así la bendijo el patriarca. De la gente que vino con Olga, muchos, hombres y mujeres, también fueron bautizados, y hubo alegría en Constantinopla con motivo del bautismo de la princesa Olga: el rey organizó una gran fiesta ese día, y todos se regocijaron, glorificando a Cristo Dios. . Entonces el rey volvió a hablar de matrimonio con Olga, que en el santo bautismo recibió el nombre de Elena. Pero la bienaventurada Elena le respondió:

    ¿Cómo puedes tomarme a mí, tu ahijada, como esposa? Después de todo, no sólo según la ley cristiana, sino también según la ley pagana, se considera vil e inaceptable que un padre tenga una hija como esposa.

    ¡Me engañaste, Olga! - exclamó el rey

    “Te dije antes”, objetó la Beata Olga, “que no vine aquí con el propósito de reinar contigo (mi hijo y yo tenemos suficiente poder en la tierra rusa), sino para ignorar al Rey inmortal, Cristo Dios, quien Amé.” con toda mi alma, deseando ser digno de Su reino eterno.

    Entonces el zar, abandonando su imposible intención y su amor carnal, amó a la bendita Olga con amor espiritual como a su hija, le regaló generosamente regalos y la despidió en paz. Al salir de Constantinopla, la bienaventurada Olga se dirigió al patriarca y, pidiéndole una bendición de despedida, le dijo:

    Ruega, santo padre, a Dios por mí, regresando a mi país, donde mi hijo permanece en el error pagano y todo el pueblo está sólido como piedra en su antigua maldad - que allí el Señor me libre, a través de tus santas oraciones, de todo mal. .

    El Patriarca le respondió:

    Mi fiel y bendita hija del Espíritu Santo. Que Cristo, en quien os habéis revestido del santo bautismo, os guarde de todo mal, como guardó a Noé del diluvio, a Lot de Sodoma, a Moisés e Israel de Faraón, a David de Saúl, a Daniel de la boca de los leones de Los tres jóvenes del horno. Así que el Señor te libre de la desgracia, bendito seas entre tu pueblo, y tus nietos y bisnietos te bendecirán hasta tus últimos años.

    La beata Olga aceptó esta bendición del patriarca como un tesoro, más valioso que los obsequios más caros; Al mismo tiempo, aceptó instrucciones sobre pureza y oración, ayuno y abstinencia, y todas las buenas obras características de una vida cristiana piadosa. Luego, la Beata Olga recibió del patriarca una cruz honorable, íconos sagrados, libros y otras cosas necesarias para el culto; también recibió del patriarca a presbíteros y clérigos. Y la bienaventurada Olga partió de Constantinopla a su casa con gran alegría.

    Se dice que la honorable cruz que recibió de la mano del patriarca tenía la siguiente inscripción: “La tierra rusa fue renovada para la vida en Dios por el santo bautismo recibido por la Beata Olga. Después de la muerte de la Beata Olga, los fieles la conservaron”. cruzar hasta los días del Gran Duque Yaroslav Vladimirovich; este último, habiendo creado la grande y hermosa Iglesia de Santa Sofía en Kiev, colocó la mencionada cruz en su altar, en el lado derecho. Hoy en día esta cruz ya no existe: durante la repetida devastación de Kiev, sus santas iglesias fueron abandonadas a la devastación. Pero pasemos a la historia de la bienaventurada Olga.

    Al regresar a Kiev, la nueva Elena, la princesa Olga, como el sol, comenzó a ahuyentar la oscuridad de la maldad de la idolatría, iluminando a los de corazón oscurecido. Creó la primera iglesia en nombre de San Nicolás en la tumba de Askold y convirtió a muchos habitantes de Kiev a Cristo Salvador. Pero no pudo llevar a su hijo Svyatoslav a la verdadera razón, al conocimiento de Dios: completamente dedicado a las empresas militares, no prestó atención a las palabras de su madre. Era un hombre valiente que amaba la guerra, por lo que pasó su vida más entre regimientos y ejércitos que en casa. A su madre, que se dirigía a él con amonestaciones, Sviatoslav le dijo:

    Si acepto la fe cristiana y me bautizo, los boyardos, los gobernadores y todo el escuadrón se retirarán de mí y no tendré con quién luchar contra los enemigos y defender nuestra patria.

    Así respondió el príncipe Svyatoslav; sin embargo, no prohibió bautizarse a los que querían; pero no fueron muchos los nobles que recibieron el santo bautismo; al contrario, los nobles vilipendiaban a tales personas, porque para los infieles el cristianismo es una locura (Cf. 1 Cor. 1 :18); Del pueblo común se añadió mucho a la santa iglesia. Santa Olga visitó Veliky Novgorod y otras ciudades, siempre que fue posible, llevando a la gente a la fe de Cristo: al mismo tiempo aplastó ídolos, colocando en su lugar cruces honestas, desde las cuales se realizaron muchas señales y milagros para tranquilizar a los paganos. Al llegar a su tierra natal, a Vybutskaya, la bendita Olga difundió la palabra de la predicación cristiana a sus seres queridos. Durante su estancia en este país, llegó a la orilla del río Velikaya, que fluye de sur a norte, y se detuvo frente al lugar donde el río Pskova, que fluye desde el este, desemboca en el río Velikaya (en el momento descrito, un gran en estos lugares crecían densos bosques); y luego santa Olga desde la otra orilla del río vio que desde el este los lugares ahora mencionados, iluminándolos, descendían del cielo. tres rayos brillantes: la maravillosa luz de estos rayos fue vista no sólo por la propia Santa Olga, sino también por sus compañeras; y el bienaventurado se alegró mucho y dio gracias a Dios por la visión, que presagiaba la iluminación de aquel país por la gracia de Dios. Dirigiéndose a quienes la acompañaban, la beata Olga dijo proféticamente:

    Sepan que por la voluntad de Dios, en este lugar, iluminado por rayos triluminosos, se levantará una iglesia en nombre de la Santísima y vivificante Trinidad y se creará una ciudad grande y gloriosa, abundando en todo.

    Después de estas palabras y de una oración bastante larga, la Beata Olga erigió una cruz: y hasta el día de hoy, el templo de oración se encuentra en el lugar donde lo erigió la Beata Olga. Habiendo visitado muchas ciudades de la tierra rusa, la predicadora de Cristo regresó a Kiev y aquí mostró buenas obras para Dios: si en los días del paganismo hizo buenas obras, ahora más aún, iluminada por la santa fe, la bendita Olga adornada ella misma con todo tipo de virtudes, esforzándose por agradar al Dios recién conocido, su Creador e Iluminador. Recordando la visión del río Pskov, envió mucho oro y plata para crear una iglesia en nombre de la Santísima Trinidad; al mismo tiempo, ordenó que el lugar fuera poblado de gente: y por un corto tiempo la ciudad de Pskov, llamada así por el río Pskova, creció hasta convertirse en una gran ciudad, y en ella fue glorificado el nombre de la Santísima Trinidad. .

    En ese momento, el príncipe Svyatoslav, dejando a su madre y a sus hijos Yaropolk, Oleg y Vladimir en Kiev, fue contra los búlgaros: durante la guerra con ellos capturó hasta ochenta ciudades, y le gustó especialmente su capital, Peryaslavets, donde comenzó a vivir. La Beata Olga, durante su estancia en Kiev, enseñó a sus nietos, los hijos de Svyatoslav, la fe cristiana, en la medida en que ésta era accesible al entendimiento de sus hijos; pero ella no se atrevió a bautizarlos, temiendo cualquier problema por parte de su hijo, y confió en la voluntad del Señor. Mientras Svyatoslav frenó a los búlgaros en el territorio, los pechenegos invadieron inesperadamente las fronteras de Kiev, rodearon Kiev y comenzaron un asedio; Santa Olga y sus nietos se recluyeron en la ciudad, que los pechenegos no pudieron tomar. El Señor, que protegió a Su fiel sierva, también protegió a la ciudad a través de sus oraciones. La noticia de la invasión pecheneg de Kiev llegó a Svyatoslav; se apresuró con su ejército desde la tierra búlgara, atacó inesperadamente a los pechenegos y los puso en fuga; Al entrar en Kiev, saludó a su madre, ya enferma, y ​​nuevamente quiso dejarla para ir a la tierra de los búlgaros. La beata Olga le dijo entre lágrimas:

    ¿Por qué me dejas, hijo mío, y adónde vas? Cuando buscas el ajeno, ¿a quién confías el tuyo? Después de todo, tus hijos aún son pequeños, y yo ya soy viejo y enfermo, - espero una muerte inminente - partida a mi amado Cristo, en quien creo; Ahora no me preocupo por nada más que por ti: lamento que aunque te enseñé mucho y te convencí de que dejaras la idolatría de la maldad, para creer en el Dios verdadero, que yo conozco, y lo descuidaste; y sé que por vuestra desobediencia hacia mí os espera un mal final en la tierra, y después de la muerte, el tormento eterno preparado para los paganos. Ahora cumple al menos esta petición mía: no vayas a ninguna parte hasta que esté muerto y enterrado; luego ve a donde quieras. Después de mi muerte, no hagáis nada de lo que exige la costumbre pagana en tales casos; pero que mi presbítero y mi clero entierren mi cuerpo pecaminoso según la costumbre cristiana; no te atrevas a arrojar sobre mí un túmulo ni a celebrar fiestas fúnebres; pero envió el oro a Constantinopla al Santo Patriarca, para que hiciera oración y ofrenda a Dios por mi alma y repartiera limosna a los pobres.

    Al escuchar esto, Svyatoslav lloró amargamente y prometió cumplir todo lo que ella legó, negándose únicamente a aceptar la santa fe. Después de tres días, la bienaventurada Olga cayó en un agotamiento extremo; participó de los divinos Misterios del Purísimo Cuerpo y de la Sangre vivificante de Cristo nuestro Salvador; todo el tiempo permaneció en ferviente oración a Dios y a la Purísima Madre de Dios, a quien siempre tuvo como su ayudante según Dios; también invocó a todos los santos; La beata Olga oró con especial celo por la iluminación de la tierra rusa después de su muerte; viendo el futuro, profetizó repetidamente durante los días de su vida que Dios iluminaría al pueblo de la tierra rusa y muchos de ellos serían grandes santos; La beata Olga oró por el rápido cumplimiento de esta profecía en el momento de su muerte. Y también había oración en sus labios cuando su alma honesta fue liberada de su cuerpo y, como justa, fue aceptada por las manos de Dios. Entonces pasó de lo terrenal a lo celestial y tuvo el honor de entrar en el palacio del inmortal zar, Cristo Dios, y, como primera santa de la tierra rusa, fue canonizada. La Beata Olga reposó en el santo bautismo, Elena, el día 11 de julio. Vivió casada durante cuarenta y dos años, y en el momento de su matrimonio era una niña de perfecta edad y fuerza: tenía unos veinte años. Al décimo año después de la muerte de su marido, fue honrada con el santo bautismo y después de su bautismo vivió una vida piadosa durante quince años. Así, todos los años de su vida fueron unos noventa. Y su hijo, el príncipe Svyatoslav, los boyardos, los dignatarios y todo el pueblo lloraron a la bienaventurada Olga; La beata Olga fue enterrada con honores según los ritos cristianos.

    Después del reposo de Santa Olga, su profecía sobre la mala muerte de su hijo y sobre la buena iluminación de la tierra rusa se hizo realidad. Su hijo Svyatoslav (como informa el cronista) fue asesinado, después de unos años, en batalla por el príncipe pechenego Kurei. Fumando, le cortó la cabeza a Sviatoslav y con el cráneo se hizo una copa, la envolvió con oro y escribió lo siguiente:

    “El que busca lo ajeno, destruye lo suyo”. Durante una fiesta con sus nobles, el príncipe pechenego bebió de esta copa. Así, el gran duque Svyatoslav Igorevich, valiente y hasta entonces invencible en la batalla, según la predicción de su madre, sufrió una muerte cruel porque no la escuchó. También se cumplió la profecía de la bienaventurada Olga sobre la tierra rusa. Veinte años después de su muerte, su nieto Vladimir recibió el santo bautismo e iluminó la tierra rusa con la santa fe. Habiendo creado una iglesia de piedra en nombre de la Santísima Theotokos (llamada diezmo, porque Vladimir dio una décima parte de sus propiedades para su mantenimiento) y después de consultar con Leonty, metropolitano de Kiev, San Vladimir removió del suelo las honestas reliquias de su abuela, indestructible, incorruptible y llena de fragancia; él con gran honor los transfirió a la mencionada Iglesia de la Santísima Theotokos y no los ocultó, sino que los colocó abiertamente por el bien de aquellos que acuden a ella con fe y reciben el cumplimiento de sus oraciones: muchas curaciones de diversas dolencias fueron dadas por reliquias honestas.

    No hay que tener en cuenta lo siguiente: en el muro de la iglesia había una ventana sobre la tumba de la Beata Olga; y si alguien con fe firme se acercaba a las reliquias honestas, la ventana se abría por sí sola, y el que estaba afuera veía claramente a través de la ventana las reliquias milagrosas honestas que se encontraban dentro, y los especialmente dignos veían un cierto resplandor milagroso que emanaba de ellas; y de los que tenían fe, cualquiera que padeciera alguna enfermedad, inmediatamente recibía sanidad. Para aquellos que vinieron con poca fe, la ventana no se abrió y él no pudo ver las reliquias honestas, incluso si entró en la iglesia misma: solo vio el ataúd y no pudo recibir curación. Todo lo recibieron los creyentes para bien del cuerpo y del alma por las oraciones de Santa Olga, que en el santo bautismo recibió el nombre de Elena, y por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria, con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y siempre. siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

    Troparion, tono 1:

    Habiendo fijado tu mente con las alas del entendimiento de Dios, te elevaste por encima de las criaturas visibles: habiendo buscado a Dios y al Creador de todas las cosas, y habiéndolo encontrado, recibiste el renacimiento mediante el bautismo. Los árboles de los seres vivientes, que se divierten, permanecen incorruptibles para siempre, oh siempre glorioso Olgo.

    Kontakion, tono 4:

    Cantemos hoy a Dios, el benefactor de todos, que glorificó a la sabia Olga en Rusia: que sus oraciones concedan la remisión de los pecados a nuestras almas.

    Aumento:

    Te magnificamos, santa Princesa Olgo, Igual a los Apóstoles, cuando el amanecer ha amanecido en nuestra tierra y presagia la luz de la fe ortodoxa para su pueblo.

    Basado en: 1) el nombre de la bendita Olga, que es un nombre varangiano del varón Oleg, 2) evidencia directa de algunas vidas y 3) el hecho de que Olga era la esposa del príncipe Igor, quien, como varangiano, era el más Es natural tomar una esposa de su propia tribu, debería ser más confiable creer que la bendita Olga era una varangiana. - Los varegos o normandos habitaban la península escandinava y sólo los finlandeses los separaban de los eslavos de Nóvgorod. La crónica fecha la vocación de los varegos en 862, pero sería más correcto fecharla en 852.

    Esto es lo que dice la leyenda posterior. Toda Vybutskaya, actualmente gobernada por Vybutino o Labutino, está a doce millas de Pskov, río arriba por el Velikaya. De la Crónica inicial (en 903) queda claro que el lugar de nacimiento de la beata Olga fue Pskov, desde donde Oleg la llevó a Igor y donde probablemente era hija de uno de los gobernadores o boyardos. Dos tercios de este tributo fueron a Kiev y un tercio a Vyshgorod, que pertenecía a Olga.

    Su memoria es celebrada por la iglesia el 21 de mayo.

    Esas personas deberían ser varangianos, cristianos, de los cuales había muchos en el escuadrón del Príncipe Igor. “Como mujer muy inteligente”, dice el famoso historiador E.E. Golubinsky, Olga debería haber prestado atención a estos varegos de la nueva fe; Por su parte, los propios varegos, contando con la misma inteligencia de Olga, naturalmente deberían haber soñado con convertirla en su prosélito. La predicación de los cristianos varegos tuvo como consecuencia que Olga decidiera hacerse cristiana. Sabemos que ella era una mujer no sólo con una gran mente, sino también con una mentalidad estatal. Esta circunstancia debería haber servido para facilitar un poco el trabajo a quienes se encargaron de convencerla de la verdad del cristianismo. Una indicación de que el cristianismo se ha convertido en la fe de casi todos los pueblos de Europa y, en cualquier caso, es la fe de los mejores pueblos entre ellos, es una indicación de que entre sus propios parientes (varegos) comenzó un fuerte movimiento hacia él, siguiendo el ejemplo de otros pueblos, no podía dejar de influir en la mente de Olga, haciéndola necesario concluir que las mejores personas tienen la mejor fe (Historia de la Iglesia rusa, vol. 1, 1ª mitad, 2ª ed., p. 75 ).

    Generalmente se cree que la Beata Olga fue bautizada en Constantinopla en el año 957 bajo el emperador Constantino Porfirogenito. Pero esta suposición es difícil de aceptar. El caso es que el emperador Constantino Porfirogenito dejó un ensayo “Sobre los rituales o ceremonias de la corte bizantina”. En esta obra, describe en detalle cómo la bienaventurada Olga fue recibida en la corte durante su visita a Constantinopla en 957, mientras que el emperador ni siquiera insinúa que Olga vino a Constantinopla para ser bautizada y en realidad fue bautizada. Por el contrario, deja claro que Olga llegó a Constantinopla ya bautizada: en la primera recepción de Olga en palacio, su sacerdote ya estaba presente. ¿Cuándo fue bautizada? “Parece probable pensar que después de la muerte de Igor, Olga permaneció sin bautizar mientras fue gobernante del estado para el joven Svyatoslav y continuó siendo una persona oficial en el estado, y que fue bautizada después, habiendo encontrado Cuando tuvo la oportunidad de renunciar a su regencia oficial, se fue, al menos de manera formal, a la vida privada, después de lo cual el pueblo ya no tenía derecho a responsabilizarla por sus acciones” (E.E. Golubinsky. Historia de la Iglesia rusa, vol. 1, 1.ª mitad., ed. 20ª, p.78). Esto último solo pudo suceder después de que Svyatoslav alcanzara la edad adulta civil, que en ese momento comenzaba, en cualquier caso, no antes de los 10 años. Svyatoslav nació en 942 y en 957 Olga ya estaba bautizada. Teniendo en cuenta la mayoría civil de Sviatoslav desde los 10 años, leemos que la Beata Olga fue bautizada en el período comprendido entre 952 (cuando Sviatoslav tenía diez años) y 957. Y hay cierta evidencia que relaciona el bautismo de la Beata Olga con uno de los años del período señalado. El monje Jacob, fundador y pionero de nuestra historiografía privada, que escribió al final del reinado de Yaroslav y al comienzo del reinado de Izyaslav, es un escritor confiable, dice en la leyenda sobre el bautismo de Olga y Vladimir que Olga vivió en el bautismo durante 15 años. En consecuencia, según Jacob, quien, como el cronista, cree que Olga murió en 969, Olga fue bautizada en 954 (969-15 = 954), cuando Constantino Porfirogenito (912-957) era el emperador en Grecia, y Teofilacto era el emperador. patriarca (933-956). - Cuando Santa Olga viajó a Constantinopla en el año 957, San Polieucto ya era el patriarca.

    En 967

    En el Danubio.

    Pechenegos es el nombre ruso de un pueblo de origen turco. Los pechenegos alguna vez vagaron por las estepas de Asia Central y no se sabe exactamente cuándo se trasladaron de aquí a Europa. En el siglo IX ya vivían entre el Volga y Yaik (Ural); Hasta los años 60 del siglo X, los pechenegos no perturbaron a Rusia. El ataque pechenego a Kiev mencionado en Life es la primera mención en la Crónica (en 968) de las incursiones pechenegas. A partir de ese momento, durante más de medio siglo, la lucha de Rusia con los pechenegos fue incesante. Rusia intentó protegerse de ellos con fortificaciones y ciudades; Este es el origen del Zmiev Val en la actual provincia de Kiev. San Vladimir construyó fortificaciones a lo largo del río Stugna, Yaroslav el Sabio a lo largo del río Ros (al sur). El último ataque de los pechenegos a Rusia (el asedio de Kiev) se remonta al año 1034, cuando fueron completamente derrotados.

    En 969

    En 972

    Durante la invasión mongola, las reliquias estuvieron escondidas a cubierto en la iglesia; al siglo 17 nuevamente escondido en un lugar desconocido por un motivo que no está del todo claro.

    CATEGORÍAS

    ARTICULOS POPULARES

    2024 “kingad.ru” - examen por ultrasonido de órganos humanos